sábado, 25 de octubre de 2025

25 Años De... Nevermore: Dead Heart In A Dead World (2000)

 "Peso y emocionalidad..."

Esta semana quiero darme un gusto de aquellos y escribir respecto a una banda tremendamente especial para mi. Me disculpará la licencia quien lee pero quisiera dedicar un párrafo para hablar de mis primeros acercamientos con el metal, los cuales se dieron a fines de los años noventa a través de bandas clásicas como Iron Maiden, Metallica o Judas Priest. En ese camino de conocimiento y exploración, sin embargo, la primera agrupación que llegó a mis oídos que no era "de renombre" fue Nevermore. No me pregunten cómo, porque de verdad no lo recuerdo, pero de alguna manera oí este Dead heart in a dead world y de inmediato algo ocurrió conmigo, algo había en esta banda que enganchó conmigo al punto de que en adelante les seguí la pista durante toda esa primera década de los dos miles y ciertamente sufrí cuando me enteré en 2017 de la muerte de su insigne vocalista Warrel Dane. Que decir, aquel fue un palazo duro. Uno de los tantos que venimos recibiendo desde hace un tiempo...

Volviendo a la música, en 2000 Nevermore venían de una seguidilla de buenos álbumes marcados por un groove metal de mucho peso (eran tiempos donde Pantera había marcado el camino años atrás, se sabe), sin embargo, existe consenso respecto a que es en este, su cuarto disco, fue cuando supieron equilibrar aquellos afilados riffs con un importante elemento melódico. Sin ir muy lejos, la partida del trabajo es tan contundente como contagiosa entre canciones donde cualquiera pudo ser un single promocional debido a la facilidad que presentan para quedarse en tu cabeza. 'Narcosynthesis' posee un inicio demoledor con un tándem pesadísimo de batería + riff (el cual guiará toda la canción), mientras que 'We disintegrate' meterá pie al acelerador, con la particularidad de la interpretación vocal de Dane, quien se atreve a salir de sus clásicos registros graves para lanzar unos agudos dignos de un Rob Halford. En el camino, 'Inside four walls' retomará el machaque groove aportando también el tema más político del disco con un directo alegato contra el sistema carcelario ("Entre cuatro paredes he pasado toda mi vida / No importa lo que haga / El gobierno siempre tiene la razón / Nos dicen que debemos ser, en qué debemos creer / Están equivocados / Mi amigo se ha ido..."), esto para luego durante quince minutos bajar las revoluciones y entregar el álbum a una sección que se carga hacia las baladas, todas con mucho peso eso si (que no se olvidan de los riffs jamás) en la fascinante pasada por 'Evolution 169' + 'The river dragon has come' + 'The heart collector'

Este ir y venir, yendo desde la velocidad a emocionales baladas, será una idea que empapará a todo el disco y que ciertamente se repetirá hasta su cierre. Por esto, entrando en la recta final el álbum retomará la energía y agresividad mediante 'Engines of hate' y la versión (¡absolutamente irreconocible!) del clásico 'The sound of silence' de Simon & Garfunkel, para luego volver a retomar el tono reflexivo entre baladas como 'Insignificant' (la más débil de todo el conjunto y una que perfectamente se podrían haber ahorrado) + 'Believe in nothing', esto para finalizar con la homónima 'Dead heart in a dead world', la cual entrega los pasajes más progresivos e intrincados del trabajo. Ojalá el álbum hubiese tenido algo más de esto...

Dicen que Nevermore van a volver con nuevo vocalista. Veremos si efectivamente esto se concreta y que sale de ahí, sin embargo, mirado a veinticinco años de distancia este trabajo continúa como un bastión para la discografía de la banda, un álbum de culto marcado por su emocionalidad y que injustamente quedó relegado en un segundo plano para gran parte de la fanaticada del metal. Tocaba acá recordarlo eso si. Tarea cumplida. 

¿Canciones? 'Narcosynthesis', 'We disintegrate' y 'The heart collector'.

8 / 10
Excelente.


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