martes, 14 de mayo de 2024

20 Años De... Keane : Hopes And Fears (2004)

 "Grandes sensibles canciones..."

Los noventa fueron años rudos, la década abrió con la explosión del grunge y cerró con la irrupción del nu metal. Entre medio existió mucha diversidad dentro del rock/pop, fue una década en la que realmente sonó prácticamente de todo, sin embargo, las melodías cuidadas, dulces y delicadas (esas que sobraron en los años ochenta) quedaron algo relegadas a un segundo plano. Quienes supieron leer esto a la perfección fueron Coldplay, entendiendo que entre Radiohead y Travis existía un espacio que llenar por lo que en álbumes como Parachutes (1999) o A rush of blood to the head (2002) se lanzaron de lleno hacia la canción pop melosa/simple/lagrimona abriendo un camino al que otros como Keane más adelante también supieron ir, llevando incluso el sonido un paso más allá en este Hopes and fears, su glorioso debut de 2004. En este, los ingleses liderados por la notable voz de Tom Chaplin van con descaro hacia la balada más sensible colocando al piano + teclados como absoluto protagonista del sonido entre canciones delicadas sin rastro alguno de guitarras ni estridencia.

De esta manera, durante cincuenta minutos unos nóveles Keane nos entregaron acá doce excelentes canciones en donde el fuerte está puesto en la belleza de las armonías, oscilando entre momentos de alta intensidad y otros en donde impacta la tranquilidad del relato. Sin ir muy lejos, abren de manera impactante con un clásico atemporal como 'Somewhere only we know', un verdadero himno en donde Tom Chaplin muestra chapa de extraordinario vocalista transmitiendo a la perfección la impotencia de quien ve venir el quiebre de una relación ("Si tienes un minuto, ¿por qué no vamos? / Hablar en algún lugar que solo nosotros conozcamos / Este podría ser el final de todo..."), en un tema que suena realmente demasiado maduro viniendo de una banda de veinteañeros pero bueno, Keane fueron desde siempre "viejos chicos" y este hitazo es muestra de aquello. 

En adelante la banda buscará que el álbum no se estanque en baladas aunque el eje común siempre será el dolor pues Hope and fears es un disco triste sin medias tintas. Buscarán de todas formas sacudirte de vez en cuando con cosas como 'Bend & break', 'Everybody's changing' (una que es azúcar a cucharadas, dulce a más no poder) o 'This is the last time', todas con una banda que sostendrá las canciones en el tándem bajo + piano, aunque la especialidad de la casa aparecerá cuando vayan derechamente a la tristeza en 'We might as well be a strangers', nuevamente abordando el quiebre como temática ("No conozco tu rostro / Es solo un lugar que sigo buscando...") o en el cierre del disco a cargo de la increíble 'Bedshaped', otro arranque de intensidad notable por parte de Tom Chaplin (y de la banda completa) en la que debe ser una de las mejores canciones en la carrera de Keane

Con todo lo mencionado la verdad es que ya hablaríamos de un disco muy por sobre la media y una batería de hitazos incontestables, sin embargo algo más habría en la segunda línea de canciones. Destaca ahí la delicadeza de baladas como 'Your eyes open' o 'She has no time', principalmente el trabajo melódico en los coros, 'Sunshine' será una donde intentarán trabajar una atmósfera algo más volátil, 'On a day like today' es otra que destacará gracias a su trabajo con la intensidad (sobre todo en esos fantásticos dos minutos finales con los que perfectamente podrían también haber cerrado el disco) mientras que 'Untitled 1' será el único momento del álbum en donde la banda se abrirá a explorar nuevas sonoridades con esas baterías electrónicas + teclados. 

En definitiva, veinte años atrás Keane debutaban en grande. Siempre ha sucedido que (estúpidamente) el mundo del rock ha despreciado todos aquellos sonidos fundados sobre la delicadeza melódica, y estos ingleses pagaron ese costo. El exceso de melodrama, en años donde Coldplay ya eran cuestionados y donde el rock de guitarras parecía estar de regreso, seguro llevaron a muchos a menospreciar el nivel de la banda, de ahí seguramente que dos años más tarde Keane intentasen en Under the iron sea (2006) darle mayor peso a su sonido. Sin embargo, nada resta al nivelazo de Hopes and fears, un disco repleto de grandes sensibles canciones y uno de los álbumes debut más importantes de los últimos veinticinco años. 

¿Canciones? 'Somewhere only we know', 'Bend & break', 'We might as well be a strangers' y 'Bedshaped'.

8,8 / 10
¡Excelente!

sábado, 11 de mayo de 2024

Future Islands: People Who Aren't There Anymore (2024)

"Estancados..." 

Lentamente fueron los Future islands encontrando su camino, uno marcado por el synth pop y esas sinuosas melodías dirigidas por un Samuel T. Herring que teniendo una voz que juega bastante al límite de lo incorrecto siempre se las ha arreglado para sonar tremendamente emocional y característico (para muestra, aquella inolvidable presentación en Letterman haciendo su mayor éxito, 'Seasons (waiting on you)'. Su momento más alto debe estar entre lo trabajado en Singles (2014) + The far field (2017) y desde entonces la banda pareciese haberse decidido a sostener lo logrado en lugar de ir por más. 

Este más reciente People who aren't there anymore llega tras cuatro años de silencio, sin embargo, no lo parece pues es un álbum que funciona prácticamente en la misma línea que el anterior As long as you are (2020). Oímos acá a la banda nuevamente trabajando sobre teclados y atmósferas armadas por sintetizadores, en ocasiones apuntando al pop ('The tower'), buscando coros contagiosos ('Say goodbye'), entregando protagonismo al bajo ('Give me the ghost back') o a veces bajando las revoluciones para sonar notablemente más reflexivos ('Deep in the night'). El resultado es agradable, doce canciones en cuarenta y tres minutos que se dejan oír sin problemas pero con poco impacto, sin algo particular que te invite a volver al álbum, ni siquiera el carisma de Herring, quien solamente en la recta final de 'Corner of my eye' sale de su zona de confort y logra despertarnos de la inercia con sus explosiones vocales.

¿Es qué no quieren o no pueden? ¿Es qué en realidad nunca fueron para tanto? ¿No son más que un one hit wonder? Las dudas inevitablemente quedan sobre la mesa con un disco que se hizo esperar pero no muestra señales ni de efectividad ni crecimiento. El tiempo dirá...

¿Canciones? 'The tower', 'Say goodbye'.

6/10
Bueno, cumple...

miércoles, 8 de mayo de 2024

Cloud Nothings: Final Summer (2024)

"Siempre efectivos..." 

Mirado a distancia, los mejores álbumes de Cloud nothings han sido Attack on memory (2012) y Life without sounds (2017). Los más relevantes y creativos también. En el primero los de Dylan Baldi supieron situarse como nadie en estas dos décadas entre el espíritu rebelde de los clásicos Nirvana y un punk de garage con tintes melódicos mientras que el segundo intentaron hacer el giro hacia un sonido más centrado en las atmósferas. El resto de su discografía, sin embargo, se ha movido dentro de márgenes esperables, digamos, guitarras, dinámicas aceleradas y ruido, mucho ruido, universo donde este Final summer (para el que se han tomado inéditos tres años) también se situa. Estamos así frente a otro disco en donde Cloud nothings desenfunda su efectiva maraña, recurriendo a trucos habituales aunque no por esto cayendo en algún tipo de monotonía. Ayuda en este sentido que el álbum sea breve (tan solo veintinueve minutos de duración) y se mueva entre canciones tremendamente directas que rondan los tres minutos de duración, donde percibimos a una banda que lejos de lanzarse hacia tesituras más densas insisten en mostrarse vivos y joviales, llenos de energía y ganas de impactar.  

Abrirán en esta ocasión mediante una fanfarria de teclados. ¿Un giro en su sonido? ¡Claro que no! Pues rapidamente acelerarán para armar una 'Final summer' (la canción) llena de dinámica contagiosa. A la vuelta de la esquina, sin embargo, la crudeza de cosas más espesas como 'Daggers of light' o 'I'd get along' les mostrarán como los dignísimos sucesores de Weezer que son, así como más adelante 'On the chain' será oir a los Death cab for cutie en versión desatada (como si Ben Gibbard alguna vez se hubiese decidido a chasconearse en serio). En otra arista 'Mouse policy' sacará a la luz la veta más punk de la banda mientras que toda la pasada por 'Silence' + 'Running through the campus' + 'The golden halo' aportará el momento más meloso del trabajo.  

La esencia de Cloud nothings sigue apareciendo a lo largo de este Final summer, evitando quizás cualquier atisbo de momento incómodo y centrándose más bien en sonar efectivos pero, como sea, arreglándoselas para mantenernos interesados en la banda, quienes a día de hoy siguen sin sacar un mal disco. Lo cual no es poca cosa. 

¿Canciones? 'Daggers of light', 'I'd get along' y 'On the chain'.

7,5 / 10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de Cloud Nothings:

jueves, 2 de mayo de 2024

The Black Keys: Ohio Players (2024)

"Con una ayuda de mis amigos..."

Disco a disco se percibe en The black keys cierta necesidad por revitalizar su carrera, algo que vienen buscando desde hace bastante. En dicho sentido, Ohio players no llega para ser excepción, un trabajo donde se evidencian las ganas de mostrarse vitales, dinámicos y activos, esto en colaboración con serie de compañeros de ayer y hoy, los cuales van desde Beck Hansen, Noel Gallagher hasta el rapero Lil Noid. El resultado está bastante bien, se deja oír y regala más de algún gran momento, sin embargo, tropieza consigo mismo precisamente en la desesperación por tratar de abarcarlo todo. 

Desde lo anterior, una reflexión inicial: Si Beck ha compuesto medio álbum, ¿no habría sido mejor publicar un disco unicamente junto a él, agregarle dos a tres canciones propias y así armar algo más coherente? Digo yo, ¿no? Esto a propósito de que Ohio players abre y cierra con Beck a cargo, con un problema no menor además: en ocasiones no vemos colaboración. Ocurre, por ejemplo, en canciones como 'This is nowhere', 'Beautiful people (stay high)', 'Paper crown' (en la que rapea Juicy J, aunque sin sumar demasiado, digámoslo) o la exquisita 'Fever', todas tremendas canciones pero que son Beck de manual (en distintas facetas claro, que sabemos lo camaleónico que es Hansen), digamos, momentos donde son los Black keys quienes pareciesen ir al terreno del rubio vocalista y no al revés, como debería ser en un disco firmado por ellos.  No todo será Beck, sin embargo, y efectivamente habrán momentos en donde percibiremos la mano de Dan Auerbach + Patrick Carney, ocurre en 'Don't let me go' o en canciones donde las guitarras adoptan particular protagonismo, me refiero a 'Live till I die' o el manjar con que cierran el álbum: 'Every time you leave'

Como sea, el dúo ha optado por complementar Ohio players con otras tantas colaboraciones y no acotarlo a lo de Beck, seguramente en la búsqueda de alcanzar mayor diversidad. Ahí, con Noel Gallagher el asunto también será irregular, de dulce y agraz. Tanto la dulzona 'On the game' como la juguetona 'Only love matters' están bien pero carecen del filo necesario como para general real impacto, algo que si consiguen con 'You'll pay', que funciona bastante gracias a los riesgos que corre con su sonido. También acertarán será en 'Candy and her friends', enlazando la dinámica con el verseo de Lil Noid, seguida de 'I forgot to be your lover', la preciosa y delicada pieza grabada originalmente por William Bell en 1969 y que acá los Black Keys logran llevar a su terreno (aunque se nos hace algo corta). Finalmente, otro punto alto encontrarán en compañía de Greg Cartwright en cosas como 'Please me (Till I'm satisfied)', de lo mejor del disco con esas sucias guitarras, o en el western que propone 'Read em and weep' 

En definitiva, con Ohio players  percibimos a unos The black keys decididos a soltar su veta más íntima, optando por un camino que privilegia la dinámica y también su faceta más melódica. También nos han entregado un disco que es manjar para melómanos dadas las múltiples influencias que ostenta, ahora, ahí hay que darles el que 3/4 del trabajo funciona de gran forma y lo único que se les puede criticar es el que en algunos colaboraciones no sentimos al dúo (varios temas de Beck básicamente) y dos a tres canciones derechamente se las podrían haber ahorrado. Con todo, otro disco disfrutable a la lista y de lo mejor que han publicado desde aquel mítico El camino (2011)

¿Canciones? 'This is nowhere', 'Beautiful people (stay high)' y 'Please me (Till I'm satisfied)'.

7,2 / 10
Muy bueno.