"Solo momentos..."
Los norteamericanos de Trivium vienen enmarcándose desde hace bastante en el universo de aquellas bandas de soft metal que entrelazan riffs afilados y velocidad con estructuras melosas, alternando voces limpias con otras raspadas. En ese ir y venir llegan a 2020 con su noveno álbum, una carrera que data ya de casi veinte años de existencia y un estilo, para bien y para mal, bastante consolidado. De aquello va este nuevo What the dead men say, un disco que seguramente entrará bien en los seguidores de la banda pero solo en contados momentos dirá algo realmente nuevo a un oyente casual. Eso que a ratos pareciese que lo han intentado. Hay momentos en el álbum que escapan de lo predecible e ilusionan con algo que el global no acaba de entregar pues la generalidad del disco funciona en una dirección más corriente y de un metal bastante amigable que se oscila en el "estrofa agresiva/coro dulzón", como ocurre sin ir más lejos en 'What the dead men say' (la canción), la partida del álbum y un claro ejemplo de lo que menciono.
A favor del disco cuenta la producción, que el álbum suena muy bien y saca partido a cada instrumento, particularmente a la batería de un colosal Alex Bent que por si solo es capaz de entregar a varios temas un plus digno de atención. Es el caso de 'Amongst the shadow & the stones', una de las grandes canciones que el álbum entrega con una descarga endemoniada y que si hubiese sido capaz de empapar con su dinámica al resto del trabajo seguro estaríamos hablando en otro tono de este. Lamentablemente no ha sido así y apenas a la vuelta de la esquina nos encontraremos con una pasada por 'Bleed into me' + 'The defiant' que apuesta a la segura con estructuras tradicionales y un sonido que unicamente es rescatado de la mediocridad gracias a la mencionada labor de Bent en bateria.
Hay otras canciones que en si mismas son una absoluta contradicción, como 'Sickness unto you' o 'Catastrophist', que durante dos o tres minutos trabajan un soft metal meloso para de pronto acelerar, llevar el tema a otro lugar y hacerte creer en algo que abruptamente se rompe con la llegada de los coros nuevamente (insertar aquí emoticon de manos a la cara). En la recta final (se agradece que el disco tenga solo diez canciones, aquello sin duda lo vuelve menos frustrante) unicamente cabe el destacar la ferocidad de 'Bending the arc to fear' (ese coro parece un tributo a Phil Anselmo), ya que todo lo demás se mueve por donde siempre cerrando así un disco de momentos y constantes contradicciones, un quiero pero no puedo (¿o no debo?) por parte de una banda que instrumentalmente suena impecable y pareciese tener las herramientas para construir algo realmente de nivel pero que ya sea por temor o falta de real capacidad acaban quedándose en meras insinuaciones.
6 / 10
Bueno, cumple.
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