viernes, 29 de octubre de 2021
Trivium: In The Court Of The Dragon (2021)
martes, 26 de octubre de 2021
Coldplay: Music Of The Spheres (2021)
"Vacío de principio a fin..."
Les ocurrió por tanto un par de años atrás, que al querer sonar profundos únicamente sonaron tediosos, y les ha vuelto a ocurrir en 2021, que en la búsqueda de algo light acaban de entregar un espanto de álbum, el peor en su carrera por paliza (y mira que había donde escoger). Ya de mirar el listado el asunto huele mal, doce canciones donde cuatro se titulan con un emoticón (un saturno, estrellitas, un corazón y un planeta tierra) y no son otra cosa que unos instrumentales de cincuenta segundos que aportan cero al conjunto ¿Y entre estos? Un puñado de canciones forradas en artificios pero muertas por dentro, sin alma ni nada ('My universe', con BTS), algunas derechamente aburridas ('Let somebody go', con Selena Gomez), otras que lucen un corito contagioso por ahí ('Higher power'), algunas que emulan las guitarras descafeinadas del U2 más reciente ('People of the pride') y otras que definitivamente no hay por donde agarrar ni soportar ('Biutyful', joder, pero que cosa más mala...). ¿Algo bueno que mencionar? Si, 'Coloratura', que al menos mete un solo bonito.
Y bueno, no hay mucho más ni tampoco merece nuestro tiempo algo como esto. La vida es una y hay que gastarla en asuntos que transmitan algo. Esta es otra intentona más por parte de Coldplay por sonar livianos solo que esta vez ni con los singles dieron en la tecla. Y ya no pasa por las expectativas, pues entendemos lo que son, lo que se puede o no esperar de esta banda, sin embargo, ni en su contexto esto tiene defensa. Desde ya, el peor disco del año.
¿Canciones? ...
domingo, 24 de octubre de 2021
Villagers: Fever Dreams (2021)
"Belleza digna de ser descubierta..."
Nos encontraremos así con un disco ante todo desafiante, que abrirá apostando por la contundencia en 'The first day', donde los vientos serán protagonistas, para luego dar paso a las mencionadas atmósferas oníricas en 'Song in seven' o 'Momentarily', entre las cuales sonarán los dos momentos más atrevidos del álbum, primero con una dulzura de canción como 'So simpático', que a medio tema (3:40) se quebrará con un saxofón para extenderse por tres minutos, y luego con la multifacética 'Circles in the firing line', que también abre como una bonita canción para luego dispararse hacia cualquier lado, incluida una extraña aceleración entre guitarras en el cierre.
Ya en la cara b del disco, 'Restless endeavour' entregará una faceta más exploratoria desatando el caos mediante el ensamble batería + saxofón + teclados, asunto que llevará más lejos aún en la psicodélica 'Fever dreams', no sin antes bajar bruscamente las revoluciones yendo al piano y la melancolía primero en 'Full faith in Providence' y finalmente en 'Deep in my heart', una bonita jugada también marca de la casa.
Fever dreams oscila por distintos lugares musicales a placer. Acá hay mucha atmósfera íntima y volátil, osados cambios estructurales, pasadas donde el compositor se interna en pantanos exploratorios, dulzura y contundencia en materia de arreglos. Es bastante para un álbum donde se aplica el cliché de que "requiere tiempo", un disco que poco a poco desenfunda su belleza, como suele ocurrir con cada álbum de Villagers. No es un trabajo fácil pero si uno digno de ser descubierto.
¿Canciones? 'So simpatico', 'Circles in the firing line', 'Restless endeavour'.
jueves, 21 de octubre de 2021
20 Años De... Garbage : Beautiful Garbage (2001)
"Giro desafiante, elegante y fallido..."
Los problemas, además, habían comenzado mucho antes. Shirley Manson se encontraba en pleno proceso de divorcio cuando decidió encerrarse junto a la banda a grabar el álbum, por lo que utilizó estas composiciones como un verdadero catalizador de emociones aunque afrontando la situación con una fiereza envidiable y entregando varias de las interpretaciones más afiladas en la carrera de Garbage. Prueba de esto es la potente partida del álbum a cargo de 'Shut your mouth' + 'Androgyny', donde la vocalista reflexiona respecto al juicio constante que deben vivir las mujeres en el mundo del rock y también en torno a los estereotipos de género. Musicalmente ambas además declaran intenciones respecto al giro que la banda busca realizar, escapando de la estridencia electrónica/rock de Version 2.0 para dar paso a un sonido cargado al glam donde las guitarras aparecen con sutileza, sonando siempre elegantes aunque jamás desatándose.
La tendencia a buscar canciones donde el rock es contundente pese a sonar siempre contenido, con una producción limpia y cristalina, vuelve a manifestarse en las sólidas 'Til the day I die', 'Silence is golden', 'Breaking up the girl' o 'Cherry lips (Go baby go)', otro hitazo, no sin antes pasar por la grandilocuencia de un baladón como 'Can't cry these tears', la acústica 'Drive you home', o la dolorosa 'Cup of coffee' ("No, por supuesto que no podemos ser amigos / No mientras esté así de obsesionada..."), tres en donde Shirley se desangra en el relato, creciendo enormemente además como vocalista y front girl de la banda.
No todo funcionará eso si. Ya con las cartas sobre la mesa el álbum cerrará con debilidad, perdiendo puntos en toda la recta final, marcada por canciones corrientes que se hacen pesadas, cerrando así un trabajo que inevitablemente representa un mal recuerdo para la banda, un disco al que le pusieron mucho pero del que obtuvieron bastante poco. Más allá de la rotación de uno que otro single, Beautiful garbage no logró la repercusión esperada, dejando a Garbage en un limbo complicado del que, digámoslo, nunca supieron sobrevivir. Nobleza obliga, a veinte años de distancia, el reconocer que la intentona de 2001 poseía méritos para haber llegado más lejos.
¿Canciones? 'Shut your mouth', 'Androgyny', 'Silence is golden'.
martes, 19 de octubre de 2021
Ministry: Moral Hygiene (2021)
"(Al menos) hay propuesta..."
El caso es que cada nuevo lanzamiento venía siendo peor que el anterior por lo que frente a este Moral Hygiene las expectativas altas no estaban pero quedaba por verificar si la tendencia a la baja se confirmaba o más bien corregía en algunos aspectos. Con el álbum entre nosotros cabe mencionar que el buen Al ha querido realizar un giro de timón centrándose esta vez en las canciones por sobre los excesivos efectismos que sobraron tanto en From beer to eternity como Amerikkant, sin embargo, tampoco el álbum apunta hacia el metal despiadado de álbumes como Houses of the molé (2004), Rio grande blood (2005) o The last sucker (2007), sino más bien busca encontrar un equilibrio, con medios tiempos cargados de peso + groove, como ocurre en 'Alert level' + 'Good trouble', que no están mal aunque ambas son muy similares por lo que parecen ser diez minutos de lo mismo (por cierto, los seis minutos de la primera no se justifican en absoluto), siendo recién en 'Sabotage is sex' donde percibimos un matiz gracias a la participación en voces de Jello Biafra (un histórico de Dead Kennedys), así como en 'Desinformation' encontramos la que debe ser la mejor pegada en todo el álbum. En el nudo del álbum 'Search en destroy' también funcionará, pese a bajar velocidad respecto a su versión original de The Stooges (de 1973), mientras que 'Believe me' con su incursión en teclados y guitarras acústicas resultará atractiva, novedosa e interesante.
La primera mitad del disco por tanto, pese a nunca encontrar un punto marcadamente alto y reiterar ideas en su comienzo, mejora ostensiblemente el nivel que Al Jourgensen venía entregando en anteriores álbumes de Ministry, y eso hay que dárselo. Ahora, lamentablemente estas sensaciones no logran confirmarse en la segunda mitad, donde el disco se empantana poco a poco entre experimentaciones y canciones en exceso difíciles de seguir, como toda la pasada por 'Broken system' + 'We shall resist' + 'Death roll', quince minutos en total que son puro tedio y rompen por completo el ritmo que el disco venía trayendo, así como el cierre hiperquinético que propone 'Tv song #6' tampoco se entiende más allá del freakerío de su sonido. Una lástima.
Mirando el vaso medio lleno, hay una propuesta musical acá y cositas que permiten afirmar el que estamos ante el mejor álbum de Ministry en diez años, al menos en la etapa post Mike Scaccia. Ahora, claro, tampoco da para destapar nada, que objetivamente esto se encuentra muy pero muy lejos de los momentos más logrados de esta leyenda.
¿Canciones? 'Desinformation' , 'Search and destroy' y 'Believe me'.
sábado, 16 de octubre de 2021
Carcass : Torn Arteries (2021)
"La magia se conserva..."
Manejan las claves del death metal melódico como nadie, entregando un sonido duro pero jamás despiadado y que más bien centra su fuerza en las descargas emocionales que desprenden sus notas y arreglos. De hecho, abren con agilidad en 'Torn arteries' (la canción) para rápidamente dar un giro hacia tiempos más lentos, donde el peso se instala entre memorables cambios estructurales. Esto luce con clase en cosas como 'Dance of ixtab', donde Jeff Walker escupe líneas sobre un tiempo ralentizado que expele mal rollo (esos momentos donde la guitarra cede espacio al bajo + batería son manjar), o en la pasada por 'Eleanor rigor mortis' + 'Under the scalpel blade', canciones realmente perfectas en lo suyo y donde solo resta entregarse a disfrutar. Ahora, claro... no hay nada nuevo aquí, que la banda en un álbum como Heartwork (1993) ya había encontrado las claves de este camino, y el que a casi 30 años de dicho álbum continúen haciendo prácticamente lo mismo solo demuestra que Carcass ya hizo lo suyo, instalando con letras doradas su nombre en la historia del metal, y el resto se ha remitido a administrar el legado.
El nivel, sin embargo, se mantiene siempre arriba en Torn arteries y eso que quede claro. La banda incluso instala en el nudo del álbum una pieza ambiciosa de casi diez minutos como 'Flesh ripping sonic torment limited', donde se pasean a placer entre aceleraciones, frenazos y solos que resumen de buena forma el momento actual de Carcass. Tras esta claramente el disco entrará en lugares comunes, todos bien ejecutados eso si, donde destaca la velocidad y efectividad en 'Kelly's meat emporium' o la cabalgata 'In god we trust'.
No hace falta el que Carcass venga a re inventar la rueda tras tantos años, sin embargo, si el nivel continuará siendo este seguro quejas no habrán. La magia se conserva, hay buenas canciones acá (algunas excelentes), propuesta y un metal marca de la casa que se niega a mostrar señales de agotamiento. Benditos sean por eso.
¿Canciones? 'Dance of ixtab', 'Eleanor rigor mortis' y 'Flesh ripping sonic torment limited'.
lunes, 11 de octubre de 2021
KK's Priest: Sermons Of The Sinner (2021)
"Credenciales sobre la mesa..."
Nos encontramos así con el clásico álbum de metal que pretende entregarle a los fans lo que supuestamente quieren escuchar, es decir, un sonido afilado, veloz y rebosante en dinámica. En ese sentido, nadie que ame el sonido de los británicos podrá sentirse defraudado con lo que Dawning acá propone, un conjunto en donde además él es absoluto protagonista (ha escrito todo el álbum) por lo que se propicia en todo momento su lucimiento como guitarrista, aunque cuidado: también como compositor, porque si algo llama potentemente la atención en este Sermons of the sinner es el nivel de sus canciones, con unas vueltas de tuerca que impresionan y un lucimiento técnico de alto nivel (la producción ahí ayuda muchísimo).
Todo esto se vuelve carne de inmediato en la demoledora apertura a cargo de 'Hellfire thunderbolt', y a partir de ahí, el álbum se empeñará en no entregar respiro, aunque claro, siempre con miradas al sonido de Judas priest o pares, como ocurre en 'Sermons of the sinner', con partida que hace el guiño a 'The hellion' (la previa del clásico 'Electric eye') para luego regalar un redoble absolutamente Motorhead. Más allá de esto, sin embargo, el tema es una delicia, eso hay que decirlo. De igual forma, cosas como 'Sacerdote y diablo' o 'Raise your fists' (con evidente referencia a 'The green manalishi' en esos "Oooooh ooooh" del comienzo) son heavy metal del más clásico mientras que 'Brothers of the road' es medio tiempo plagado del más puro hard rock setentero.
Con la primera mitad del álbum no hay reparo aunque tampoco tregua por lo que vienen bien los ocho minutos de 'Metal through and through', donde la épica adopta relevancia entre solos que se reiteran, unos eléctricos, otros acústicos, en una canción que genera una atmósfera que ya se la hubiesen querido Iron maiden en su reciente Senjutsu. Entrando en la recta final la velocidad y el auto plagio volverá a hacerse presente en 'Wild and free' (que es 'Freewheel burning' todo el rato) y en 'Hail for the priest' (que podría ser cualquiera por lo genérico de su riff), para cerrar todo de manera fabulosa con la espectacular 'Return of the sentinel', nueve minutos que se pasean por distintas atmósferas, subiendo y bajando la intensidad a placer (es emocionante el pequeño guiño a 'The sentinel' en el 4:56), en un manjar de canción que seguramente estará entre las más fabulosas que nos habrá dejado el metal en este 2021.
Si Kenneth K.K Downing quería dar muestras de fuerza y absoluta vigencia creativa, pues lo ha logrado. Y si, que hay mucho de auto homenaje acá en su Sermons of the sinner, pero también de un talento inconmensurable, un manejo de la épica y un filo frente al cual solo resta rendirse. Nunca sabremos si de haberse reintegrado el guitarrista a Judas priest algo de esto habría visto efectivamente la luz (¡y a este nivel!), quizás fue necesario el ninguneo para que K.K se decidiese a mostrar credenciales. Como sea, el disco está tremendo.
¿Canciones? 'Sermons of the sinner', 'Metal through and through' y 'Return of the sentinel'.
sábado, 9 de octubre de 2021
Rivers Of Nihil: The Work (2021)
"Fuera de todo dogmatismo..."
Este cambio de línea se expresa con claridad en la partida a cargo de 'The tower', muy tranquila y donde Jake Dieffenbach vocaliza limpio y claro sobre un piano para de pronto encontrar la explosión (2:38) e inundar el tema entre guitarras, peso y guturales. Tras esta, llegará la exquisita 'Dreaming black clockwork', donde la banda jugará a placer con la estructura, intercalando momentos de contundencia metal entre furiosos riffs y redobles con instantes de tranquilidad, para en el cierre llenar el ambiente de un creciente ruido (en su minuto y medio final) que acabará resultando ensordecedor. Tras estos iniciales once minutos de música llegará el momento definitivo de quiebre del álbum y donde Rivers of Nihil declaran intenciones. Esto porque ante la incertidumbre de continuar la senda ligada al metal planteada por 'Dreaming black clockwork' o realizar el giro, la banda opta por esto último, primero con 'Wait', una balada centrada totalmente en las atmósferas (muy cercana a lo que Deafheaven entregó en su más reciente álbum), y luego por 'Focus', que definitivamente escapa del death y centra su poderío en estrofas susurradas que conectan con melódicas explosiones en los coros, en una (buena) canción que algo bebe del nu metal de comienzos de siglo. En definitiva, con estas dos Rivers of Nihil nos han llevado a otro lugar y desde acá el disco ya no regresará jamás.
Como mencionaba en un inicio, hay una idea muy interesante en The work, y es que el metal que este contiene no aparece sin razón, sino más bien se justifica en función del ambiente que se pretende generar, algo que se expresa (nuevamente) con mucha claridad en una canción como 'Clean', que durante seis minutos alterna momentos de tranquilidad con otros más duros incluso incorporando un pasaje instrumental muy floydiano (2:15 en adelante) donde los sintetizadores se vuelven protagonistas. Más adelante, aunque cada una con su respectivo matiz, esta idea se volverá a reiterar en 'The void from which no sound escapes' y 'Episode', en una notable pasada que concentra el mensaje y los elementos que Rivers of nihil han pretendido entregar en The work.
Entre las mencionadas, sin embargo, sonará una canción afilada y efectiva como 'MORE?' (la más breve del disco además, solo tres minutos) que parece ser una concesión que la banda ha incluido más que otra cosa y luego llegará el cierre, con seguridad lo menos coherente del disco. Primero porque han incluido una balada acústica obvia y predecible como 'Maybe one day', que pese a lo bonito de su solo (lo único rescatable de la canción) aporta realmente poco al conjunto, y segundo porque cierran con los once minutos de 'Terrestria IV: work', un arranque de metal progresivo que está bastante bien pero nada tiene que ver con el resto del álbum, entonces...¿qué hace acá? Es un acto de ostentación totalmente innecesario. Dicho en simple: los últimos veinte minutos de álbum sobran, si este cerraba con 'Episode', teníamos prácticamente el disco del año.
Rivers of nihil es una de las bandas más interesantes de la última década y con The work han sabido hacer la pausa para dar un paso hacia adelante en su carrera. El disco es, por sobre todo, diverso. Alternan acá momentos de mucha fuerza con paisajes de tranquilidad, algunos exploratorios pero siempre inquietos. La banda no ha temido el mantenerse en movimiento y salen bien parados de la jugada. No tan sólidos y coherentes como en su antecesor pero si notables en la idea de armar una propuesta particular y que conserva (aún) identidad. Pese a sus errores no forzados, estamos ante uno de los grandes discos que nos dejará 2021.
Por cierto, mención aparte merece la portada a cargo de Dan Seagrave, vaya artistazo...
¿Canciones? 'Dreaming black clockwork', ' Focus' y 'Clean'.
miércoles, 6 de octubre de 2021
Carnifex: Graveside Confessions (2021)
"Se vuelven necesarios..."
Hablando de la música, esta vez no hay intro y van directo al hueso. Basta darle play al álbum para captar la capacidad de este. 'Graveside confessions' (la canción) son cuatro minutos y medio de ira + depresión que se conjugan sin entregar respiro, un grito de angustia, de auxilio, que se resume muy bien en la estrofa final del tema ("Déjame recordarte quien realmente soy / Un olvidado/ Un caído / Ahogado en la sangre de pecados imperdonables...") en donde Scott Lewis cambia su forma de cantar cada dos líneas en un ejercicio impresionante que más adelante se replicará en cosas como 'Carry us away' o 'Talk to the dead', todas canciones dispuestas a volar cabezas donde no hay tregua con el auditor. El matiz aparecerá, sin embargo, en cosas como 'Pray for peace' + 'Seven souls', la primera más death, la segunda más black metiendo teclados en estrofas y puentes, o en 'Cursed', uno de los temas más curiosos del disco a causa de lo diversa que suena por si sola, demoledora y melódica a la vez en el estrofa + coro pero sabiendo romper la estructura a media canción (desde el 2:05, con pedos incluidos en el 2:20) incorporando breaks más típicos del deathcore. Que decir, todo un bicho raro.
Agarrando la recta final escucharemos un grato instrumental que desembocará nuevamente en la oscuridad de 'Cemetery wander' + 'Countness of perpetual torment', seguramente lo más directo del disco y que dará paso a la versión que han creado de 'Dead bodies everywhere' (original de Korn), en una muestra más de amplitud creativa por parte de Carnifex, quienes no temen ocultar sus referentes de juventud incluso realizando un guiño al álbum más comercial (y resistido) de los de Jonathan Davis (Follow the leader, 1998), aunque por supuesto, llevando el tema a su terreno.
Finalmente, la descarga cerrará con otra pasada directa como 'Cold dead summer' (que sobra y se vuelve algo redundante) + 'Alive for the last time', que es puro death, aunque esta si se justifica con sus cambios estructurales y teclados nuevamente presentes. Como regalo, la banda ha re grabado tres canciones de su álbum debut Dead in my arms (2007), que cumplirá ya quince años, también en una jugada que cierra el círculo de manera evidente, dando muestras del crecimiento de una agrupación que ha sido capaz de superarse a si misma. Y si, que tras el notable Slow death (2017) habían vivido un pequeño tropiezo con el predecible World wart X (2019), sin embargo, con Graveside confessions vuelven a situarse en la primera línea mediante uno de esos álbumes que se sitúa por sobre cualquier etiqueta y prejuicio. De lo mejor que han grabado.
¿Canciones? 'Graveside confessions', 'Pray for peace', 'Seven souls'.
lunes, 4 de octubre de 2021
20 Años De... Slipknot : IOWA (2001)
"Descarga de furia incontestable..."
En dicha línea, la descarga de energía que el álbum propone es inmediata, marcada por un machaque incesante por parte de un Joey Jordison extraordinario en batería (ya en el debut había sonado impresionante) y un Corey Taylor furioso en las vocales, manejando el cambio de registro de manera magistral, abriendo en completo descontrol en cosas como 'People = shit', 'Disasterpiece' (una donde se acercan al groove de Soulfly) o 'Everything ends', todas dispuestas a no dejar títere con cabeza, pero entregándose también a las melodías en las notables 'My plague' o 'The heretic anthem'. Lo cierto es que el álbum en su primera mitad es un continuo que funciona perfecto, una descarga dispuesta a volarte el cerebro canción tras canción y donde todo fluye.
Tal como hicieron en el debut, en IOWA abren el álbum con una introducción que anticipa el desate y a medio álbum instalan otra pausa en 'Gently' (tema donde aparece la tornamesa), pero a partir de aquí se disparará una cara b que nuevamente se centrará en la agresividad del sonido, partiendo por 'Left behind', donde juegan de manera maravillosa con la dualidad limpio/gutural en la vocales, creando un neo clásico incontestable, a la cual le seguirá una directa y efectiva 'The shape' y luego una pasada que conecta con los inicios de la banda, 'I am hated' (que suena bastante al debut de 1999) + 'Skin ticket', seis minutos en donde la banda ralentiza su sonido y suenan más Korn que nunca, incluso con Corey Taylor disfrazándose de Jonathan Davis en los lamentos. Aparece acá quizás el único defecto que se le puede achacar a IOWA, y que lo priva ciertamente de ser una obra maestra, y es que el disco debió terminar ahí, en 'Skin ticket', sobre todo considerando el que era el tema más extenso del álbum y que exploraba atmósferas diferentes a todo lo anterior. No se entiende que tras esta retomen con dos canciones directas como 'New abortion' y 'Metabolic', y menos ese cierre de quince minutos a cargo del tema homónimo, un freakerío totalmente innecesario.
Con todo, a veinte años de su publicación IOWA de Slipknot aparece, junto a White pony de Deftones (que si es un 10/10), como el álbum mejor logrado que nos dejó la (breve) historia del nu metal. Una descarga de ira como pocas y que sentó precedente para una banda que a partir de 2001 se transformó en un referente del metal contemporáneo. Habrá quienes afirmarán el que jamás Slipknot logró volver a sonar de esta forma ni superar este nivel (cambiaron a Ross Robinson por el sobre valorado Rick Rubin, craso error), y probablemente tengan razón, sin embargo, da igual, el infierno ya estaba ganado...
¿Canciones? 'People = shit', 'My plague', 'Left behind', 'Everything ends'.