martes, 29 de noviembre de 2022

25 Años De... Björk : Homogenic (1997)

En memoria de mi primo Piero. Él nunca lo supo, pero fue la primera persona que conocí en mi vida que rayaba con Björk y este disco. Me hubiese gustado decírselo...

"Brillante viaje emocional..."

Si hay algo que acabó por caracterizar la carrera de la islandesa Björk fue su singularidad, la manera en que supo encontrar identidad escapando de la comodidad del éxito y la masividad para entregarse a si misma y su obra. Digamos, una artista con mayúsculas. Todo aquello, sin embargo, se forjó posterior a su etapa comercialmente más accesible, marcada a fuego por sus dos primeros álbumes y donde perfectamente pudo haberse quedado un buen tiempo estirando el elástico hasta cuando diese. Aquel 1997, sin embargo, la atrapa con la idea de ir más allá, de explorar fuera de la caja, que es lo que haría finalmente en Homogenic , su obra maestra definitiva y aquella que la consagraría como una creadora inquieta y vanguardista.

Haciendo historia, el mencionado escape seguro tuvo mucho que ver con el incidente que la islandesa vivió en 1996 con un fan obsesionado intentando asesinarla, así como el ataque de ira que protagonizó y donde agredió a una periodista (también en 1996). Todo esto seguro la movilizó a encerrarse en su mundo y buscar caminos que la alejasen de aquella imagen que había construido en su primera etapa post Sugarcubes. Con este objetivo es que Björk emigra a España en la idea de encontrar caminos que mostrasen un crecimiento respecto a sus antecesores, lo cual acabó plasmándose en un conjunto diverso que oscila entre beats + electrónica y momentos sinfónicos pero con un claro hilo conector: un sentir a flor de piel que inunda al álbum por completo. 

En este sentido, Homogenic es un álbum tremendamente emocional y aquello se percibe de inmediato cuando 'Hunter' comienza a sonar. La islandesa se define como una cazadora que se ve forzada a salir por necesidad ("Podías olerlo / Así que me dejaste conmigo misma / Para completar la misión / Ahora estoy dejando todo atrás...") pero entrelaza de manera brillante su voz con percusiones electrónicas y arreglos orquestales en una canción maravillosa que abre y cierra en calma, anticipando además aquella obra maestra en si misma que es 'Jóga', una pieza hermosa que define el enamoramiento como un "estado de emergencia" entre violines ("Las coincidencias tienen sentido solo contigo / No tienes que hablar / Me siento en paisajes emocionales..."), con una Björk que en cierto modo se re encuentra consigo misma vocalmente hablando. Sobran las palabras acá, hablamos de un clásico incontestable.


En términos temáticos Homogenic ,sobre todo en su primera mitad, se muestra como un álbum que retrata el amor desde diferentes lugares y aquello lo ilumina. Luego, si 'Jóga' apostó por una sensibilidad tremendamente presente, tierna incluso, 'Unravel' juega en una línea similar ("Mientras estás afuera mi corazón de deshace / Así que cuando regreses deberemos crear un nuevo amor..."), nuevamente entre violines y una Björk absolutamente entregada a la labor de transmitir con su garganta, tal como hará en 'Bachelorette', aunque esta vez desde la contundencia del sonido sinfónico (junto con 'Jóga', esta es seguramente la GRAN canción del disco), en otra pieza colosal desde la propuesta, personal en el mensaje ("Soy una fuente de sangre / En la forma de una niña / Eres el pájaro en el borde / Hipnotizado por el torbellino...") y una demostración del tino que la artista ostenta acá, yendo y viniendo con las atmósferas, consciente del nivel del material que tenía entre manos.  

El nudo del álbum, sin embargo, entregará un giro hacia un sonido mucho más maquinal e industrial, primero con 'All neon like' seguida de '5 years', más rabiosa que las anteriores en el tono e interpretación ("Te desafío / Estoy cansada esos cobardes / Que dicen que lo quieren / Pero no pueden manejarlo..."), luego con 'Immature' + 'Alarm call', que centran su estilo en el trabajo de percusiones y anticipan el caos + desate electrónico que se vive en 'Pluto', que es techno en absoluto descontrol donde Björk se deja la vida, descontrol que por cierto (y para tristeza de muchos de sus fanáticos) no volveríamos a oír nunca más en su carrera. 

Tras la locura, el viaje culminará con la delicadeza de 'All is full of love' y la voz volviendo a lo básico, como alguna vez hicieron The beatles, repitiendo una y otra vez que es el camino del amor el que debemos seguir, cerrando así un verdadero viaje emocional, brillante, iluminado e inspirado, un disco que efectivamente sirvió como catalizador de un momento para Björk pero no solo eso, si no que representó el comienzo del fin de una ruta para la islandesa. 

Con Homogenic, la artista abre las puertas de su propia libertad, a partir de acá tendría licencia para hacer realmente lo que quisiese. Su nombre ya estaba escrito con letras doradas en la historia de la música contemporánea. A esta obra maestra le seguirían sus andanzas en el cine junto al maestro Lars Von Trier en Dancer in the dark (2000) y el posterior Vespertine (2001), álbum que confirmaría su liberación de las ataduras del mainstream, aunque aquello será motivo de una siguiente reseña...

¿Canciones? 'Hunter', 'Jóga', 'Unravel' y 'Bachelorette'.

10/10
Obra maestra.

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