En medio del silencio.
Cuando en plenos años 90's canciones como "Say something", "Tomorrow" o "She's a star" se instalaban en las radios pocos seguramente se imaginaban que la banda que sonaba llevaba una década ya de existencia y varios discos bajo el brazo. Así de silenciosa fue siempre la carrera de James, en sus inicios a la sombra de The Smiths y en su madurez, el brit pop y bandas juveniles tales como Oasis, Blur o Suede opacaron su presente. Quizás les faltó algo de chispa, haber ido un poco más allá del single, del tema contagioso, el caso es que sea como sea hoy la realidad no es demasiado distinta para la banda, se disolvieron en 2000 para regresar en 2007 sin demasiada repercusión mediática, de hecho desde ahí han editado un par de álbumes que pasaron desapercibidos y este 2014 están de vuelta con su mejor disco en años pero el mundo sigue sin enterarse...
La petite mort es por sobretodo un disco que trae de regreso a los James efectivos, quienes sin tanto artificio ni experimentación (como en sus últimas entregas) esta vez nos regalan un puñado de buenas, directas y honestas canciones. Existe solo un momento en este álbum donde la banda ha roto un tanto sus propios límites melódicos pero la salida les ha quedado brillante, encontrando incluso uno de los mejores temas de su carrera, me refiero a "Walk like you", la joya que crece y crece durante siete fantásticos minutos que abren el disco. A partir de ahí este retomará lo esperable pero siempre de buena forma, el pop y los teclados de "Curse curse" son una agradable invitación al baile, en una linea similar se moverá la dinámica "Moving on" mientras que "Frozen britain" se cargará un tanto más a las guitarras y al sonido noventero de James. En esta primera parte del álbum el único tropiezo lo protagoniza "Gone baby gone", un coro algo infantil y demasiados minutos de duración la tornan monótona, pero fuera de esta el disco funciona muy bien, además de poseer mucha dinámica.
La segunda parte del disco baja las revoluciones aunque no la calidad, se desarrolla una sección mucho más íntima que nos recuerda el contexto emocional que rodeó a Tim Booth (vocalista y compositor de la banda) durante la construcción del álbum, la pérdida de dos seres queridos (su madre y mejor amigo) se evidencia en sentidas canciones como "All in my mind" o "All I'm saying" (hermosa e intensa esta última) y también logra perfumar el grato ambiente que entregan "Quicken the dead" o "Bitter virtue", cerrando así un álbum redondo que coloca las cosas en su lugar luego de un par de entregas que no dejaron buen sabor ni siquiera en los fans de la banda.
De esta manera vuelve James, en medio del silencio pero con un gran trabajo bajo el brazo, un disco sólido que me imagino les entregará energías para seguir adelante y a nosotros nos invita a sostener el interés sobre ellos.
7 /10
Muy bueno.
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