sábado, 9 de octubre de 2021

Rivers Of Nihil: The Work (2021)

 "Fuera de todo dogmatismo..."

Las bandas jóvenes hoy no saben de dogmatismo. No está en su ADN, por lo que muchas de ellas han entendido que pueden tantear terreno fuera de su género habitual sin culpa alguna y ver como les va en la aventura. En el mundo del metal son varios ya los casos que han experimentado este fenómeno, algunos con idas y vueltas (Alcest), otros realizando giros sin retorno (Leprous) y varios que se mantienen en "veremos" (Deafheaven). Todo esto a propósito del nuevo álbum de Rivers of Nihil, con quienes la exploración fuera de la caja se veía venir aunque quizás tan pronto no se esperaba, digamos, recién en un cuarto álbum y sobre todo tras la tremenda recepción obtenida por Where Owls know my name (2019). Quizás lo lógico era lanzar otro álbum de death técnico que incorporase uno que otro elemento externo que potenciase el sonido, sin embargo, con The work la banda ha apostado por el giro inverso, es decir, ha utilizado el metal como una herramienta en función del conjunto, desmarcándose (por momentos con descaro) de cualquiera de sus tres álbumes anteriores.

Este cambio de línea se expresa con claridad en la partida a cargo de 'The tower', muy tranquila y donde Jake Dieffenbach vocaliza limpio y claro sobre un piano para de pronto encontrar la explosión (2:38) e inundar el tema entre guitarras, peso y guturales. Tras esta, llegará la exquisita 'Dreaming black clockwork', donde la banda jugará a placer con la estructura, intercalando momentos de contundencia metal entre furiosos riffs y redobles con instantes de tranquilidad, para en el cierre llenar el ambiente de un creciente ruido (en su minuto y medio final) que acabará resultando ensordecedor. Tras estos iniciales once minutos de música llegará el momento definitivo de quiebre del álbum y donde Rivers of Nihil declaran intenciones. Esto porque ante la incertidumbre de continuar la senda ligada al metal planteada por 'Dreaming black clockwork' o realizar el giro, la banda opta por esto último, primero con 'Wait', una balada centrada totalmente en las atmósferas (muy cercana a lo que Deafheaven entregó en su más reciente álbum), y luego por 'Focus', que definitivamente escapa del death y centra su poderío en estrofas susurradas que conectan con melódicas explosiones en los coros, en una (buena) canción que algo bebe del nu metal de comienzos de siglo. En definitiva, con estas dos Rivers of Nihil nos han llevado a otro lugar y desde acá el disco ya no regresará jamás. 

Como mencionaba en un inicio, hay una idea muy interesante en The work, y es que el metal que este contiene no aparece sin razón, sino más bien se justifica en función del ambiente que se pretende generar, algo que se expresa (nuevamente) con mucha claridad en una canción como 'Clean', que durante seis minutos alterna momentos de tranquilidad con otros más duros incluso incorporando un pasaje instrumental muy floydiano (2:15 en adelante) donde los sintetizadores se vuelven protagonistas. Más adelante, aunque cada una con su respectivo matiz, esta idea se volverá a reiterar en 'The void from which no sound escapes' y 'Episode', en una notable pasada que concentra el mensaje y los elementos que Rivers of nihil han pretendido entregar en The work.  

Entre las mencionadas, sin embargo, sonará una canción afilada y efectiva como 'MORE?' (la más breve del disco además, solo tres minutos) que parece ser una concesión que la banda ha incluido más que otra cosa y luego llegará el cierre, con seguridad lo menos coherente del disco. Primero porque han incluido una balada acústica obvia y predecible como 'Maybe one day', que pese a lo bonito de su solo (lo único rescatable de la canción) aporta realmente poco al conjunto, y segundo porque cierran con los once minutos de 'Terrestria IV: work', un arranque de metal progresivo que está bastante bien pero nada tiene que ver con el resto del álbum, entonces...¿qué hace acá? Es un acto de ostentación totalmente innecesario. Dicho en simple: los últimos veinte minutos de álbum sobran, si este cerraba con 'Episode', teníamos prácticamente el disco del año. 

Rivers of nihil es una de las bandas más interesantes de la última década y con The work han sabido hacer la pausa para dar un paso hacia adelante en su carrera. El disco es, por sobre todo, diverso. Alternan acá momentos de mucha fuerza con paisajes de tranquilidad, algunos exploratorios pero siempre inquietos. La banda no ha temido el mantenerse en movimiento y salen bien parados de la jugada. No tan sólidos y coherentes como en su antecesor pero si notables en la idea de armar una propuesta particular y que conserva (aún) identidad. Pese a sus errores no forzados, estamos ante uno de los grandes discos que nos dejará 2021. 

Por cierto, mención aparte merece la portada a cargo de Dan Seagrave, vaya artistazo...

¿Canciones?  'Dreaming black clockwork', ' Focus' y 'Clean'.

8,5 / 10
¡Excelente!


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