"(Ya) no impactan..."
Si algo resultó llamativo en los inicios de la carrera de Bomba estéreo fue ese equilibrio entre elementos folclóricos latinoamericanos con electrónica y sabor, mucho sabor. Dicha mixtura voló alto en álbumes como Estalla (2008), Elegancia tropical (2012) y Amanecer (2015), tras los cuales llegó Ayo (2017), que regaló momentos de frescura pero también un conjunto que por primera vez mostró señales de estancamiento. Dicho en simple, buenas canciones que aportaron al catálogo de la banda en aquel disco hubo ('Siembra', 'Duele', 'Internacionales') pero el global pareció ya no avanzar. Como si hubiesen tocado techo.
Cuatro años han pasado desde entonces y llega a nosotros Deja, la confirmación del punto aparte que vive la banda, uno que para bien y para mal insiste sobre atmósferas íntimas e invitaciones al baile que se quedan a medio camino. Y el problema es de arreglos, porque las temáticas siguen ahí, con Li Saumet transmitiendo identidad también, sin embargo, la electrónica parece haberse comido al folclore en Bomba estéreo y su música por tanto suena cada vez más plana y con menos sabor.
Como mencionaba, las temáticas están ahí. Potentes en la defensa medio ambiental en 'Agua' (notable el "Déjame sola, déjame sola, déjame sola. No me toques, no me toques. Cuídame. Lo siento, lo siento..." del 2:15) o 'Tierra' ("Se llevaron el agua, secaron los ríos y estamos parados en medios del bosque viendo su extinción..."), o yendo hacia el auto conocimiento en 'Ahora' ("Las heridas comenzaron a salir. Llevándose lo que se deben llevar...") o 'Deja' ("Deja de decir que no puedes más. Porque si puedes..."), sin embargo, estas dos últimas mencionadas son claros ejemplos del problema de la banda, que arman una buena canción pero tras dos minutos no saben que hacer con ella, por lo que deciden acabarla dando monótonas vueltas sin mucho sentido. Intentan en algún momento también meterle dinámica al asunto, en 'Como lo pedí', 'Soledad' o 'Se acabó', donde se aprecia (se valora también) la intención de escapar de cosas cercanas al reggaetón y funcionar en atmósferas más íntimas, pero algo falta, se extrañan guitarras más presentes y algo que sea menos predecible. La banda sigue pareciendo cumplir pero jamás impacta.
No está mal Deja pero llama la atención el que un álbum que habla de la conexión con lo natural ("No mires mi foto y céntrate en mi..." afirman en 'Conexión total') suena tan poco orgánico y artificialmente repetitivo (¿Otro ejemplo? 'Tamborero', un loop de cuatro minutos). La sensación es que la banda sigue estancada, que cuando baja las revoluciones repite fórmulas y cuando intenta meter dinámica ya no lo logran. Comienzan a recordarme con fuerza a Calle 13, otros latinos que en su momento mostraron lo que tenían que mostrar (¡y estuvo muy bien!) para pronto quedarse sin ideas...
¿Canciones? 'Agua', 'Lento' y 'Ahora'.
6/10
Bueno, cumple.
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