viernes, 20 de octubre de 2023

20 Años De... Metallica: St. Anger (2003)

"Catarsis (muy) mal encausada..."

Finalizando los años ochenta fue que Metallica acabaron tocando techo en ...And justice for all (1988), la dupla Hetfield/Ulrich se mostró harta de ese thrash con aires progresivos y ante la falta de creatividad (que la técnica para 1988 la tenían) fue que decidieron hacer el giro junto a Bob Rock en producción mediante su álbum homónimo de 1991, abordando un sonido bastante más accesible entre canciones breves, todas pensadas para ser un posible single que sonase en las radios. La jugada les resultó fenomenal al punto de encontrar fuerzas como para (intentar) estirar el chicle mediante el hard rock, algo más oscuro por momentos, de la dupla Load/Reload (1996/7). El fin de siglo les atrapaba, sin embargo, en un momento confuso. La banda se mostraba en tierra de nadie, intentando conectar con sus influencias más primitivas (Black sabbath, Mercyful fate o Thin Lizzy) en el álbum de covers Garage Inc. (1998) pero al mismo tiempo sonando más comerciales que nunca en el single 'I disappear' en 2000. Si a eso agregamos los conflictos internos que acabaron desembocando en el retiro de Jason Newsted de la banda, que decir, llegando a 2002 todo era confusión al interior de Metallica

Parte importante de este proceso se encuentra registrado en el sabroso documental Some kind of monster (2004), donde sin pudor alguno decidieron exponerlo todo: la partida de Newsted, el intento fallido por grabar un álbum sin tener norte claro, la incorporación de un terapeuta al núcleo de la banda, el abandono de James Hetfield a causa de su ingreso a un centro de desintoxicación, su posterior regreso y la grabación de lo que acabaría siendo St. Anger, un disco mediante el cual la agrupación intentó hacer catarsis, desatando la ira que les abrumaba por aquel entonces (sobre todo a Hetfield) aunque con un detalle no menor: y es que en lugar de volver al metal de sus primeros años intentaron congeniar con los sonidos que por aquel entonces estaban sonando, particularmente el nu metal. El problema es que el álbum claramente atrapa a James Hetfield en un momento poco inspirado y al no haber otra mente creativa potente al interior de Metallica (ni músicos demasiado talentosos), el resultado no podía ser otro: un absoluto fiasco de comienzo a fin. Dicho en simple: en St.Anger todo funciona mal, el álbum transmite una especie de catarsis pero esta se encuentra muy mal conducida, armando una tormenta perfecta en donde todos los elementos que componen el disco se conjugan de mala manera.

Nos encontramos acá con un disco larguísimo (setenta y cinco minutos) en donde el factor común es que prácticamente todas las canciones dan vueltas y vueltas de más, extendiéndose mucho más allá de lo que el tema pide, llegando al caso del hartazgo y ridículo en cosas como 'Some kind of monster', 'Invisible kid' o 'All within my hands', canciones donde la banda riffea y riffea, como si buscasen algo que jamás encuentran, llevando los temas a los siete u ocho minutos de manera absurda. Algo que también sucederá en los temas más "breves" y directos, cosas como 'Dirty window' o 'Sweet amber' dan vueltas en círculos constantes sin llegar a un fin. Son canciones que con algo más de inspiración podrían haber llegado a funcionar pero acá terminan quedando en buenas ideas mal conjugadas.

En materia de experimentos el asunto tampoco cuajará. La ya mencionada 'Some kind of monster' no abre mal, en sus primeros dos minutos anticipa lo que podría haber funcionado quizás como un interesante instrumental, sin embargo, las ganas de Metallica por sonar "actuales" les comen el buen gusto y James Hetfield decide entrar en escena rapeando cual Fred Durst generando vergüenza ajena. Lo mismo en 'Shoot me again' (¿la canción más mala en la carrera de Metallica? Probablemente), un esperpento donde la banda pretende emular el peso del nu metal pero con nulas habilidades, haciendo un soberano ridículo.

De todas maneras en el trámite habrán momentos (pocos) en que el viaje transmite algo de lo que pretende. Es el caso de 'St. Anger' (la canción), donde Lars Ulrich logra imprimir algo de peso verdadero con el doble pedal y Hetfield efectivamente vocifera alaridos que funcionan (ese "Madly in anger with you!"), algo que también ocurre en 'My world'. De igual forma en 'The unnamed feeling' encontramos los momentos más melódicos del álbum y también aquellos donde hay un grado de angustia que efectivamente por momentos conmueve, aunque digámoslo: Metallica hacen lo posible por arruinar el tema con arreglos y acompañamientos vocales de muy mal gusto.

Respecto a la instrumentación cabe mencionar que Bob Rock fue quien asumió labores de bajista en el disco y junto con Kirk Hammett brillan por su ausencia, por lo que todo el peso del sonido recae acá en James Hetfield + Lars Ulrich, siendo estos culpables directos del descalabro que se oye. Por un lado la batería no puede ser más básica durante todo el disco entre redobles amateur ('Dirty window', joderrr...), incorporando además ese elemento inolvidable que tanto material de humor ha regalado durante estas dos décadas: la caja que suena como pegarle a un sartén de lata. Mientras que lo de Hetfield en las voces es derechamente espantoso. Lo que hace en 'Frantic' es lamentable (ese "Tik! Tik! Tik! Tok! en ascenso, que horror), así como las desafinaciones que causan pudor en 'Some kind of monster' (otra vez sale al baile por razones negativas, ¡es que es pésima por uno y mil motivos!), 'Purify' (que podría haber sido una buena canción si el vocalista no la arruinaba) y en 'All within my hands' (los aullidos en esta son para encarcelarlo). 

Es de suponer que dado el momento complejo personal que James Hetfield vivía fue que quisieron dejar su desangre vocal registrado, sin embargo, hay límites tolerables y acá se transgreden todos dejando un resultado de mal gusto. Si a esto agregamos incursiones nu metaleras fallidas e interpretaciones técnicas de bajísimo nivel, St. Anger no solo se enmarca como el peor álbum en la carrera de Metallica sino que uno de los discos más lamentables en la historia de la música, si consideramos que quien compone son los mismos que tan solo diez o quince años atrás entregaron varios de los trabajos más influyentes de la era contemporánea. 

Como sea, el mito de que desde las crisis surgen genialidades acá se rompió por completo y se entiende que desde St.Anger en adelante la banda se dedicase álbum tras álbum solo a emular viejas glorias, incapaces ya de componer algo que mirase hacia adelante. En 2003 lo intentaron, y vaya que fallaron...

¿Canciones? 'St.Anger', 'My world' y 'The unnamed feeling'.

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