"No sienten el paso del tiempo..."
Los ingleses de Duran duran se enmarcan dentro de aquellas bandas ochenteras que lograron sobrevivir (algunas a duras penas) a los complicados años noventa. Hoy, con tres décadas de carrera y poco que demostrarle al mundo los vemos llevando adelante una carrera silenciosa que, aunque sin deslumbrar, por lo general cumple. Lo suyo sigue siendo el pop, los sintetizadores, el coro pegajoso y arreglos que invitan al movimiento, y en aquella linea su nuevo álbum vuelve a regalar momentos agradables, de esos que uno disfrutaría de ver en vivo, aunque esta vez han enfocado el asunto claramente hacia la pista de baile.
Percibimos en Paper gods a unos Duran Duran ansiosos por vivir y disfrutar el momento, lo gritan a cuatro vientos en la fantástica 'Last night in the city' ("Vamos a vivir esta noche como si fuese la última/ Porque a ninguno le importa si hay un mañana..."), donde han colaborado con Kiesza, pero estas ganas locas por sonar modernos y atractivos se expresan a lo largo del disco, tanto en materia de arreglos como producción. En 'Pressure off' (con Janelle Monae luciéndose en los coros) vuelven de hecho a entregar material de primera, sonando joviales y llenos de energía, también en 'Danceophobia' (feat. Lindsay Lohan) o 'Butterfly girl' aciertan, coqueteando incluso con el funk en esta última.
El resto del álbum irá en una linea más tradicional, generando gratos ambientes en la hipnótica partida a cargo de 'Paper gods' (la canción), realizando un guiño hacia sus ochentas en 'Face for today' y a sus noventas en 'You kill me with silence', abrazando el pop en 'What are the chances?' (que cuenta con un sorpresivo solo a cargo de John Frusciante) y cerrando con elegancia en 'The universe alone'.
Conscientes de que para una banda veterana el apelar a la nostalgia es sinónimo de muerte, Duran Duran ha intentado con Paper gods equilibrar el asunto, entregándose a productores del momento (Mark Ronson, Nile Rodgers, Mr. Hudson) para así congeniar con las actuales tendencias del pop pero intentando siempre conservar su esencia. El resultado se ha plasmado en un disco atrevido durante gran parte de su duración y que mantiene a la banda dando gratas señales de vitalidad. Los tipos se la siguen pasando de película y nosotros junto a ellos
7,5 / 10
¡Muy bueno!
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