"Intento fallido..."
¿Cómo lograr esto sin perder su esencia marcada por la ira y violencia del sonido?. El desafío estaba instalado. De ahí la decisión de cambiar de productor, soltar a Ross Robinson para trabajar esta vez con Rick Rubin, esto seguramente en la búsqueda de alguien capaz de sacar a flote facetas del sonido de Slipknot no necesariamente ligadas al nu metal, esto además en el contexto de un género que para 2004 mostraba evidentes señales de agotamiento. En dicho sentido, este Vol 3: The subliminal verses es un álbum absolutamente marcado por su contexto. La banda debía congeniar una búsqueda musical con el espiral auto destructivo que continuaban viviendo sus integrantes en la interna, lo cual volvía particularmente compleja la tarea. Dado lo anterior, acabó siendo una especie de popurrí de momentos.
Tenemos acá canciones que replican el "modelo Slipknot" de álbumes anteriores, como 'The blister exist', 'Three nil', 'Opium of the people', 'Welcome' o 'Pulse of the maggots' (donde incluso intentan meter un inédito solo de guitarra), todas piezas marcadas por la velocidad y versatilidad de Joey Jordison en batería, la guitarra de Mick Thomson (más grave que lo habitual en este álbum) y, por supuesto, los trabalenguas de Corey Taylor. Estas no están mal pero sinceramente no dan con el punto, fuera de que a todas les pesa el que a estas alturas Slipknot comienza a competir (y a perder) contra si mismos. Dicho en simple: para ir a este tipo de canciones ya está el homónimo + Iowa, por lo que la sensación de que la banda comienza a repetirse y dar vueltas es evidente, y ojo que este fenómeno es uno que acabó perpetuándose en la carrera de la banda con el correr de los años.
A veinte años de distancia, Vol 3: The subliminal verses asoma como el comienzo del fin para Slipknot, digamos, en materia creativa pues sabemos que comercialmente efectivamente lograron transformarse en un cabeza de cartel. El disco metió un par de singles exitosos (que incluso a día de hoy figuran como las canciones más reproducidas de la banda en plataformas de streaming) y gracias a ello quizás hablamos del álbum décadas después, sin embargo, obviando esto, el trabajo fracasó en la tarea de mostrar una reconversión por parte de la banda. No es un desastre pero es poco lo realmente fresco e interesante que dejó y representa un bajón importante respecto a sus antecesores. Algo de terreno recuperarían en el futuro All hope is gone (2008), pero bueno, aquello será materia de futura discusión. En 2028 si es que la vida me acompaña...
¿Canciones? 'Prelude 3.0', 'Duality' y 'Before I forget'.
6/10
Bueno, cumple...
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