"(Al menos) hay propuesta..."
El caso es que cada nuevo lanzamiento venía siendo peor que el anterior por lo que frente a este Moral Hygiene las expectativas altas no estaban pero quedaba por verificar si la tendencia a la baja se confirmaba o más bien corregía en algunos aspectos. Con el álbum entre nosotros cabe mencionar que el buen Al ha querido realizar un giro de timón centrándose esta vez en las canciones por sobre los excesivos efectismos que sobraron tanto en From beer to eternity como Amerikkant, sin embargo, tampoco el álbum apunta hacia el metal despiadado de álbumes como Houses of the molé (2004), Rio grande blood (2005) o The last sucker (2007), sino más bien busca encontrar un equilibrio, con medios tiempos cargados de peso + groove, como ocurre en 'Alert level' + 'Good trouble', que no están mal aunque ambas son muy similares por lo que parecen ser diez minutos de lo mismo (por cierto, los seis minutos de la primera no se justifican en absoluto), siendo recién en 'Sabotage is sex' donde percibimos un matiz gracias a la participación en voces de Jello Biafra (un histórico de Dead Kennedys), así como en 'Desinformation' encontramos la que debe ser la mejor pegada en todo el álbum. En el nudo del álbum 'Search en destroy' también funcionará, pese a bajar velocidad respecto a su versión original de The Stooges (de 1973), mientras que 'Believe me' con su incursión en teclados y guitarras acústicas resultará atractiva, novedosa e interesante.
La primera mitad del disco por tanto, pese a nunca encontrar un punto marcadamente alto y reiterar ideas en su comienzo, mejora ostensiblemente el nivel que Al Jourgensen venía entregando en anteriores álbumes de Ministry, y eso hay que dárselo. Ahora, lamentablemente estas sensaciones no logran confirmarse en la segunda mitad, donde el disco se empantana poco a poco entre experimentaciones y canciones en exceso difíciles de seguir, como toda la pasada por 'Broken system' + 'We shall resist' + 'Death roll', quince minutos en total que son puro tedio y rompen por completo el ritmo que el disco venía trayendo, así como el cierre hiperquinético que propone 'Tv song #6' tampoco se entiende más allá del freakerío de su sonido. Una lástima.
Mirando el vaso medio lleno, hay una propuesta musical acá y cositas que permiten afirmar el que estamos ante el mejor álbum de Ministry en diez años, al menos en la etapa post Mike Scaccia. Ahora, claro, tampoco da para destapar nada, que objetivamente esto se encuentra muy pero muy lejos de los momentos más logrados de esta leyenda.
¿Canciones? 'Desinformation' , 'Search and destroy' y 'Believe me'.
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