viernes, 27 de septiembre de 2024

30 Años De... Korn : Korn (1994)

"Tormento, horror y trauma..."

Todo movimiento tiene su día cero, su punto de partida, y en el caso del nu metal este fue claramente el debut de Korn. Y si bien el disco podría compartir créditos con otros que expresaron de buena forma la movida metalera que se comenzaba a desarrollar en California (sin ir muy lejos, Burn my eyes de Machine head fue publicado incluso un par de meses antes), el de Korn alcanzó un nivel de repercusión mediática suficiente como para transformarse en modelos a seguir por una serie de pares generacionales.  Lo curioso, sin embargo, es que la banda "la rompe" con uno de los discos más dolorosos de la década, uno que conjugó con siniestra perfección el horror y trauma de un Jonathan Davis que consumido por su historia encontró en la música la posibilidad de (literalmente) vomitar sus más espantosos fantasmas. No se puede hablar por tanto del debut de Korn sin referirse al componente lírico de este, donde la palabra "abuso" se reitera en múltiples formas (o sea, que portada...), abuso físico, psicológico y emocional expresado a lo largo de un trabajo que desde un primer segundo impacta por su descarnada franqueza. 

Sin ir muy lejos, el disco abre mediante 'Blind' y de inmediato hace historia con esos instrumentos que lentamente van marcando presencia hasta impactar en aquel mítico "¿Are you ready?" de Jonathan Davis que desata la explosión, complementada claro con una letra que declara desde ya intenciones ("Este lugar dentro de mi mente / Un lugar que quisiera esconder / Tu no conoces las posibilidades / ¿Y si debiese morir?"). Desde entonces, las atmósferas oscilarán entre la violencia de una 'Ball tongue' (cosas como estas llegaron a influenciar incluso a un Max Cavalera en términos de vocalizaciones futuras), el descargo en tono de revancha de 'Divine' y lo derechamente siniestro, abordando la crueldad del bullying escolar en 'Clown' ("Grítame otra vez si quieres / Golpéame otra vez porque soy extraño / Dime que soy una nena y eres más duro que yo...") o 'Faget' ("Los malditos estereotipos alimentando sus cabezas / Soy horrible, por favor solo aléjate...") o directamente el abuso sexual en el desgarro de 'Need to' o el descarnado cierre a cargo de 'Daddy', una canción espantosa en el sentido literal de la palabra, una pieza histórica realmente difícil de oír incluso a treinta años de distancia y en donde se toca de manera directa como pocas veces en la historia de la música el abuso sexual infantil. Mención aparte por cierto para la interpretación de un Jonathan Davis absolutamente roto (y desnudo) ante el micrófono.

Toda esta atmósfera tétrica, sin embargo, no habría cuajado del todo de no haber contado con el sonido inconfundible en guitarra de Brian Welch, la batería seca de David Silvera y el bajo de Fieldy, armando un combo que pese a lo alternativo del sonido lograría hacerse un pequeño espacio en el mainstream, lo cual les permitió volverse referentes para toda la escena que dominaría la escena durante la segunda mitad de los noventas, de la mano de un joven Ross Robinson en producción, a quien este trabajo también le cambiaría la vida pues se volvería colaborador insigne de una una serie de bandas de nu metal, desde Deftones, Limp Bizkit hasta Slipknot.

Como un "pero" está que al disco le sobran un par de temas en su recta final, canciones que sin ser malas simplemente no están al nivel ('Predictible' o 'Lies', por ejemplo), sin embargo, cualquier problema queda eclipsado ante el concepto general del trabajo. Un debut marcado por el tormento de Jonathan Davis, un tipo valiente dispuesto a enfrentar sus demonios y mostrarse plenamente vulnerable en medio del mundo de "machitos" que representaba el metal noventero, algo que a treinta años de distancia claramente le continúa honrando. 

¿Canciones? 'Blind', 'Ball tongue', 'Clown' y 'Daddy'.

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