"Sexy, irreverente e histórico..."
Parte importante de lo anterior guarda relación con la trayectoria que Pulp cargaba a cuestas para mediados de los noventas. A esas alturas Jarvis Cocker superaba los treinta años, la banda también, y aquella madurez si bien se había anticipado un año atrás mediante un disco como His n hers (1994), acabó por explotar definitivamente en este Different class, un álbum que habla de cosas muy serias en un tono divertido, por más contradictorio que esto se lea. Y ahí es donde reside principalmente el mérito de este disco, en la capacidad hablar de temas adultos, dígase: historias de cama y frustraciones de una clase media obrera inglesa que durante los años ochenta creció con una sensación instalada de marginalidad. Sin embargo, lo interesante del trabajo es que lejos de contarte la historia desde la rabia, Pulp hacen de su tragedia una virtud, invitándote a bailar mediante un álbum de intenso pop marcado por momentos tan sexys como irreverentes.
"Deformes, errores, inadaptados..." - abre expresando un carismático Jarvis Cocker en 'Mis-shapes', para luego seguir con un "No nos vemos como tú. No hacemos lo que tú haces. Pero vivimos por acá también...". Más claro imposible, no? El resentimiento social está presente, desborda cada línea, se huele y se oye, sin embargo, lo dicho: la banda empapa el mensaje con una melodía graciosa e intensa, generando así magia instantánea. Sin ir muy lejos, en una misma línea más adelante estas sensaciones se elevarán a la enésima potencia mediante el himno generacional (y prácticamente de todo el brit pop) 'Common people', relatando la historia de un tipo ordinario que le muestra la vida de calle a una ricachona, sazonando el diálogo con frases impregnadas de un fantástico humor negro.
El cóctel se complementará de manera diversa, yendo a la balada en 'Something changed', encontrando un competente medio tiempo en 'Sorted for e's & wizz' y entregando el momento más experimental del disco en la extensa 'F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E'. Y si, que puede que el único defecto que podamos marcarle a un disco así de sólido sea el que no logra cerrar como es debido, con una 'Monday morning' normalita (aunque levanta bastante en su histérica recta final) y una aún más corriente 'Bar Italia'.
Detalles, sin embargo, que no le restan demasiado a un trabajo inmenso, un álbum inteligente, de conceptos y letras fascinantes fuera de un sonido sofisticado que supo marcar distancia respecto a cualquiera de sus pares. Desde aquí ciertamente Pulp, y junto a ellos toda la ola britpopera, solo podía comenzar a desmoronarse.
¿Canciones? 'Common people', 'Disco 2000' y 'Underwear'.
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