Radiante pop
Annie Erin Clark (a.k.a St. Vincent) debe ser, en lo que a música respecta, una de las damas más interesantes que ha parido la última década. Una mujer que disco a disco ha ido mejorando el nivel trabajando siempre bajo sus propios esquemas y términos, sin entregar concesiones a nadie, ni siquiera a sus propios fans. Ahora, si bien sus primeros dos discos, Strange mercy (2011) y Loves this giant (su colaboración en 2012 con David Byrne) fueron trabajos que derrocharon creatividad y atrevimiento desde lo musical, inevitablemente estuvieron marcados por su tendencia a la vanguardia por lo que quedaron absolutamente descolgados del mainstream, algo que la artista parece haber comprendido por lo que en este nuevo álbum homónimo ha decidido abrazar sonoridades más amenas, amigables y dispuestas a alcanzar a un público más casual, sin que esto signifique en absoluto una baja de nivel. De hecho, es todo lo contrario.
Encontramos acá por tanto las canciones más cercanas y melosas que hemos oído hasta ahora en la carrera de St. Vincent, abriendo con el pop de 'Rattlesnake' + 'Birth on reverse', momentos donde la electrónica se aborda desde la dinámica contagiosa que incluso invita a la pista de baile pero sin jamás olvidar el trabajo de guitarras y unas vocalizaciones sucias llenas de distorsión por parte de Annie. Más adelante volverá a retomar esta línea de trabajo en cosas como 'Digital witness' o la impecablemente robótica 'Bring me your loves', mientras que el rock más directo se abordará en 'Regret'. Finalmente, el camino se complementará con delicados y exquisitos momentos entregados a la calma, generando bellas atmósferas en 'Prince Johnny' así como rememorando a la Madonna noventera en 'I prefer your love' (de hecho, 'Substitute for love' del Ray of light es la referencia obvia).
Finalmente, incluso en los momentos del disco que ya son "relleno" y el disco transmite ya haber entregado lo mejor de si, aún así el trámite sigue funcionando, tanto en 'Psychopath', una juguetona y experimental "Every tear dissapears" o el cierre a cargo de la balada "Severed crossed fingers", dejándonos así un trabajo muy bien armado, un disco que individualmente no solo funciona sin problemas si no que entrega varios de los momentos más fascinantes por parte de una artista que claramente se encuentra viviendo su mejor momento creativo.
Da la sensación de que está todo dado para que St. Vincent reviente definitivamente hacia públicos mayores. El tiempo hablará, sin embargo, de que con este disco se ha anotado un enorme paso adelante, de eso no cabe duda. Su mejor disco a la fecha.
8 / 10
Excelente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario