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lunes, 27 de enero de 2020

Pet Shop Boys : Hotspot (2020)

“Algo más controlados...”

Los últimos dos álbumes de los históricos Pet shop boys (ambos con Stuart Price en la producción) gozaron de un elemento de frescura no menor al punto de transformarse en trabajos que seguro tras el paso de los años continuaremos visitando. Y es que si bien Electric (2013) se percibió con un verdadero desate electrónico mientras que Super (2016) fue más un “disco de canciones”, ambos trabajos dieron muestra de un talento intacto a la hora de entregar un pop elegante puesto al servicio de la pista de baile y que apostó por la vanguardia, en un evidente intento por sonar modernos y atractivos, esto independiente de la repercusión mediática que estos hayan conseguido pues sigo creyendo que la última vez en que los ingleses se esforzaron por conseguir un hit fue en 2009 con Yes, y que desde ahí simplemente abandonaron la tarea. Llegaba por tanto el momento de cerrar la trilogía, sin embargo, cosa curiosa: lejos de ser Hotspot un álbum capaz de elevar a una nueva dimensión el sonido de sus antecesores (o al menos sostener el nivel), nos encontramos frente a un disco algo más contenido y encorsetado, un conjunto compuesto por diez canciones que oscilan entre una electrónica melódica y un puñado de baladas. 

Y si bien el álbum abre de manera bestial con la enorme ‘Will -o-the-wisp’, agresiva y dueña de una dinámica dispuesta a volarte la cabeza, no encontrará en el resto del disco relevo de similar altura. Lo intentarán en el single ‘Monkey business’, que algo de impacto encuentra en sus estrofas ( ese genial “Bring me margaritas, champagne and red wine / we’re gonna have  a party / When we are cross the line”), sin embargo, el resto de la dinámica irá más encaminada hacia la pista de baile en versión más clásica y amigable, como ocurre en ‘Dreamland’ (en compañía del trío Years & years), ‘Happy people’ (con los siempre singulares relatos conversados de Neil Tennant) o ‘I don’t wanna’. ¿Y el resto? Baladas y más baladas. Ahí cada cual podrá encontrar su favorita entre ‘You are the one’, ‘Hoping forma miracle’, ‘Only the dark’ o ‘Burning the heather’, todas bonitas y que rememoran la etapa más noventera de la banda (muy en plan Bilingual varias de ellas), pero ciertamente todas abusan un tanto del manual y suenan demasiado obvias.

Sería injusto afirmar que Hotspot es de plano un mal disco pero si uno que arriesga poco y que cuando apuesta por las melodías estas no enganchan demasiado. Pareciese que han decidido cerrar la trilogía en un tono más solemne, y bueno, ¿quién podría culparles por eso?

6,8 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Pet shop boys:

martes, 5 de abril de 2016

Pet Shop Boys: Super (2016)

Experiencia, elegancia y estilo.


Fieles a lo suyo, de la mano de una elegancia absolutamente única, los ingleses de Pet shop boys vuelven a irrumpir entre nosotros con su característico estilo, nuevamente con Stuart Price en producción y un álbum que se enlaza a la perfección con lo que había sido su más reciente disco: Electric (2013). Nuevamente nos regalan entonces un trabajo que no se anda con rodeos y nos lleva directo a la pista de baile mediante un incesante beat que apunta a nuestros corazones, y lo logran, vaya que lo logran. Lejos de la fórmula de radios, lo de Pet shop boys hoy en día se remite a entregarnos parte importante de lo que mejor saben hacer: llevarnos a su vida nocturna. Lo hacen desatando todo lo que tienen, como si en cada nuevo disco se les fuese la vida. 

Abren con dos declaraciones de intenciones, primero 'Happiness', que no es más que un notable coro ('Es un largo camino a la felicidad, pero llegaré ahí de la única forma que conozco...") acompañado de un constante vaivén electrónico, y luego 'The pop kids', otra en donde se definen y de paso entregan lo más parecido a un single que posee el álbum. Como sea, el asunto funciona de maravillas e incluso nos lleva a aceptar de buena gana el experimento electro/reggaeton que entregan en 'Twenty something', una que inevitablemente trae al presente el recuerdo de aquel lejano y experimental Bilingual (1996), disco donde también el dúo coqueteó con sonidos latinoamericanos. 

Más adelante el asunto abordará el pop y la dinámica directa en 'Groovy', el instrumental 'Pazzo!', 'Undertow' o 'Say it to me', complementará con las hipnóticas 'Inner sanctum' o 'Burn' y alternará una que otra bajada de revolución mediante las notables 'The dictator decides' y 'Sad robot world'. Todo muy bien armado de manera que como conjunto Super funciona sin ningún problema, pese a que quizás en lo individual carezca de fuerza. Y no es que estemos acá frente a malas canciones pero claro está que, quizás conscientes de los tiempos que vivimos, hace rato que Pet shop boys se olvidaron de la idea de generar hits con estructuras tradicionales y se han concentrado más bien en generar ambientes y regalar intensas sensaciones (no podría culparlos, si una canción como 'Love etc.' no sonó en ningún lado, apaga y vámonos). 

Como sea, estos ingleses no fallan, y en 2016 lo han vuelto a hacer. Super como viaje fluye con naturalidad y convence absolutamente. Levemente inferior a su antecesor aunque continúan sosteniendo su legado sin problema alguno. Benditos sean por aquello.

7 / 10
Muy bueno.

 

Otras reseñas de Pet shop boys:

viernes, 2 de agosto de 2013

Pet Shop Boys: Electric (2013)

¡Let's dance!

Los maestros del synth pop están de regreso, ahora, cosa curiosa: no ha pasado demasiado tiempo desde su anterior trabajo, por lo que este disco desde su fecha de lanzamiento sorprende. Elysium fue editado en 2012 y a menos de un año de aquella entrega resulta que nos encontramos con un nuevo álbum de Pet shop boys, el cual por cierto suena radicalemente diferente a su antecesor. La pregunta entonces cae de cajón: ¿Tenían pensado desde siempre el editar dos álbumes seguidos o este disco aparece en respuesta a la baja recepción obtenida por Elysium? Como sea, el caso es que acá están y ojo al dato: con Stuart Price en la producción.

Comencemos confirmando lo ya dicho: Electric es la antítesis de lo que fue Elysium. Si el de 2012 fue un disco exageradamente calmo, centrado en atmósferas espesas y en general, digámoslo, aburrido, este nuevo trabajo pretende ir en dirección contraria, una más directa y que no se anda con rodeos. Desde la partida a cargo de los cinco minutos de la bestial "Axis" la banda declara intenciones. Acá el sonido viene cargado a los sintetizadores, busca recuperar un poco la onda ochentera del dúo, rendir culto de cierta forma a la música de baile y la vida nocturna que en tantas ocasiones ha servido de motivación para estos ingleses. 

El disco en general no da espacio a las pausas, los temas son extensos, bastante dinámicos y de mucha exploración electrónica. Acá queda claro que el dúo ha decidido alejarse esta vez de su característica vocación pop para dar rienda suelta a los juegos de sintetizadores y las constantes invitaciones a la pista. Se reconocen estrofas y coros en temas como como "Bolshy" o "Love is a borgeois construct", pero en general el trabajo no está pensado para conquistar por la vía melódica/pegajosa sino que pretende entregar un concepto musical, una experiencia sonoramente conceptual. 


Los mejores momentos del disco aparecen en aquellos temas donde realmente podemos sentir al dúo soltando todo su arsenal electrónico, como son los casos de las instrumentales "Axis" o el tecno hiperactivo de "Shouting in the evening" (lo mejor del álbum sin duda) y la fantástica versión que han realizado de "The last to die" (original de Bruce Springsteen). Ahora, de todas maneras hay espacio para la tradicional elegancia del sonido Pet Shop boys y ahí luce el final a cargo de la dupla "Thursday" / "Vocal", ambas muy bien logradas. Por cierto, lo mejor del disco no está al comienzo de este sino que en su segunda mitad, siendo los temas "Fluorescent" e "Inside a dream" son probablemente lo menos consistente del disco, ambas en la primera parte de este.

Buen regreso entonces este de Pet shop boys, para algunos se han anotado su mejor disco en la última década. Yo no sería tan categórico ya que le tengo mucho cariño a Fundamental (2006), pero Electric definitivamente supera a Yes (2009) y sobre todo a Elysium (2012), lo cual no es poca cosa considerando la extensa carrera con la que cuentan estos tipos...

8,5 / 10
¡Excelente!