"Profundo y atemporal..."
Yendo a la música, salvo algunas (necesarias) excepciones, en general en los setenta y dos minutos de Disintegration se centran fuertemente en las atmósferas, con esa tendencia a desarrollar introducciones extensas y canciones que navegan sobre arreglos marcados por los teclados de Roger O'Donnell, acompañados del bajo de Simon Gallup y batería a cargo de Boris Williams, esto en colaboración de David M. Allen en producción, quien ya les había acompañado en sus tres álbumes anteriores.
Habrán de todas formas momentos acá en donde The cure van al single azucarado (aunque esta vez jamás te sacan a bailar), destacan ahí los singles obvios del disco: la nostálgica 'Pictures of you' (maravilloso el bajo en esta y el trabajo con la intensidad), la preciosa 'Lovesong' (inolvidable y eterno ese "No importa que tan lejos estés / Yo siempre te amaré...") y siniestra 'Lullaby'. Sin embargo, el álbum en general se mostrará bastante más arisco a lo largo del viaje.
De esta forma, el disco abre con 'Plainsong', una absoluta declaración de intenciones con dos minutos y medio completamente etéreos que anteceden al calmo relato de Robert Smith, el cual no se extiende más allá de dos estrofas y carece completamente de alguna especie de coro, fórmula que se reiterará más adelante en cosas como 'Closedown' (esta vez con la batería + teclados siendo protagonistas) o 'Last dance', donde Robert volverá a plantear el tema de la distancia ("Me alegra tanto que hayas venido, que lo hayas recordado / Para ver como terminamos un último baile juntos / A regañadientes, cautelosos, pero más bonitos que nunca..."), mientras que altas cotas de intensidad se encontrarán tanto en la fantástica 'Fascination street' (esta vez recurriendo a punzantes guitarras) como en la dinámica 'Disintegration', esta vez con la batería + bajo causando estragos.
No cabe duda que el disco representa una constante reflexión existencialista por parte de un Robert Smith apesadumbrado por el paso de los años, quien constantemente recurre a temáticas como la nostalgia, la perdida o el distanciamiento para expresar su sentir, algo que se refleja con claridad en todo el pozo profundo que representa la recta final del álbum, armada por 'Prayers for rain', quizás la más rabiosa en todo el trayecto ("Me fracturas / Tus manos sobre mi / Un toque tan plano / Tan viciado que mata..."), las lúgubres 'The same deep water as you' + 'Homesick' (que anticipan en cierto modo aquellas sonoridades que volverían a aparecer unos años más tarde en Wish) y cerrando con la tiernamente cruel 'Untitled', el tormento de quien perdió a alguien quedándose con un montó de palabras sin expresar ("Nunca te dije lo que quería decir / Nunca manejé las palabras para explicarte / Nunca supe como volverlas creíbles...").
El carácter de leyenda para un disco como Disintegration es absoluto. Desde lo cultural el álbum claramente representó una vía de escape para todos y todas aquellas que continuaban sin encajar en la estridencia y luminosidad del pop y el hard rock (marcado por el "glam metal") para fines de los años ochenta (Depeche mode fueron otros que desde su lugar cumplieron aquel rol), pero también está lo único y atemporal que suena, de hecho, es increíble constatar como a tan solo diez años de distancia (para 1999) el álbum se oía de una época completamente diferente. Hoy, mirado a ya más de tres décadas de distancia es conmovedor vivenciar como el álbum no hace sino agigantar su legado e influencia.
¿Canciones? 'Pictures of you', 'Lovesong' y 'Fascination street'.
Obra maestra.
Justo en estas últimas semanas estuve escuchando mucho a The Cure.
ResponderEliminarEn especial esos dos de grandes éxitos del año ¿2001? el que tiene las grabaciones originales, y el que me gusta aún más con las versiones "acústicas".
Abrazos