martes, 28 de diciembre de 2021

Discos Que Cumplirán 20, 25 ó 30 en 2022...

(Último post de 2021...)

Me produce sensaciones encontradas el escribir respecto a discos que cumplen 30, 25 o 20 años de edad. Por un lado disfruto el revivir joyas que marcaron de alguna forma tu vida pero el constatar que discos de tu adolescencia o temprana juventud de pronto cumplen dos décadas de existencia (y más) ... complica. De todas formas la vida avanza por lo que no queda otra que asumir, y si bien siempre quiero escribir respecto a discos "del ayer", es tanto lo que va saliendo semana a semana que muchas reseñas acaban quedando en el borrador. 

En lo concreto, cae de cajón el que debería aprovechar 2022 para realizar una pasada especial por bandas que tienen más de un disco que cumple años, como Faith no more, Peter Gabriel, Foo fighters, Morrissey o Radiohead, pero bueno, el tiempo dirá. Pasemos a la lista, en negritas consignaré aquellos discos con los que, por diferentes motivos, tengo el corazón comprometido, así que seguro les daré prioridad...

(Algunos) Discos que cumplen 30 años:
Faith no more: Angel dust, R.E.M: Automatic for the people, Alice in chains: Dirt, Pantera: Vulgar display of power, Peter Gabriel: UsDream theater: Image and words, Megadeth: Countdown to extinction, Iron Maiden: Fear of the dark, Bon Jovi : Keep the faith, Madonna: Erotica, PJ Hayvey: Dry, Soda Stereo: DynamoGustavo Cerati: Colores santos, Nine inch nails: Broken, Stone temple pilots: Core, Juan Luis Guerra: AreitoMorrissey: Your arsenal.

(Algunos) Discos que cumplen 25 años:
Radiohead: Ok Computer (A ver si me da el cuero para lanzar una trilogía especial aprovechando que siguen en borradores las reseñas para Kid A y Amnesiac), Bjork: HomogenicSupergrass: In it for the moneyDaft punk: Homework, Faith no more: Album of the year, The verve: Urban hymns, Foo fighters: The colour and the shapeThe prodigy: The fat of the land, Mogwai: Young team, Portishead: Portishead, Morrissey: MaladjustedJudas priest: Jugulator.

(Algunos) Discos que cumplen 20 años:
Coldplay: A rush of blood to the headNorah Jones: Come away with me, Opeth: Deliverance, Interpol: Turn on the bright lights, Dream theater: Six degrees of inner turbulence, Porcupine tree: In absentia, The flaming lips: Yoshimi battles the pink robots, Wilco: Yankee hotel foxtrot, Queens of the stone age: Songs for the deaf, Johnny Cash: American IV, Peter Gabriel: UpSigur Ros: (), Foo fighters: One by one, Beck: Sea change Korn: Untouchables.

Bonus track:
Cumplen 40 años... Iron Maiden: The number of the beast, Michael Jackson: Thriller, Judas priest: Screaming for vengeance.

Cumplen 35 años... Def Leppard: Hysteria, Michael Jackson: Bad, Aerosmith: Permanent Vacation, Pink Floyd: A momentary lapse of reason, King Diamond: Abigail, Pet shop boys: Actually, Sting: Nothing like the sun, Napalm Death: Scum, Prince: Sign o' times.

Joder, me faltará vida para tanto...

Despido así este 2021, agradezco la oportunidad de poder escribir acerca de todo esto que tanto me apasiona y también a quienes pasan, muchas veces de manera anónima, por acá a leer. Mientras pueda, no dejaré de escribir...

Un abrazo. Mucha fuerza.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Obscura: A Valediction (2021)

 "Nueva formación, el mismo nivel..."

Cuando se supo en 2020 la noticia de que tres integrantes de Obscura abandonaban el buque, se verificó la idea (por si alguien aún tenía dudas) de que el proyecto le pertenece a Steffen Kummerer, quien rápidamente se dio a la tarea de encontrar reemplazos en bajo + batería, fuera de reclutar nuevamente a Christian Munzer en guitarras (quien había dejado a la banda en 2014), para así entrar a grabar un nuevo álbum. Finalmente este desde hace unas semanas vive entre nosotros, reafirmando con su nivel el carácter de genio de Kummerer, aunque claro, ventilando de manera evidente el que acá es uno quien manda, compone y ordena ejecuciones. 

Como era de esperar, el guitarrista se ha sabido rodear de músicos (empleados, digámoslo) de extraordinario nivel, por lo que nadie podría colocarle un pero al disco en materia de ejecuciones, aspecto que explota en canciones como 'Solaris' o 'A valediction', donde la técnica en velocidad es una cuestión impresionante. Como primer detalle, sin embargo, cabe mencionar que ambas insisten sobre la misma tecla por lo que la pasada se vuelve al monótona. En ese sentido, ayudan enormemente los matices que el disco presenta (me atrevería a decir que por primera vez en la carrera de Obscura), y ahí a Kummerer hay que darle otro mérito, quien ha intentado entregar canciones que conserven la esencia de la banda pero complementando con pasajes melódicos de vez en cuando

Sin ir muy lejos, abrirán de manera magnífica con 'Forsaken', siete minutos donde la formación muestra todas las cartas y despliega una pieza de death técnico que integra momentos progresivos (lo que hacen desde el 5:30 en adelante es una bestialidad) incluso con un vibrante cierre rocanrolero (6:20), algo que también aparecerá en 'When starts collide', que abrirá con minutos de vértigo para de pronto bajar las revoluciones (pasando los dos minutos) y meterse en una cabalgata que romperá por completo la inercia que el tema traía, incorporando voces limpias en los coros (¿anticipo de lo que vendrá a futuro para Obscura? El tiempo hablará).

Esta tendencia a equilibrar el clásico death técnico de la banda con pasadas fuera de la caja se mantendrá a lo largo del álbum, se desataran así en velocidad mediante 'In unity' , 'The beyond' o 'The neuromancer' pero regalarán a la vez gutural y oscura 'Devoured usurper' o un instrumental progresivo titulado 'Orbital elements II' (amé el sutil guiño al riff de 'Electric eye' de Judas Priest en el 1:45 y 3:20)En ese camino quizás el álbum peque se excesivo llegando al cierre, pero nuevamente, ¿alguien podría quejarse de una canción como 'In adversity'? La ejecución es brillante, hay pausas, un solo realmente hermoso y mucha emocionalidad en la interpretación, lo mismo con el cierre 'Heritage'. Quizás entre las dos podrían haber dejado una (con ocho canciones en cuarenta minutos teníamos disco del año), pero nadie podría culpar a Kummerer por querer mostrar el nivel de esta nueva formación, la cual vuelve a dejar en alto el nombre de Obscura mediante el que debe ser el disco más diverso y accesible de la banda a la fecha, sin que esto signifique el sacrificar el espíritu de la agrupación.

¿Canciones? 'Forsaken', 'Devoured usurper', 'Orbital elements II'. 

9/10
Brillante.


Otras reseñas de Obscura:

lunes, 20 de diciembre de 2021

Metallica: 40 Años Aniversario

 

Imposible no comentarlo. Metallica es parte importante de la historia del rock y el metal contemporáneo, y acaban de festejar sus cuarenta años con un concierto doble realizado en San Francisco. Y si bien conciertos de Metallica hemos visto cientos, cabe destacar que en esta ocasión la banda se esmeró por hacer algo diferente y aquello merece ser destacado. 

¿Y de que se trató esto? De dos noches en donde la banda repasó su historia, disco por disco, de manera estrictamente cronológica, interpretando una o máximo dos canciones por álbum. Ahora, lo sorprendente es que decidieron realizar dos conciertos para fanáticos (el primero más que el segundo cabe mencionar), interpretando una serie de canciones muy pocas veces tocadas y poco comunes, en un gesto digno de elogio.

A destacar el que en ambas noches la banda se mostró de gran ánimo, con mucha energía sobre el escenario y ganas de compartir con la gente. James Hetfield algo tocado de voz eso si la primera noche, aunque bastante mejor en la segunda.  

El repertorio de la primera noche fue el siguiente: Hit the lights / Creeping death / Trapped under ice / Welcome home (Sanitarium) / The shortest straw / Sad but true / King nothing / Fixxxer (tocada en vivo por primera vez en la historia, que decir, momentazo alucinante de la noche) / Breadfan / Frantic / The day that never comes / Spit out the bone  




Mientras que la segunda noche sonó (en orden inverso, es decir, desde lo más reciente a lo más antiguo): Hardwired / The end of the line / Dirty window / I dissapear / Am I evil? / The memory's remains / Fuel / Bleeding me / Wasting my hate / The unforgiven / Enter sandman / Harvester of sorrow / Master of puppets / Fade to black / Whiplash / Seek and destroy




Considerando lo decepcionante que resultó para mi el S&M 2 (donde repitieron muchas canciones ya tocadas en el S&M1, desaprovechando la oportunidad), este par de conciertos me han parecido un regalo...

viernes, 17 de diciembre de 2021

Bullet For My Valentine: Bullet For My Valentine (2021)

"Encorsetados en un metal contenido..." 

Tras una seguidilla de álbumes en una dirección bastante similar, en 2018 Bullet for my valentine decidieron dar un giro hacia algo más comercial, en una evidente búsqueda por abrir su sonido hacia nuevos públicos. El resultado obtuvo desastrosas críticas aunque en materia de popularidad la banda obtuvo lo que buscaba: al álbum mal no le fue. El caso es que ante el dilema de profundizar/repetir la línea de Gravity o recular hacia las raíces, los galeses han optado por el segundo camino, en un afán por demostrar que aún hay ira y fuerza en su sonido, lo hacen además mediante un álbum homónimo, es decir, declaran absolutas intenciones respecto a sus definiciones.

De acuerdo a lo anterior, me hace total sentido el oír este disco, el cual efectivamente retoma la arista más agresiva de Bullet for my valentine aunque al mismo tiempo no escapa de los lugares comunes de la banda, es decir, ese mal rollo que constantemente se suaviza mediante coros limpios y melosos, algo bastante visto a estas alturas en el mundo del metalcore y que la banda ha desarrollado desde sus inicios en The poison (2005) o Scream aim fire (2008). De hecho, si sacásemos a Gravity (2018) de la ecuación, este nuevo álbum perfectamente encaja como sucesor de Venom (2015), por lo que no nos movamos a engaño: este es un álbum que básicamente pretende congraciar a la banda con su base de fans... pero no mucho más.

Nada nuevo bajo el solo por tanto en canciones como 'Parasite' y 'Knives', que funcionan como carta de presentación pero lo dicho, que aportan cero en términos de novedad. Lo mismo con 'My reverie', que aplica la fórmula al revés entregando estrofas limpias que rompen en coros estridentes, o cosas como 'No happy ever after', 'Can't escape the waves' o 'Rainbows veins', que son un tópico por si solas en el mundo del metalcore. Bien ejecutadas todas, que de eso no quepa duda, pero predecibles siempre. 

De todas formas en algo como 'Bastards' acertarán completamente con la melodía + arreglos (el trabajo en la batería suma muchísimo en esta) mientras que en 'Shatter' la banda agrada al internarse en esas corrientes oscuras que coquetean con el nu metal, sin embargo, más allá de una que otra particularidad, a lo largo del álbum siempre predomina la sensación de que todo se encuentra excesivamente pensado y que la banda jamás logra desprenderse del corsé melódico que les aprisiona, entregando un disco típico de Bullet for my valentine, un álbum de metal contenido que gustará a quienes les vienen siguiendo, que le entrega a los fans lo que quieren oír pero no se encuentra ni cerca de ser algo realmente novedoso, que es lo que intentaron vendernos en la promoción...

¿Canciones? 'Bastards', 'Shatter'.

5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Bullet for my valentine:

lunes, 13 de diciembre de 2021

Hypocrisy: Worship (2021)

"Dentro de la caja, en su cálido hogar..."

El gran Peter Tägtgren ha sido y siempre será un inquieto en esto de la música. Durante su carrera lo hemos visto colaborando con múltiples proyectos, algunos propios (explorando sonidos limpios y melódicos en Pain) u otros en un rol secundario (yendo hacia los teclados en Lindemann), a veces prestando la voz, tocando un instrumento (el bajo en Northern chaos gods de Inmortal, por ejemplo) o el labores de producción (Septicflesh, Sabaton y tantos más), sin embargo, tocaba ya el que resucitara a su banda madre, quienes regresan tras ocho años de silencio con Worship, un exquisito álbum de death metal que se ubica a la altura de la leyenda sueca. Digámoslo en simple, en Worship percibimos a un Tägtgren cómodo y en su salsa, en su redil haciendo lo que mejor se le da: un metal que oscila entre lo violento y lo melódico. El punto es que el tino que la banda muestra a la hora de trabajar las canciones es notable.

Los adelantos daban ya muestras de lo que encontraríamos en el álbum, tanto 'Chemical whore' como 'Dead world' sonaban contundentes cada una en su línea, y con el trabajo entre nosotros no hicimos sino confirmar el que estamos ante uno de los grandes regresos que nos habrá regalado este 2021. Esto pues, ya sea funcionando en el medio tiempo en 'Chemical whore' (también en 'Children of the gray'), o acelerando en 'Dead world', Worship', 'Greedy bastards' o 'Another day', la banda convence gracias a la fuerza que le imprimen al sonido, marcada por coros que enganchan, estructuras bien ejecutadas y un Tägtgren totalmente metido en su mal rollo (sigo pensando que debió participar y cantar más en Lindemann, aunque eso es harina de otro costal). Incluso cuando deciden bajar los tiempos, aportando un necesario matiz al disco, en 'We're the walking dead' o 'Brotherhood of the serpent', triunfan, regalándonos así un álbum que entrega lo que efectivamente se espera de una banda como Hypocrisy tras casi una década fuera de las pistas, un disco de death metal sin medias tintas, bien compuesto y ejecutado.

Quizás el disco se entrampa en su recta final, no porque baje el nivel sino porque redunda en las tres últimas, quizás cuarenta minutos era suficiente para dejarnos plenamente satisfechos, algunos dirán también que la banda nunca parece complicarse demasiado con cada canción, pero verdad sea dicha: ¿hace falta cuando algo suena así de contundente y honesto? Lo claro es que Worship no hace sino demostrar que efectivamente si Tägtgren así lo hubiese querido, podría haberse mantenido todos estos años lanzando sólidos álbumes de metal junto a Hypocrisy, y si no lo ha hecho es porque efectivamente sus intereses han estado puestos en explorar fuera de la caja. Que decir, un grande...

¿Canciones? 'Chemical whore'. Greedy bastards', 'Dead world'.

7,9/10
Excelente.


Otras reseñas de Peter Tägtgren:

jueves, 9 de diciembre de 2021

Archspire: Bleed The Future (2021)

"En lo suyo, referentes..."

El death técnico ha estado de fiesta en este par de meses con el lanzamiento de los nuevos álbumes de los alemanes Obscura (si, ya se viene esa reseña) y de los canadienses Archspire, verdaderos próceres del género en la actualidad. Respecto a estos últimos, la tenían complicada tras un álbum como Relentless mutation (2017), soberbio en lo suyo y donde pareció verles tocar techo en términos de ejecución y composición. Para sorpresa (o no tanto en realidad) de algunos, estos tipos no parecen conocer de límites y en Bleed the future, su cuarto trabajo, han vuelto a dar con la tecla situándose como absolutos referentes de la música extrema actual. 

En este sentido, basta darle play al disco para constatar de que hablo. 'Drone corpse aviator' es una bestialidad de canción donde la banda bebe del death clásico pero complementa con unas aceleraciones que sincronizan voz + batería + bajo a la perfección, no sin saber cuando detener el tema (1:42 y 2:30) para tomar aire durante treinta segundos y volver a descargar e incluso regalar un riff melódico exquisito a medio tema (2:02). De ahí en adelante, el álbum se moverá entre canciones breves (tres minutos y algo la mayoría) pero marcadas por un sonido violento, descargas incesantes y ejecuciones técnicas que impactan, con el mérito de saber matizar estas constantes aceleraciones con momentos de pausa e incluso calma, planteando un ir y venir plagado de exquisitos detalles en canciones como 'Abandon the linear', 'Bleed the future' o 'Acrid canon'. Esto a diferencia de 'Golden mouth of ruin' o 'Drain of incarnation', mucho más directas y que introducirán pasajes a la estructura pero siempre en velocidad. 

El álbum es breve, solo ocho canciones en treinta minutos de música, pero no necesitan más para desarrollar su demencial propuesta. Si es por buscarles algo habría que decir que con tres álbumes en la misma línea el factor sorpresa prácticamente ha desaparecido, dicho en simple: sabemos que esperar de Archspire y nos lo dan. El tiempo dirá si se asientan en este estilo que tan bien dominan o se atreven a ir por más, por ahora, han vuelto a anotarse con uno de los grandes discos de 2021...

¿Canciones? 'Drone corpse aviator', 'Abandon the linear', 'Bleed the future'.

8,5/10
¡Excelente!

martes, 7 de diciembre de 2021

Limp Bizkit : Still Sucks (2021)

"El parche antes que la herida..." 

Está claro que nunca Limp bizkit se tomaron demasiado en serio y jugaron siempre con eso, transformándose a fines de siglo pasado en el placer (en muchos casos culpable) de una multitud de adolescentes, al explotar la arista más popera del numetal, digamos, esa que hiphopeaba bastante, tenía mucho de tornamesa y poco de metal. Y bueno, los tipos duraron lo que duró aquella moda, tres o cuatro años, lanzando un par de discos en 1999 y 2000 donde se les vio sacando provecho de cuanto odio les cayó encima y metiendo algunos singles en el inconsciente colectivo, los cuales les han permitido a día de hoy mantenerse girando. 

Diez años atrás les vimos regresar mediante Gold cobra (2011), donde lo intentaron en serio pero dados los pobres resultados al parecer no les ha quedado otra que reírse de ellos mismos mediante este Still sucks, donde evidentemente se han puesto el parche antes de la herida y desde el título + portada juegan con la idea de saber que "esto es una mierda". No dejan mucho margen a la crítica por tanto pues el disco parece estar intencionalmente mal compuesto, repleto de canciones pobres, cortas (el álbum completo dura poco más de media hora) y sin ningún hilo coherente. 

Abren, por ejemplo, entre guitarras mediante 'Out of style' + 'Dirty rotten bizkit', que no están mal pero ninguna explota como corresponde, en 'Dad vibes' vaya que se tomaron en serio la adultez porque Fred Durst suena realmente anciano mientras que lo de 'Don't change' (original de INXS) es un espanto acústico totalmente fuera de lugar que no se entiende que pinta viniendo tras el hiphopeo a la B-Real (de Cypress hill) de 'Turn it up, bitch' (el único momento realmente divertido del disco). 

El ir y venir sin sentido continuará repitiéndose a lo largo de todo el disco. Tributarán a Chino Moreno en los coros de 'You bring out the worst in me' mientras que 'Empty hole' será otra balada acústica donde las ganas ni siquiera les dieron para superar una estrofa + coro, terminando la canción cuando esta recién había comenzado (aunque se agradece el que la cierren, ya que era espantosa de mala). Lo mismo con 'Love the hate', 'Snacky poo' o 'Goodbye', aburridas como ellas solas y donde el asunto da para abandonar es con 'Barnacle', ese grotesco intento por emular a Nirvana (?) que no hace sino corroborar el que Still sucks es una ridiculez de álbum, intencional o no, ellos sabrán. 

En definitiva, el álbum suena a humorada todo el tiempo, marcado por dedicatorias varias al hate contra la banda y canciones poco pensadas. Tiene uno que otro momento simpático (no más que eso) pero en general desprende esa idea de ser un disco de maquetas que no llegaron jamás a puerto, donde la misma banda confirma el que en 2021 es poco y nada lo que tienen por decir, salvo reírse de ellos mismos.

¿Canciones? 'Out of style', 'Dirty rotten bizkit', 'Turn it up, bitch'.

3/10
Malísimo.

domingo, 5 de diciembre de 2021

James: All The Colours Of You (2021)

 "Vivos y positivos..."

Lo de James si que es singular. Una banda que ni siquiera en su mejor momento (¿veinticinco años atrás?) logró meterse en una primera línea y quedó siempre marginada al segundo plano dentro de la escena británica noventera. Una agrupación de la que algunos recordarán uno que otro hitazo ('She's a star', 'Say something', 'Getting away with it', 'Tomorrow'), más ningún disco. Y si así les fue en su mejor momento ya desde 2000 en adelante ni hablemos. Lo cierto es que los de Tim Booth llevan quince años trabajando en el silencio, con álbumes menores bajo el brazo y de los que pocos se enteran, pero siguen ahí. Y justamente, en concordancia con todo lo antes dicho, es que seis meses lleva viviendo entre nosotros este disco, al cual quiero dedicarle algunas líneas. Nobleza obliga, y también el nivel...

En All the colours of you percibimos a una banda sosteniendo su bandera, nadando absolutamente a contra corriente de la actualidad mediante un conjunto de canciones poco y nada inmediatas, que centra sus fuerzas en las melodías (sencillas, sin demasiados adornos) y discurso, el cual desprende en general buen ánimo y positivismo. Nos invitan a vivir en 'Zero' ("Envejecemos como el vino... hasta que ya no") o a mantener la calma ante las inevitables pérdidas en 'Recover', mientras que en lo musical sostienen la tendencia a dejar de lado las guitarras (características en su sonido noventero) y continúan centrándose en los teclados, moviéndose bien en cosas como 'All the colours of you', 'Beautiful beaches' (que claramente emula en su estructura a 'Getting away with it'), en 'Whatever it takes', que agrada buscando la épica con su coro de multitudes o bien entrado el disco en 'Magic bus', donde incluso se atreven con la pista de baile.  

Los pasajes más ambiciosos del disco se concentrarán en su primera mitad, donde varias de las canciones sobrepasarán los cinco minutos de duración, siendo la cara b la que albergará piezas más íntimas en 'Hush' o 'Miss America', o donde incluso se darán el gusto de entregar la canción explosiva de todo el trabajo, 'Isabella', para cerrar con un golpeteo de batería en primer plano en 'XYST', algo monótona eso si...

Algunos han caído en la tentación afirmando que All the colours of you es lo mejor que James ha editado desde su regreso en 2007, que trae de regreso la magia de la banda y bla bla bla. Puede ser. Para mi junto a La petite mort (2014) compite con lo mejor que han entregado en años. Lo que si es claro es que mejoran respecto a cualquiera de sus dos antecesores inmediatos, entrega un par de momentos altos + un conjunto grato. Se les oye vivos, y con eso nos conformamos. 

¿Canciones? 'Isabella', 'Beautiful beaches' y 'Recover'.

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de James:

viernes, 3 de diciembre de 2021

Møl : Diorama (2021)

Para Joaquín. Por el cariño y el dato...

"Altas esperanzas..."

Dentro de las mixturas que se desarrollaron en el mundo del metal durante la pasada década, una de las más interesantes resultó ser el llamado blackgaze, popularizado con fuerza en sus inicios por Deafheaven o Alcest pero trabajado posteriormente por bandas menos conocidas aunque igual de talentosas como es el caso de los daneses Møl. Desde hace unas semanas su segundo disco vive entre nosotros, en el cual alargan de buena forma la sombra que alcanzó su debut de tres años atrás Jord (2018)

En dicha línea y como punto de partida en cualquier reseña, la comparación con Deafheaven resultará inevitable para este tipo de bandas, y así seguramente ocurrirá durante varios lanzamientos posteriores de Møl, quienes conscientes del hecho han decidido marcar distancia con los norteamericanos abriendo el género hacia aristas donde la mixtura luce aún más natural y los pasajes black fluyen sin problemas hacia atmósferas de extrema belleza. Ocurre, por ejemplo, en mi favorita del álbum 'Serf', claro exponente de lo que este álbum pretende lograr, al menos en toda su primera mitad. En esta, tras una partida melódica irrumpirá la cabalgata black con Kim Song Sternkopf dejándose la garganta en cada estrofa, encontrando siempre un equilibrio perfecto entre fiereza y delicadeza, con un trabajo en batería que destaca. Una maravilla de canción que no necesita más de cinco minutos para anotarse entre los singles mejor logrados que habremos oído en este 2021.

Antes y después el álbum habrá encontrado otros pasajes notables, abriendo en 'Fraktur' con minuto y medio instrumental en ascenso para luego reventar entre rugidos furiosos que sabrán cerrar en el momento preciso, mientras que en 'Photophobic' o 'Vestige' (esta en danés) irán directo al grano machacando desde un inicio aunque siempre incorporando uno que otro guitarrazo melódico entre estrofas, incluso con un parón y sección absolutamente limpia la recta final de 'Vestige'. De igual forma, en 'Redacted' la banda también sabrá detenerse y bajar las revoluciones en su trámite, aportando diversidad al conjunto incluso desde las vocalizaciones pues en esta se alternan los clásicos aullidos con guturales, cosa con la que también se juega en 'Itinerari', haciendo un coro con voces limpias.

Otro aspecto a destacar en Diorama es la capacidad de la banda para entender que no es necesario alargar un tema (ni el disco) innecesariamente para entregar contundencia, todo un mérito que en lo personal aplaudo cada vez que me lo encuentro en un álbum. Acá replican la estructura del debut de 2018 entregándonos solo ocho canciones en cuarenta y seis minutos donde casi todas cierran a los cinco minutos, siendo únicamente las dos finales las que superan los siete, precisamente las que en el global más pesadas y difíciles de llevar se vuelven. 

Con su segundo álbum Møl siembran altas esperanzas respecto a su futuro. Beben claramente de los referentes del blackgaze pero saben encontrar un espacio propio en el sitio.  Habrá que ver hacia donde llevan esto en un tercer álbum pero por ahora pinta excelente...

¿Canciones? 'Serf', 'Fraktur', 'Photophobic'.

8 /10
Excelente.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Lana Del Rey : Blue Banisters (2021)

"En libertad..."


Desde la publicación del notable Born to die en 2012, seis discos en siete años ha publicado Lana del Rey, evidenciando sus ansias por conservar vigencia así como el dar amplias muestras de sus capacidades como compositora. En ese camino la vocalista supo encontrar puntos altos primero en Ultraviolence (2014) y luego en Normal fuckin Rockwell ! (2019) aunque como era de esperar ante tanta publicación, antes y después abusó de sus lugares comunes. Tampoco es que esto último represente un problema en su discografía pues la estadounidense ha sabido durante esta década construir un nombre, una carrera, un estilo particular, y todos sus discos (cualquiera, hasta el más bajo) le han ayudado a encontrar un sello característico, una identidad y por sobre todo: la libertad de componer para si misma, sin importarle un carajo si esto gusta o no. Lana ha triunfado, y Blue banisters es la confirmación del dato. 

¿Es que estamos ante otra de sus maravillas? Pues no. Este año hemos tenido a Lana del Rey en partida doble, en abril llegó a nosotros un reposado Chemtrails over the country club y pocos meses más tarde este Blue banisters. Los dos pecan donde mismo y seguramente de haber publicado un solo trabajo con lo mejor de ambos habríamos tenido uno de los discos del año, sin embargo, la libertad es el éxito del artista y Lana se encuentra en ese punto, haciendo lo que le da la gana, para bien y para mal. 

Lo que nadie podría negar es que en Blue banisters volvemos a encontrar su mano, digamos, tristes historias narradas en primera persona sobre un piano o algunas cuerdas. Ahí sonará regular, insistiendo generalmente sobre la misma tecla (es un disco sencillo escrito en pandemia, eso es evidente) y seguramente extendiéndose por sobre lo necesario, pero encontrando también más aciertos que fallos en el camino. De hecho, como suele ocurrir en sus álbumes, lo mejor se concentra en su primera parte, abriendo en total calma en la pasada por 'Text book' + 'Blue banisters' + 'Arcadia' para luego encontrar la pasada más destacada del álbum: 'Black bathing suit', con ese minuto final en donde por única vez en el álbum se desata en arreglos, seguida de 'If you lie down with me' + 'Beautiful', en ambas lanzándose al desamor mediante melodías a estas alturas de marca registrada.  

En el nudo del disco habrán líneas dedicadas al amor propio en 'Violets for roses' ("Desde que me desenamoré de ti / Me enamoré de mi...") a la cual se sumará una interesante colaboración con Miles Kane en 'Dealer', en otro de los momentos que en materia de arreglos e interpretación escaparán de lo habitual (Lana grita como nunca en esta). Y bueno, desde ahí el disco comenzará a redundar/rellenar, en una seguidilla de canciones que están bien pero se repiten bastante ('Living legend' y 'Cherry blossom' parecen ser la misma, por ejemplo), por lo que el álbum perfectamente pudo tener 3 o 4 menos y la experiencia habría cerrado mejor. 

En definitiva, otro disco de Lana del rey que "no está mal", donde continúa mostrándose rebosante en talento e identidad aunque instalada también en un lugar cada vez menos apto para auditores casuales. Ese lugar que algunos llaman vanguardia...

¿Canciones? 'Text book',  'Black bathing suit', 'If you lie down with me'.

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de Lana del Rey:

lunes, 29 de noviembre de 2021

Dream Theater: A View From The Top Of The World (2021)

"Un saludo a la bandera..."

¿Qué se puede esperar de una leyenda viva como Dream theater a estas alturas de su extensa carrera? A juzgar por sus recientes entregas el veredicto sería solo uno: administrar el legado. Y es que durante esta década cuando la banda intentó ir por más, básicamente en The astonishing (2016), el resultado estuvo lejos de impactar positivamente, por lo que en general les hemos oído cumpliendo con álbumes correctos como el homónimo de 2013, Distance over time (2019) y ahora con este A view from the top of the world. En este sentido el álbum número quince en la carrera de los estadounidenses combina acertadas dosis de metal progresivo con momentos en donde el piloto automático se vuelve evidente, generando así un global que no alcanza a decepcionar pero tampoco impresiona. 

Entre lo positivo aparece la partida del álbum, ahí lo que generan en 'The alien' es notable: dos minutos instrumentales con una banda que suena ágil acelerando y bajando revoluciones a placer para luego dar paso a una estructura marca de la casa con un James LaBrie que, filtrado y todo, saca partido a su registro. Es una gran canción, la cual dará paso a una sólida 'Answering the call', por lo que los primeros quince minutos cumplen de sobra. Más adelante se agradecerá la presencia de algo como 'Transcending time', una canción de vibra muy ochentera y alegre (una especie de Survivor + Toto en versión progresiva) que aporta diversidad al conjunto. 

No todo será destacado, sin embargo. Entrando en el nudo del disco aparecerán los lugares comunes de Dream theater y en canciones como 'Invisible monster', 'Sleeping giant' en incluso en los más de veinte minutos de 'A view from the top of the world' (la canción) se les percibe cumpliendo demasiado automatizados en la fórmula, cerrando así un álbum de momentos pero que en el global no parece justificarse. No es un mal disco, la producción es buena y las ejecuciones impecables están, pero en medida que avanza deja esa sensación de que acá realmente no había algo nuevo que mostrar, lo cual viene siendo tendencia desde hace bastante. ¿Qué esperar entonces de Dream theater tras tantos años de carrera? Pues esto, un saludo a la bandera.

¿Canciones? 'The alien', 'Trascending time'

6/10
Bueno, cumple...

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Mastodon: Hushed And Grim (2021)

"Intenso, extenso, ambicioso, doloroso y creativo..." 

Tras un camino en el metal que tocó techo con Crack the skye (2009) y un posterior giro hacia el hard rock, quedaba por ver que pasos seguían Mastodon, sobre todo tras el decepcionante Emperor of sand (2017), un trabajo continuista que evidenció el desgaste de aquella fórmula comenzó a gestarse con The hunter (2011) a comienzos de década. Era necesario el cambio de dirección y así lo entendió la banda, quienes han acabado por patear el tablero mediante un álbum intenso, extenso y ambicioso. Y es que hay que ser valiente para en plena era streaming lanzar un álbum doble, algo completamente a contra corriente de lo que hoy vivimos y que invita al oyente a realizar un ejercicio poco común por estos días: sentarse a oír música. La osadía, sin embargo, no se queda sólo en las formas sino que también apunta al fondo con un conjunto de canciones inquietas y diversas, aunque todas con un hilo conductor: la pérdida y el dolor. Recordemos que el álbum está inspirado en la muerte en 2018 de Nick John (manager de la banda), de ahí sus tonalidades oscuras, las cuales tanto en los momentos agresivos como de calma se perciben siempre tremendamente presentes.

Como todo buen disco de rock duro, el álbum abre con dos golpes directos, primero en una vibra muy Gojira (los de 'Another world') con 'Pain with an anchor', donde la batería de Brann Dailor hace lo suyo redoblando todo el tiempo entre guitarras punzantes, con la banda acelerando para incorporar los tradicionales cambio de voces entrando a los coros, y luego con la bestial 'The crux', que junto a 'Pushing the tides' o 'Savage lands' (que sonarán bastante más adelante) entregarán la arista más metal del álbum. Sin embargo, rápidamente Hushed and grim se adentrará sobre sonidos más profundos, con momentos cargados al progresivo y a la psicodelia pero siempre con un eje transversal constante: la emoción. Y es que en cada una de las quince canciones que componen el disco, Mastodon saben encontrar un equilibrio entre estructuras bien pensadas con un sonido honesto y cercano. En este sentido la banda nunca se pierde en alargues innecesarios ni arreglos forzados, todo un mérito considerando lo extenso que es el álbum (son noventa minutos de música). 


Cada canción es por tanto un mundo, con momentos en donde el peso del sonido suena muy emocional como ocurre en 'Sickle and peace' o 'More than I could chew', llegando en esa línea a cotas muy altas en 'Had it all' (con un solo cortesía del gran Kim Thayill de Soundgarden), donde la banda pareciese partirse en dolor, o en los extraordinarios ocho minutos de 'Globbers and dregs' (¿La mejor del álbum? La mejor del álbum), que llegando al cierre del disco da muestras del estado de desate creativo al que se permitieron llegar en esta ocasión, algo que también aparece en los arranques progresivos de 'Peace and tranquility', en la experimentación de 'Dagger' o en el épico cierre que logran con '...Gigantium'.

Ciertamente habrán pasajes que se volverán algo pesados de llevar, como ocurre en la pasada por 'The beast' + 'Skeleton of splendor', balada que se tarda demasiado en encender pero la disculpamos dado que compensan con talento inmediatamente en la melódica 'Teardrinker', quizás la única que efectivamente conecta con lo que la banda venía entregando durante la pasada década. 

En definitiva, Hushed and grim es un álbum que tiene de todo, un trabajo ambicioso y contundente, que sabe cuando apostar por la agresividad y cuando bajar las revoluciones, se desata a momentos y se contiene en otros. No intentan volver a sus inicios pero tampoco continuar con el camino que venían trazando. Se han situado acá en un nuevo lugar y aquello no puede sino emocionar. Admitámoslo, muchos creímos que Mastodon ya no sería capaz de sorprendernos y que habían domesticado en exceso su sonido. Pues bien, acá están... y vaya regreso. Serio candidato a disco del año.

¿Canciones? 'The crux', 'Had it all', 'Globbers and dregs'.

lunes, 22 de noviembre de 2021

Dudan Duran: Future Past (2021)

 "Armando la fiesta..."

Mirado a distancia, los años noventa fueron complejos para Duran Duran, una agrupación que asentó sus credenciales en los ochenta y que de pronto se vio forzada a revitalizar su sonido en plena era grunge. En ese camino, el álbum homónimo de 1993 y notables singles como 'Ordinary world' + 'Come undone' les permitieron sobrevivir al momento, sin embargo, de ahí en adelante fue todo cuesta arriba para ellos. A un fallido álbum de refritos titulado Thank you (2005) le siguió el fracaso de Medazzaland (1997), cambios de formación, además de un insípido Pop trash (2000)

Todo hablaba de unos Duran Duran en confusión y sin un camino claro a seguir, lo cual se confirmó en los siguientes años. John Taylor regresaba a la banda (se había marchado en 1998), publicarían un sólido y rico en melodías Astronaut (2004) pero tras este llegaría el desastroso Red carpet massacre (2007), grabado junto a Timbaland y Justin Timberlake, donde acabaron haciendo el ridículo al querer sonar forzadamente modernos. 

En palabras simples, no es exagerado afirmar que durante veinte años Duran duran sobrevivió deambulando en la irregularidad con chispazos de genialidad pero sin poder encajar un par de discos seguidos de nivel. Todo cambió, sin embargo, en 2010. Sea por la reciente tendencia a mirar hacia atrás en la música o la mano de Mark Ronson en producción, el caso es que All you need is now (2010) resultó ser el álbum que la banda necesitaba, el abrelatas que les mostró el camino, algo que se confirmó cinco años más tarde en Paper gods (2015). En ese contexto es que Future past llega a nosotros, con unos Duran duran revitalizados y con suficiente confianza como para volver a intentar la jugada de 2007 (la de Red carpet massacre), es decir, conectar su sonido con el presente pero intentando no perder identidad ni sonar forzados. Y lo logran.

En este sentido, Future past es un álbum marcado por un sonido que roza la sobre producción (que los títulos se presenten todos en mayúsculas estéticamente es coherente con esto), un disco donde han colaborado muchos (algo que sabemos ocurre bastante en el pop moderno), con Erol Alkan como factor común a lo largo del trabajo aunque también hay un par de apariciones de Giorgio Moroder, así como Graham Coxon (guitarrista de Blur) aparece apoyando en labores de composición. El disco está co escrito y producido entonces por Duran duran + una serie de amigos(as), todos quienes han confabulado en un mismo objetivo: armar la fiesta. 

El disco abre con 'Invisible', marcada por su ritmo golpeado y coro marca de la casa. Hay fuerza, el bajo está presente, los teclados también y, verdad sea dicha, todo suena hermoso, en su lugar. Algo similar a lo que ocurre en 'All of you', donde nos empapan de sabor en los coros, mientras que un punto alto se anotarán en 'Give it all up', junto a Tove Lo y donde saben alejarse de sus lugares comunes para adentrarse en atmósferas actuales y salir bien parados. Luego, 'Anniversary' + 'Future past' serán dos dispuestas a retumbar en tus oídos con su sonido exagerado y un Simon Le Bon que en concordancia se propone llegar muy arriba en los registros. 


En el nudo del disco aparecerá el momento Moroder de este, lanzándose a la pista de baile primero con 'Beautiful lies', muy Pet shop boys en esa partida entre sintetizadores, y luego con 'Tonight united', para luego bajar las revoluciones mediante la sólida 'Wing', con Le Bon interpretando sobre sutiles sintetizadores que construyen la atmósfera, seguida de dos que entregan protagonismo a la presencia femenina en voces, me refiero a 'Nothing less', donde confluyen guitarras y teclados, y 'Hammerhead', con Ivorian Doll verseando a medio tema. Finalmente, la banda volverá a retomar la diversión con 'More joy!' (junto a las japonesas Chai) para cerrar en absoluta elegancia con 'Falling', nuevamente en tonos reflexivos.  

Future past triunfa en muchos aspectos. En primer lugar muestra un claro hilo conector en las atmósferas que pretende generar, marcadas por un sonido envolvente (ruidoso incluso), pero que no se queda solo ahí en las formas sino que también van por el fondo. Ahí, las canciones están, los puentes y coros funcionan, los arreglos suenan coherentes y dan muestras de una banda que se ha dejado ayudar por una serie de artistas del ayer y del hoy, mirando de esta forma efectivamente hacia adelante sin alejarse de lo que son. En definitiva, un nuevo gran álbum de Duran Duran, y ya van tres al hilo...

¿Canciones? 'Invisible', 'Give it all up', 'Anniversary'.

8/10
Excelente.


martes, 16 de noviembre de 2021

Cradle Of Filth: Existence Is Futile (2021)

"En estado de gracia..."

Tras tantos años de existencia tiene mérito el conservar vigencia como ha hecho Cradle of filth, quienes con su nueva formación (que corre desde 2014) han vivenciado una especie de segundo aire que les ha permitido recuperar nivel y regularidad. Dicho en simple, desde Hammer of the witches (2015) que la banda se muestra en plena forma, confirmando sensaciones primero mediante el notable Cryptoriana -  The seductives of decay (2017) y ahora con Existence is futile, volviendo a cumplir de sobra de la mano de un estilo que manejan a la perfección y al que saben sacar enorme provecho. 

Con los de Dani Filth es difícil encontrar medias tintas, los quieres mucho o simplemente te molestan, y es que su estilo suena tan característico que resulta casi imposible el no tomar posiciones al respecto. Acá han vuelto a desenfundar su black metal sinfónico de connotaciones góticas, emocional y dramático, y no se si será la novedad pero mi sensación es que este álbum es aún más teatral que sus antecesores. Como prueba, la adictiva 'Necromantic fantasies', claro single promocional del disco y que cuenta con una narrativa exquisita, orquestaciones que cumplen y melodías bien logradas, algo similar a lo que ocurre con 'Crawling with chaos', aunque esta acelerará muchísimo más y jugará con su estructura (el giro que encuentran en el 2:14 antes de ese notable "Apophis! Reach dark office!" es manjar). Antes de estas sonará la espectacular 'Existential terror', que como suele ocurrir en cada álbum de Cradle of filth, abre los fuegos desenfundando idas y vueltas, cambios de tiempo y registros vocales a placer por parte de un Dani Filth que continúa siendo un personaje digno de adoración. 

Ya solo con las tres mencionadas el álbum nos tendrá en sus manos, entre estas sonarán dos instrumentales (a los cuales se sumará uno más en la recta final) y complementarán el viaje metiendo caña en 'Black smoke curling from the lips of war' o 'How many tears to nurture a rose' , para luego bajar las revoluciones en 'Discourse between a man and his soul' o 'The dying of the embers' . Y si, que el disco se extiende más de lo necesario en toda su recta final, alargando el asunto más allá de lo necesario (setenta minutos es demasiado) encontrando el único defecto que se le puede achacar a un álbum en general sólido, clarísimo en sus intenciones, cargado de identidad y grandes composiciones. Dani Filth continúa en estado de gracia, con este son tres álbumes al hilo absolutamente incontestables. Un crack.

¿Canciones? 'Existencial is terror', 'Necromantic fantasies', 'Crawling with chaos'.

8/10
Excelente.


Otras reseñas de Cradle of filth:
2015: Hammer of the witches 

domingo, 14 de noviembre de 2021

Camila Moreno: Rey (2021)

"Inquieta y coherente ..." 

Seis años han transcurrido desde la publicación del fantástico Mala madre. Durante este tiempo Camila Moreno se entregó un tiempo para si, para vivir su maternidad y re encontrarse , pero en Chile (y el mundo) se sucedieron también hechos relevantes, en lo político y cultural, y de toda aquella mixtura va su cuarto trabajo, una nueva aventura musical por parte de una de las artistas chilenas más brillantes de la última década, si es que no la más. 

Llega así un trabajo compuesto por doce canciones + ocho interludios, un disco que vuelve a marcar un giro en su carrera, que en lugar de replicar las ideas expresadas en Mala madre intenta llevarlas aún más allá mediante un álbum de concepto distópico, futurista, que musicalmente prácticamente abandona las guitarras para centrarse en la generación de ambientes mediante el uso sintetizadores + baterías electrónicas + samplers, mientras que en lo temático utiliza la revolución feminista como punto de partida para explorar el amor y el deseo, el erotismo y la sexualidad, como ideas a desarrollar. Y bueno, el resultado es fantástico. No podía ser de otra forma. Complejo y arisco seguramente en una primera instancia, con canciones que no resultan amigables ni sencillas de llevar, que en lo musical y lírico van al choque pero que en el desafío acaban triunfando a causa de su absoluta coherencia.

Esta idea del choque se expresa a la perfección en una canción como 'Quememos el reino'. Ahí Camila habla fuerte y claro, enrostrando una historia de violencia ("Baja el arma - Le dije pidiendo. No seas cobarde, por favor...") para luego enfocar el renacer desde la ira ("Cuando descendí a los infiernos encontré a mucha gente que quería salir...") y las ganas de romper con todo lo erróneamente establecido, injusticias sociales incluidas ("Quemaremos a los demonios, asesinos cobardes, dueños de la nación..."), lanzando entre medio varias de las líneas más jodidamente geniales que la artista ha parido en toda su carrera ("Siempre supe que no hay tierra de Dios. Esta tierra es de las dos, de indígenas y de marginales. Esta tierra es de mi hijo, el paganismo y erotismo salvaje..."). Que decir, enorme. 


Más adelante el álbum apostará por la contundencia electrónica en la sensacional 'Rey' para luego buscar el equilibrio en 'Es real', otra joya monumental que nos ha regalado este álbum, donde sabe encontrar a  Bjork (en modo Homogenic en esa explosión del 00:48) y luego a Radiohead metiendo esos pincelazos acústicos de vez en cuando. 'Déjame' es LA balada del disco, con acertada colaboración de la colombiana Lido Pimienta y la mexicana Ximena Sariñana, pero lejos de entregárnosla sobre un piano o una guitarra, nuevamente nos la embalsama de ruidos, explosiones y maquinitas, en otra jugada acertada, esto a diferencia de 'Hice a mi amor llorar' (inspirada en el "I made my baby cry" de Joni Mitchell expresado en 'River' de 1971), que es lo primero del disco que suena tradicional y que incluso rememora a otras canciones viejas de Camila, tal como ocurrirá más adelante en 'Detonación'.

La segunda parte del disco estará completamente marcada por la arista más Radiohead de la artista, jugando mucho con guitarras melódicas que suenan sobre bases electrónicas (algo que los británicos desarrollaron a la perfección en A mood shaped moon de 2016) y este es un primer gran detalle que se le podría cargar al álbum, que en prácticamente toda su recta final deja esa sensación de entregarnos algo que roza el homenaje a sus ídolos, lo cual se percibe muy patente en 'Hombre', de temática potente ("Nunca entendí como pudiste ser tan bueno, un ladrón, impostor, un asesino y también un farsante...") pero que musicalmente es idéntica a diez temas diferentes de Radiohead. Tiene algo de muchas y eso te la mata un poco. De todas formas, la oscuridad de 'Villano' sumada a la contundencia de 'Cerca' funcionan, mientras que en el cierre el álbum volverá a volar (muy) alto en 'Comer llorando', donde desata explosiones entre gloriosos sintetizadores, para finalmente cerrar sobre un melancólico piano en 'La luz asesina'.

Rey es un viaje fantástico, la propuesta honesta, compleja, profunda y descarnada por parte de una artista que en muy poco tiempo ha avanzado demasiado. Su cuarto disco tendrá ripios (los interludios aportan poco y nada) y en un par de ocasiones se le verá con descaro el plumero en materia de influencias (lo dicho respecto a Radiohead), pero con todo, lo que nos entrega continúa siendo un regalo, un paso adelante más que impacta en el mejor de los sentidos. 

¿Canciones? 'Quememos el reino', 'Es real', 'Villano', 'Déjame'.

8,5 /10
¡Excelente!


Otras reseñas de Camila Moreno: