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jueves, 25 de enero de 2024

Till Lindemann: Zunge (2023)

"Buena excusa para mostrar frescura..."

Ya sea junto a su banda madre o colaborando con Peter Tägtgren, el alemán Till Lindemann se las viene arreglando desde hace al menos una década para mantenerse inquieto. Su ritmo no para, yendo desde el escenario al estudio constantemente, aunque claro, tanto movimiento evidentemente acaba por mermar la diversidad de los resultados. Tampoco es que esto parezca importarle, finalmente todos entendemos que lo que el alemán necesita es material para mantenerse en gira y este álbum parece más que nunca una (buena) excusa para aquello.

Nos entrega así una colección de canciones que son "dos cucharadas y a la papa", es decir, temas directos que hacen uso del tradicional sonido que el alemán desarrolla esté en el proyecto que esté, jugando con el peso constantemente mediante una producción impecable que saca partido a las explosiones de guitarras, como hace en la interesante y dramática partida a cargo de 'Zunge' (la canción), más adelante en 'Übers meer' o en 'Du hast kein herz', incorporando elementos electrónicos de vez en cuando, con aceleraciones muy a la Rammstein en 'Sport frei' o 'Altes fleisch', e incluso entregando algún pasaje acústico en 'Tanzlehrerin'. De esta forma, todo luce muy cómodo y controlado aunque por lo mismo bastante disfrutable, el clásico más de lo mismo que no molesta en absoluto. 

Siendo claros, varias de estas canciones podrían haber sido material para Rammstein y con el aporte del resto de sus compañeros quizás habrían llegado más lejos. Un ejemplo claro de lo que menciono es una canción como 'Nass', que con sus guitarras secas entrega los pasajes más intensos en todo el álbum, sin embargo, en la recta final el vocalista evidentemente no sabe como cerrar el asunto o llevarlo a otra dimensión, dejándonos una pequeña joya pero que claramente tenía potencial para llegar más lejos. Donde si parece encontrar el punto es en 'Alles für die kinder', equilibrando electrónica y peso a la perfección, también dejándonos la sensación de que cuando Lindemann se decide a explorar encuentra buenas cosas. Ojalá el disco hubiese tenido más de estos juegos.

Como sea, verdad sea dicha, Zunge no tiene canción mala. Se extrañan mayores alzas de intensidad y en varios pasajes pareciese que Till se conformase con encontrar un buen coro, pero el conjunto cumple de sobra y no desentona en absoluto ante el más reciente trabajo de Rammstein (Zeit, 2022). 

¿Canciones? 'Zunge' , 'Sport frei',  'Nass' y 'Alles für die kinder'.

7 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de Till Lindemann:
2022: Zeit (Rammstein)
2019: Rammstein (Rammstein)

sábado, 4 de junio de 2022

Rammstein : Zeit (2022)

"Sorprenden positivamente..."

Seamos francos: no esperábamos demasiado de lo nuevo de Rammstein. Es más, ni siquiera esperábamos un nuevo disco considerando que entre Liebe ist fur alle da y el homónimo de 2019 pasaron diez años. Tampoco ayudó mucho el nivel de este último, un álbum que sin estar mal, resultó en exceso predecible y sencillo, con una que otra canción pegajosa que funcionaba ('Deutschland', 'Auslander') pero un global que se desinflaba dramáticamente mientras avanzaba. El caso es que para sorpresa de varios, los alemanes no han dejado que el plato se enfríe y rápidamente han vuelto a la carga con Zeit, al parecer con la lección aprendida pues en esta ocasión no se han conformado solamente con divertir y si bien no escapan de la línea marcada tres años atrás, si intenta entregar algunos matices que se agradecen y efectivamente funcionan.

Estas diferencias intentan marcarlas desde un comienzo, cuando los teclados de 'Armee der tristen' abran el disco, generando una atmósfera más profunda a la habitual, una que no llega a las cotas de intensidad de viejas glorias como 'Reise, reise' o 'Rosenrot', pero si sabe generar un ambiente suficientemente denso como para que la primera impresión sea atractiva y novedosa, algo que se confirmará con la baladas a piano (aunque luego eléctricas) 'Zeit' + 'Schwarz', armando un tridente inicial bastante curioso, que lejos de ir por el efectismo ha optado por un sonido reflexivo. 

Al cuarto tema, sin embargo, el disco realizará el giro hacia algo más tradicional, yendo sobre sonoridades contagiosas, dinámicas y entretenidas, primero con 'Giftig', luego con la exquisita 'Zick zack', con esos teclados tan Kraftwerk en el fondo, y luego con 'Ok', que es un lugar común por donde se mire (y también el primer momento en que el disco efectivamente tropieza). De ahí en adelante, el álbum se conformará con sostener el nivel entre baladas como 'Meine tranen' y cosas más activas estilo 'Angst', que es un tema bastante corriente de Rammstein pero en su minuto final vive una transformación maravillosa que emociona y por si sola merece ser destacada (una que ojalá la banda hubiese sido capaz de llevar más lejos aún), con un Till Lindemann protagonista que transmite como hace mucho no le oíamos, algo que también destacará más adelante en 'Lugen', quizás el momento más experimental del disco, donde el vocalista suena auto tuneado generando un efecto bastante singular.

Respecto al homónimo de 2019, Zeit luce bien, incluso parece ser un paso adelante. No esperábamos demasiado de los alemanes pero para sorpresa nuestra se las han arreglado para mostrarse aún vivos. La banda sigue muy lejos de aquellos inicios afilados (que asumámoslo, nunca volverán) pero en su zona de confort acá ha sabido entregar un conjunto que se las arregla para sonar a ratos reflexivo, con uno que otro momento inquieto creativamente hablando, sin olvidar jamás el que son una banda que debe divertir. 

¿Canciones? 'Armee der tristen', 'Zick zack', 'Angst' y 'Lugen'.

7,5 / 10
¡Muy bueno!


Otras reseñas de Rammstein:
2019: Rammstein 

lunes, 9 de diciembre de 2019

Lindemann : F&M (2019)

“Solo momentos..."

Cuatro años atrás comentaba por acá que el principal problema del disco debut del proyecto Lindemann fue la carencia de identidad. Dicho en simple: esto sonaba a un Rammstein descafeinado, lo cual es bastante decir considerando lo decepcionante que resultó la última entrega de los alemanes. Algo de aquello (algo...) se corrige en este nuevo F&M, logrando por momentos mejorar el resultado respecto al debut, sonando más fresco y libre, lo cual se agradece, aunque ciertos ripios siguen presentes.

Dos problemas le veo a F&M, el primero es que sigue costando reconocer la presencia del mal rollo de Peter Tägtgren en el proyecto (ojalá cantase, de hecho, seguro sería un aporte)  y lo segundo es que el álbum a ratos no tiene claro hacia donde ir, pues a veces apuesta por lo lógico y en otros momentos se desata por completo. Aún así, dentro de lo primero algunas cosas funcionarán. En lo personal he disfrutado con la energía del tridente inicial ‘Steh auf’ + ‘Ich weib es nicht’ + 'Allesfreser', donde pese a lo obvio del sonido (estructuras simples, estrofas lógicas que desembocarán en coros cargados de guitarras) la dupla efectivamente consigue transmitir el que se la están pasando bien. También he disfrutado con ‘Knebel’, que tras dos estrofas en acústico explota para acabar de manera muy melódica, mientras que cuando la dupla se entrega a los teclados y se libera de sus ataduras en 'Frau & mann''Gummi', 'Platz eins' o ‘Mathematik’ efectivamente conseguirán sonar atractivos e interesantes. 

El problema es que a la vuelta de la esquina encontraremos una serie de baladas realmente aburridas, como 'Blut' (donde activan el modo Rammstein descafeinado), la marcial Ach so gern’ (cuya versión rock que viene como bonus en la versión de lujo me ha dejado más que la original), 'Schlaf ein' o 'Wer weib das schon', de las que realmente es poco lo que se puede decir salvo que provocan unas ganas irresistibles por mirar con frecuencia el botón "adelantar".

Entiendo que tanto Till Lindemann como Peter Tägtgren se están pasando un buen rato con este proyecto y que demasiado en serio no se lo han tomado. Visto así, el resultado mejora respecto al debut, sin embargo, el global aún no encuentra fuerza suficiente como para que el proyecto sea tomado realmente en serio...

6,5/ 10
Cumple y algo más...




Otras reseñas de Lindemann:

lunes, 10 de junio de 2019

Rammstein : Rammstein (2019)

“Una excusa para mantener la máquina rodando...”

Las cosas como son: a estas alturas del partido no parece ser demasiado lo que una banda como Rammstein tenga que decir. Sin ir más lejos, demasiadas expectativas no existían en torno a esta nueva entrega, la cual ha llegado a nosotros para confirmar precisamente la sensación mencionada, de  que al haber agotado las giras de grandes éxitos los alemanes necesitaban material nuevo para mantener la máquina rodando. Por cierto: no pasa nada si lo admitimos. 

Nos encontramos así frente a un disco homónimo que ya desde su portada nos dice poco y al adentrarnos en su contenido menos aún. Se suceden de esta forma una seguidilla de medios tiempos tan correctos como planos, un conjunto que entrega dos o tres temas que sin duda funcionarán en sus conciertos (‘Deutschland’, claro ejemplo) pero que no apunta mucho más allá. 

En este sentido, el álbum se plantea como una colección de lugares comunes de Rammstein, ahí los teclados de la bailable ‘Radio’ activan la nostalgia de los inicios de la banda, divierten los coros femeninos + extrañas pronunciaciones de ‘Auslander’ (ojo a los remix electrónicos que se entregan en la versión single, que están simpáticos), engancha el desgarro vocal de Tinn Lindemann en ‘Puppe’ y funciona la grata pasada melódica que entrega ‘Was ich liebe’, sin embargo, no encontramos suficiente peso en ‘Zeig dich’ (que se construye sutilmente además sobre la melodía de ‘Aerials’ de System of a down) ni demasiado aporte en la acústica ‘Diamant’, mientras que con ‘Sex’ quedamos mirando el techo al constatar que si imaginamos la voz de Matt Bellamy, estamos frente a un tema 100% Muse (y del mal Muse).

Que un disco de 45 minutos se quede sin argumento entrando en el nudo (el álbum se termina al séptimo tema, tras ‘Was ich liebe’ no hay nada más que oír) habla de unos Rammstein que desde una década al menos se han reconocido abiertamente como “una banda de directos”, una especie de Kiss actuales. Ahí, sobre el escenario, todo anda como debería: la pirotecnia, el fuego, las luces y colores. Ahora, en el estudio es otra cosa, ahí este disco no es más que una excusa para salir a recorrer el mundo. 

5 / 10
Nada muy especial... 


miércoles, 8 de julio de 2015

Lindemann : Skills in Pills (2015)

A seis años del más reciente álbum de Rammstein y de cara a un presente bastante incierto para la banda, una colaboración entre el industrial Till Lindemann y el death metal Peter Tägtgren (líder de Hypocrisy) resultaba atractiva en el papel. Al menos algo novedoso esperábamos oír, sin embargo, luego de darle bastantes pasadas a Skill in pills la verdad es que no se reconoce en ningún lugar el aporte de Tägtgren al proyecto, por lo que el sonido se remite a ser un refrito constante de Rammstein, digamos, un nuevo álbum de los alemanes pero menos pretencioso. 

En resumidas cuentas Skills in pills es un disco de pop. Un trabajo sencillo que va rápidamente al grano en cada uno de sus temas: un par de estrofas, un coro pegajoso que se repite unas cuantas veces, guitarras por acá, teclados por allá y sería todo. El álbum entretiene, aquello es innegable, 'Skills in pills' (la canción), 'Ladyboy' , 'Fat', hacia el final 'Yukon' o 'Praise abort' suenan simpáticas con sus letras grotescas e irreverentes (algo forzadas a estas alturas eso si), de manera que el asunto cumple su misión de hacerte pasar un rato agradable tras el play inicial. 

El problema es que mucho más que eso acá no hay por lo que el álbum finaliza dejando sensaciones encontradas, cumple a la hora de entretener pero no ilusiona demasiado respecto al futuro del proyecto, y de Rammstein ni hablar, la luz al final del túnel no aparece y Skills in pills da claras señales respecto al porque del parón indefinido de los alemanes.

6 / 10
Bueno, cumple...