sábado, 15 de julio de 2023

25 Años De... Bunbury : Radical Sonora (1997)

 "Hambriento y salvaje cambio de piel..."

No deja de impactar el que tras tantos años Enrique Bunbury deba seguir enfrentando en cada entrevista alguna pregunta respecto al final de Héroes del silencio y/o una posible reunión de la banda. El hombre debe estar harto, sin embargo, con infinita paciencia en este último período ha decidido referirse al tema una y otra vez, en un gesto que reconoce de cierta forma la grandeza de su banda madre, con quienes el tiempo ha hecho justicia situándolos en un sitial privilegiado dentro de la escena habla hispana noventera. El caso es que muchos nos hemos preguntado (en un ejercicio inútil claro está) el qué hubiese ocurrido con Héroes de haber continuado la banda, y es que los españoles decidieron dejarlo todo cuando estaban muy muy arriba, Avalancha (1995) fue un álbum magnífico y por ende las expectativas ante un siguiente paso eran gigantes (por algo también lo traumático de la ruptura). Y acá quisiera aventurarme con una idea loquísima pero que prometo justificar: fuese lo que fuese que viniese para Héroes del silencio, creo se habría acercado a lo que Enrique propuso en los cincuenta minutos de este Radical sonora.

¿En qué me baso para afirmar semejante disparate? Pues en que si bien Bunbury se aventura en su debut en solitario con sonidos que se alejan forma del rock duro y ortodoxo desarrollado junto a su ex banda (también marca claras diferencias en lo estético, yendo a los colores y cortándose el pelo), lo que cambia acá es la piel, el envoltorio, más la fuerza, pasión, el desgarro y la convicción se siguen percibiendo muy a flor de piel, esto a diferencia de cualquiera de los futuros álbumes del vocalista. 

Aunque no lo pareciese en su momento, el rock sigue corriendo por las venas de Enrique Bunbury en Radical sonora, sin embargo, al no estar ya acompañado por sus antiguos compañeros de ruta, el vocalista pudo dar rienda suelta a todo aquello que retumbaba en su cabeza por aquellos años, dicho por él mismo: el trip hop de cosas como Massive attack o la electrónica inquieta de bandas tipo The prodigy. Se acompaña para esta labor de Phil Manzanera en producción (quien había trabajado con él en un par de álbumes de Héroes, además de haber colaborado a mediado de los noventa con Os Paralamas, Fito Páez y Aterciopelados) publicando un disco poderoso, descarnado en lo lírico y explorador en materia de arreglos. Lo dicho se aprecia con claridad en la partida del álbum, en 'Big-bang' hay guitarras y Bunbury suena desaforado y desafiante ("Derrumba los muros, abre las puertas / Deshazte los nudos que te sujetan..."), sin embargo, las baterías programadas serán absolutas protagonistas, algo que también ocurrirá más adelante en cosas como 'Negativo', en la declaración de principios que es 'Contra corriente' (donde Enrique manifiesta su intención de rebelarse la perfección y lo programado abrazando el desorden y lo espontáneo), en el grito rebelde que es 'Servidor de nadie' (reiterando conceptos estilo "Extravagancia, irreverencia, desobediencia o impertinencia / Insolencia , desvergüenza, rarezas y resistencia") o llegando al cierre en 'Nueve'.

En otra arista del álbum, las atmósferas calmas vendrán empapadas de electrónica + trip hop en canciones como 'Encadenados', 'Planeta sur''Despacio' o 'Alfa', en el single promocional 'Salomé' desatará de manera fantástica su curiosidad por los sonidos orientales (no olvidar que viajó a Marruecos para grabar el álbum), mientras que 'Alicia (expulsada al país de las maravillas)' o 'Polen' serán las únicas excepción del álbum, digamos, baladas pop acústicas y melosas que escapan del salvajismo que ronda en el álbum y, por cierto, las únicas que harán de puente con todo lo que vendría a futuro para el vocalista.  

En su momento, en aquel ya lejano 1997, Radical sonora sufrió de la incomprensión del público a causa de la ruptura del vocalista con Héroes del silencio. Mirado a 25 años de distancia, sin embargo, el álbum no solo se valora por el tremendo nivel que muestra en el canción a canción y por la valentía que transmite durante todo su trayecto, si no que se enmarca (junto al inmediatamente posterior Pequeño, de 1999) como lo mejor que Bunbury ha compuesto a día de hoy. Lo que si está claro es que el vocalista nunca volvió a sonar así de salvaje e iracundo, y que si algo quedaba en sus venas de la furia de su ex banda, aquello quedó inmortalizado en los cincuenta minutos de este enorme álbum.

¿Canciones? 'Big bang', 'Contracorriente', 'Salomé'. 

9/10
¡Brillante!


No hay comentarios:

Publicar un comentario