En el libro de las falsas despedidas existirá un capítulo especial dedicado a Ministry, quienes (Al jourgensen en realidad) anunciaron la edición de Relapse (2012) como un último lanzamiento (con gira de despedida incluida) para luego, un año más tarde y tras la lamentable pérdida de Mike Scaccia, regresar afirmando que (ahora si que si) decían adiós con From beer to eternity (2013), álbum que se suponía contenía los últimos riffs que el guitarrista trabajó junto a la banda. El caso es que a cinco años de dicho lanzamiento el elástico se ha vuelto a estirar, por lo que tenemos nuevo disco de Ministry: AmeriKKKant, álbum número catorce en su discografía.
Vuelve además Jourgensen con nueva musa, si en el pasado tuvimos a George W. Bush como protagonista de una trilogía, esta vez es Donald Trump quien acapara las críticas y ridiculizaciones a lo largo de los casi cincuenta minutos de música que esta vez nos proponen. En ese sentido, AmeriKKKant es un disco que desde sus primeros segundos muestra las cartas con descaro mediante 'I know words', una intro instrumental que juega con el (ya mítico) "We will make America great again" una y otra vez, como quien repite un chiste hasta la saciedad. Desde acá observamos el principal problema con que carga el álbum: acá no hay canciones sino más bien ideas que se reiteran una y otra vez durante minutos que se vuelven eternos.
Y es que desde el inicio el trabajo se va por un tubo donde cuesta distinguir el paso entre tema y tema, un viaje que abusa de los loops, del uso del ruido y la desestructura, realizando guiños al pasado de la banda mediante el uso constante de temas extensos, repetitivos y pesados. Para muestra, los monocordes 16 minutos que componen la pasada por 'Twilight zone' + 'Victims of a clown', que únicamente son interrumpidos por una violenta aceleración que aparece en los últimos treinta segundos de la segunda. La sensación inevitable es la de estar frente a un producto forzado por un Al Jourgensen que sentía algo debía decir respecto a la contingencia política de los Estados Unidos, fuese lo que fuese.
Más adelante, canciones como 'We're tired of it' o 'Antifa' mostrarán una faceta más dinámica de la banda, la cual se anexará con densos pasajes (y probablemente los más interesantes de todo el disco) como los que se viven con 'Wargasm' o 'Game over', compensando lo que había sido una partida bastante pobre.
En definitiva, Al Jourgensen (una vez más) se muestra absolutamente libre durante el tránsito de AmeriKKKant, un álbum que equilibra una crítica aguda con buenas dosis de buen humor y que musicalmente continúa mostrando cierta identidad propia de quienes inauguraron este género casi treinta años atrás, sin embargo, la falta de ideas es evidente. ¿Nos olvidamos entonces definitivamente del retiro? ¿Tendremos una nueva trilogía, esta vez dedicada a la figura de Trump? Como sea, sin deslumbrar y muy lejos de sus mejores tiempos claro está, esto sigue sonando a la libertad característica de Ministry, aunque las canciones sigan sin estar...
5/10
Nada muy especial...
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