sábado, 12 de junio de 2021

30 Años De ... Mecano : Aidalai (1991)

"Gloriosa despedida..."  

Nunca ha existido consenso respecto a una banda como Mecano. Parte de aquello puede tenga que ver con la ligereza de sus inicios, que osciló entre ese pop de teclados ochentero que roza la vergüenza ajena ('Hoy no me puedo levantar', 'Maquillaje', 'Hawaii Bombai') y la cursilería ('Me cuesta tanto olvidarte', 'Cruz de navajas'), también el haber regalado varias de las rimas más sonrojantes de aquella era ("Y al ponerme el bañador me pregunto ¿Cuándo podré ir a Hawaii?", "Magdalenas del sexo convexo", "Y ese algo que soy yo mismo es un cuadro de bifrontismo que solo da una faz" , entre otras) o verdaderos atentados a la lengua española ("Este cementerio no es cualquiera cosa"). Sin embargo, con todo y contra todo (dale, que yo también puedo jugar a ser un Cano), algo comenzó a gestarse tras la publicación del notable Descanso dominical (1988). Mejoró la producción y también las canciones, se abrieron a arreglos acústicos ('Quédate en Madrid') y supieron equilibrar el uso de teclados con gloriosas melodías pop ('La fuerza del destino', 'Laika', 'El blues del esclavo', 'Un año más'), incluso en ocasiones apostando por la épica ('Eugenio Salvador Dalí'). El caso es que un disco como ese abrió puertas para ir por más y resultado de aquello fue Aidalai, la obra definitiva de Mecano, su disco mas ambicioso, diverso y logrado. Y cosa curiosa también: el último que fueron capaces de construir en conjunto los hermanos José María y Nacho Cano, quienes para 1990-91 venían con una relación bastante gastada. 

En Aidalai está todo, encontramos acá momentos profundos, reflexivos y políticos muy bien logrados, como la soberbia 'El fallo positivo' en la partida, que aborda el drama del VIH en pareja ("Me prohibiste toda pasión, sin ninguna clase de razón / Porque sabías que yo no haría caso alguno de la precaución...") o en la épica 'Dalai Lama' (probablemente la mejor canción en la carrera de Mecano), que narra dramáticamente la invasión de China al Tibet ("En nombre del progreso y de la revolución, quemaron tradiciones y pisaron el honor..."), aunque también habrá espacio en el álbum a las melodías y la radio fórmula pop en las sólidas 'J.C', 'El peón del rey de negras', El Lago artificial' (que si hubiese sido single la rompía, no tengo pruebas pero tampoco dudas) o en el clásico 'El 7 de septiembre' , sin lugar a dudas una de las canciones de ruptura que mejor han expresado el drama de aquellos "últimos días" ("La misma mesita que nos ha visto amarrar las manos por debajo / Cuida que el rincón de siempre permanezca reservado...").

Los momentos más grandes de Aidalai se encuentran, sin embargo, cuando el álbum es capaz musicalmente de llegar muy lejos, a las ya mencionadas 'El fallo positivo' y 'Dalai Lama' se suman cosas como 'Una rosa es una rosa', con todo un rollo rumba/flamenco perfectamente logrado y una narración perfecta por parte de Ana (que está inmensa en todo el álbum), la dramática novela que es 'Naturaleza muerta', el intenso instrumental '1917' o las delicadas 'Tu' + 'Sentía'

Finalmente, en 'El uno, el dos y el tres' fueron capaces de anticipar de manera simpática el final de la banda y si hubiese que apuntar un solo "pero" en el álbum, digamos, la única piedrita en el zapato que le resta el punto preciso para considerar al trabajo una obra maestra incontestable, este sería 'Bailando salsa', primero porque su tono divertido y liviano desentona por completo en el disco, segundo por la lamentable obviedad del coro y tercero por las terribles líneas finales que suelta ("Cuando veas merodeo acompáñala al aseo / Si la chirria el cojinete acompáñala al retrete"... ¡¿En serio José María?!).

Un 14 de junio de 1991 Mecano publicaban el mejor álbum en su carrera, lo acompañaban con una gira impecable donde mostraron un desplante excepcional pero tras la cual quedaron aún más agotados. Decidieron entonces tomarse unos años de descanso, sin embargo, no hubo regreso. En 1997 Ana publicaría su debut en solitario (Puntos cardinales, 1997) para finalmente en 1998 encontrarnos con la noticia de que José María abandonaba definitivamente el proyecto. Aidalai quedó registrado en la historia por tanto como el fabuloso canto de cisne de la banda, un conjunto repleto de enormes canciones que encontraron a Ana, José y Nacho en su mejor momento, una despedida de altura que a treinta años de su publicación merece un pequeño homenaje en este rincón de la red. 

¿Canciones? 'El fallo positivo', 'Una rosa es una rosa', 'Dalai Lama' y 'Naturaleza muerta'.

9/10
¡Brillante!

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