"Menos salvaje, pero oscuro y profundo..."
Por sobre todo, Heathen es un álbum que confirma las intenciones de Bowie por volver a lo simple, a transmitir ideas desde un sonido sin tanto artificio, algo que no abordaba desde hace décadas. De ahí el regreso, tras veinte años de alejamiento, de Tony Visconti en la producción. Y si bien el disco abre muy centrado en las atmósferas con 'Sunday', con un Bowie que narra en tonalidades graves sobre lúgubres arreglos electrónicos que estallan entre redobles de batería recién en el minuto final de canción, rápidamente este apuntará al rock de banda, cargado a las guitarras, primero en 'Cactus' (original de Pixies y que acá luce más "normal") y más adelante en cosas como 'Slow burn' o 'Afraid', no sin antes pasar por la melancolía de 'Slip away', algo pesada pero aún así muy bien lograda gracias a la profundidad que transmite.
Con el correr de los minutos se evidencia el objetivo de entregar un "álbum de canciones" por sobre conceptos, un disco directo, de buenos coros y fuerza en sus arreglos. Ahí, un elemento positivo que aparece es la lista, con una estructura bien pensada y ascendente que encontrará sus mejores y más notables pasajes en el nudo (como debe ser), con cosas llenas de fuerza como 'I've been waiting for you' (que respeta bastante la versión original de Neil Young), la etérea 'I would be your slave', una gema escondida de Bowie dentro de este álbum y 'I took a trip on a gemini spacer' (la única en todo el trabajo que va hacia la electrónica y suena "noventera"), el último refrito del disco aunque una verdadera rareza pues transforma por completo la canción del Legendary Stardust Cowboy, un adelantado sesentero digno de análisis aparte.
En la recta final, el asunto no bajará el nivel y tampoco abandonará la diversidad, yendo hacia la oscuridad en '5:15 the angels have gone' + 'Heathen (the rays)' o al pop melódico/luminoso en 'Everyone says "hi"' + 'A better future', finalizando así un regreso de nivel por parte de un David Bowie, quien se encontraba en búsqueda de una nueva capa, una capaz de cubrirlo mientras se acercaba a sus sesenta, de hecho, de estas mismas sesiones saldrían varios temas que compusieron el inmediato Reality (2003), eso antes del parón de una década por temas de salud.
A veinte años de distancia, Heathen luce como un álbum que entregó la versión de un Bowie más reposado pero contundente. Menos salvaje pero oscuro y profundo. Un disco regular en su nivel, de claras intenciones, que no pretendió re inventar nada, salvo el momento del vocalista.
¿Canciones? 'Slow burn', 'Slip away', 'I would be your slave'
Excelente.
2001/21: Toy
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