“El plagio del plagio de la temporada...”
Hay quienes dicen que todo en la música ya ha sido escrito por lo que no queda más que repetirse el plato una y otra vez. En lo personal acotaría ese argumento, ya que el mundo del metal aún sigue sorprendiendo y reinventándose en varias de sus múltiples aristas siendo más bien el universo pop el que no paga por creatividad y ha preferido durante estos últimos veinte años premiar el constante plagio a sonidos de décadas atrás. Y es que aquello que comenzó en su momento con artistas como Kylie Minogue (Fever, 2001), Gwen Stefani (Love.Angel.Music.Baby, 2004), Madonna (Confessions on a dance floor, 2005), o Justin Timberlake (FutureSex / LoveSounds, 2006) acabó en pocos años en transformarse en una tendencia definitiva, al punto de llegar a la década 2010-20 con una serie de artistas imitando a la copia de la copia (Bruno Mars, el ejemplo más a mano). En esa linea es que el segundo álbum de Dua lipa llega a nosotros. Y es que estamos frente al enésimo refrito de la temporada, un disco que vuelve a mirar hacia atrás, que se inspira en viejas glorias del pop ochentero, adorna este sonido con elementos modernillos y se sienta a esperar los elogios, los cuales ciertamente no han tardado en llegar. ¿Y da para tanto? No, no da. Sin embargo, en la comparación con el éxito de turno de Shakira o Bad Bunny, bienvenido sea este disco sencillo, de buen ritmo, con momentos contagiosos (otros no tanto) y que, al menos, se percibe honesto y concordante con lo que fue el álbum debut de la inglesa.
Sin ir muy lejos, la partida del disco con ‘Future nostalgia’ (la canción) me trajo de inmediato el recuerdo del Justin Timberlake de quince años atrás (el del ya mencionado Future sex / Love sounds). Un bajo marcado, aires funk y luego una Dua lipa aportando lo suyo, que la mujer canta (vaya que se agradece aquello) y posee un semblante que varias otras se querrían. Este regalará momentazos más adelante en ‘Don’t start now’, que prácticamente calca la fórmula utilizada por Maroon 5 en algunos de sus éxitos (otros que son copia de la copia de la copia de la copia) o la dinámica ‘Physical’, dos hitazos inmediatos que desde ya se van al playlist de lo mejor que habremos oído este año.
Más adelante el disco insistirá sobre la pista de baile con una seguidilla de canciones agradables pero que siempre apuestan sobre seguro, 'Levitating', por ejemplo, presenta una melodía en la estrofa que realmente tenemos la sensación de haberla oído decenas de veces (a mi se me ha venido 'Don diablo' de Miguel Bosé a la cabeza, a ese punto), 'Cool' + 'Pretty please' son medios tiempos que no molestan mientras que 'Hallucinate' volverá a acelerar el asunto enmarcándose como otro de los buenos momentos del disco.
En la recta final tal parece que las ideas derechamente se acabaron pues aparecerá el uso descarado de ideas de otros, ya sin disimulo sampleando 'Your woman', el viejo #OneHitWonder noventero de unos olvidados White Town o usando el bajo de 'New sensation' de los australianos INXS, mientras que el cierre llegará con 'Good in bed' (que se lanza al piano + aplausos, nuevamente muy a la Maroon 5) y 'Boys will be boys', dos canciones que bajan bruscamente las revoluciones y nada tienen que ver con todo lo que antes había sonado.
En definitiva, el segundo disco de Dua lipa se sostiene en la linea de lo que muchos/as otros/as antes han abordado: múltiples productores (la lista es interminable, realmente) metiendo mano a un disco que rememora viejas glorias del pop. Seguramente triunfará, más de algún grammy obtendrá pero difícilmente trascenderá.
6,5 / 10
Cumple y algo más...
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