domingo, 30 de abril de 2023

30 Años De... Depeche Mode: Songs Of Faith And Devotion (1993)

 "Giro brillante y tormentoso..."

Hay sueños capaces de desmoronarse muy rápido. Esto a propósito de Depeche mode y su primer cambio de década, el cual no pudo haber sido más glorioso, el éxito obtenido con Violator (1990) tanto en términos artísticos como comerciales solo puede ser comparable a lo logrado por U2 en Achtung baby! (1991) o Metallica con su homónimo (el llamado "disco negro"). Sin embargo, quien diría que dicho éxito también acabo por quebrar algo en el seno de los ingleses, al punto de tan solo dos años después encontrarlos en un lugar muy muy diferente tanto a nivel individual como colectivo. El caso es que en 1992 la banda decide sumergirse en un espiral tóxico de desgaste que se extendería por tres años, incluyendo la grabación de Songs of faith and devotion + su posterior (y extenuante) tour de promoción, que los llevó a recorrer el mundo entero (dato: visitaron acá Latinoamérica por primera vez), tras el cual acabarían totalmente rotos, con Alan Wilder abandonando el proyecto en 1995 (marcando un claro antes/después para la historia de la banda en términos creativos), Dave Gahan sumergido en una adicción que casi le quita la vida, Andrew Fletcher en estado depresivo y Martin Gore absolutamente exhausto. El período 1990-94 acabó transformándose por tanto en un verdadero infierno para Depeche mode, sin embargo, a veces ocurre eso de que en las peores crisis surge la genialidad, que es en definitiva lo que quedó registrado en el octavo álbum de los ingleses, una verdadera catarsis en donde los esfuerzos individuales fueron capaces de esconder el duro momento colectivo. 

En lo musical, a la banda no le interesaba componer un "Violator 2" y para esto vuelven a asesorarse en producción con Flood, quien ya había trabajado con ellos en 1990 fuera de haber colaborado con un abanico bandas (U2, Nick Cave and the bad seeds, Nine inch nails, o Erasure, entre otros). Y dichas intensiones, el salto creativo entre este álbum y su antecesor se percibe desde la partida. Y es que si Violator abría con 'World in my eyes', una joya exquisita que sostenía la línea sinuosa y sexy trazada por la banda en torno al synth pop durante los años ochenta, Songs of faith and devotion abre con 'I feel you', que es OTRA COSA. De partida la batería se percibe 100% orgánica, lo cual le entrega una fuerza inaudita al sonido de Depeche mode, quienes jamás habían sonado tan banda de rock como acá hacen (asunto que le interesaba desarrollar particularmente a Dave Gahan, influenciado seguro por sus juntas en bares con bandas como Jane's addiction, entre otras). En 'I feel you' el vocalista suena inmenso (como en todo el disco por cierto, nunca cantó ni volvió a cantar así de rabioso) y Martin Gore es protagonista en las guitarras impregnando a Depeche mode de un sonido industrial inédito para ellos. Lo mismo sucederá con 'Walking in my shoes' aunque en una línea más delicada con teclados que marcan presencia y una letra brillante, de las más grandes que Gore haya escrito ("No estoy buscando absolución / Ni perdón por las cosas que he hecho / Pero antes de llegar a cualquier conclusión / Intenta caminar en mis zapatos...").

El tridente inicial cerrará con la imponente balada dramática  'Condemnation', otra que en su temática se referirá al juicio externo ("Condenación, ¿Por qué? / Si mi deber estuvo siempre con la belleza / Y ese fue mi crimen...") y que originalmente iba a ser interpretada por Martin Gore pero dada la insistencia de Gahan, Flood cedió a darle una chance con resultados impresionantes. Es una de las interpretaciones más emocionales en la carrera del vocalista. '

Mercy in you' será otra pieza fantástica que insistirá sobre el sonido industrial aunque esta vez apelando a la electrónica como complemento. A esta le seguirá una bajada de revoluciones a cargo de 'Judas' + la gigante 'In your room' (seis minutos de total oscuridad e intensidad), cerrando una primera parte del álbum sin ripio alguno. En contra parte, la recta final del álbum si bien no sostendrá el nivel de todo lo anterior, cumple de sobra apelando a la dinámica en cosas como 'Get right with me' (con detallitos góspel incluidos), la inquieta 'Rush' o en el oscuro cierre a cargo de 'Higher love', no sin antes haber pasado por la melosa calma de 'One caress', marcada por la presencia de vientos. 

Pese al tormentoso contexto que rodeo la grabación de Songs of faith and devotion resulta increíble constatar el sólido resultado que la banda logró entregar. El disco no solo funciona como una perfecta sucesión para Violator si no que además supo abrir nuevas puertas para Depeche mode, abandonando con estilo el synth pop para sumergirse en texturas más oscuras y cercanas al rock. La partida de Alan Wilder se anota sin duda como el lamentable costo a pagar por este período, uno que ciertamente jamás volvería a ser retomado por la banda a este nivel...

¿Canciones? 'I feel you', 'Walking in my shoes', 'In your room'. 

9,2 /10
Brillante.


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1 comentario:

  1. Estamos de acuerdo en que es un discazo pero por mi gusto más cercano al rock que a lo tecno. Igual Depeche es una banda que me gusta en ambos estilos. Lo tenía en CD y debería volver a escucharlo a ver como envejeció su sonido. Saludos!

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