"En piloto automático..."
Primer disco colombiano del que escribo en mi blog. ¡Salud por eso! Y es un honor debutar con este (ahora) dúo, quienes en 2015 lograron dar que hablar gracias al fabuloso Amanecer (álbum al que le quedé debiendo una reseña) y un sonido que entrelazaba de manera magistral la electrónica con elementos folclóricos y ritmos latinos (reggaetón incluso) de la mano de una producción moderna, lo cual por cierto ya se había manifestado en 2013 con el sub valorado Elegancia tropical, disco que tal como Amanecer sigue mereciendo toda nuestra atención. Por todo esto, el desafío frente a esta nueva entrega no era menor, había que ver si la banda era capaz de reinventarse en el éxito y , sino superar, al menos mantener cierto nivel para no quedarse únicamente en el recuerdo de lo que fue un tremendo momento.
Ahora, considerando el que han pasado tan solo dos años desde Amanecer, y que la banda se la pasó buena parte de 2016 en gira de promoción, cabe el comentario de que quizás este Ayo ha llegado demasiado pronto, lo cual se evidencia con el correr del trabajo, el cual comienza muy bien pero a poco andar se enreda entre canciones de tónica muy similar y que dejan la impresión de ser sobras de su antecesor en lugar de temas efectivamente nuevos. Me explico. Si algo destacó en el de 2015 fue la capacidad extraordinaria del dúo para conjugar el sabor de temas como 'Fiesta', 'Caderas' o 'Soy yo' con piezas más dulces como 'Somos dos', 'Mar (lo que siento)' o 'Algo está cambiando'. Esa diversidad en Ayo no aparece.
Tenemos una partida espectacular en la creciente 'Siembra', que desarrolla un mix electrónica + folclor notable (punto negativo eso si: el exagerado autotune, que le entrega a la voz de Li Saumet un efecto pito bastante molesto), seguida de las contagiosas 'Ayo' + 'Química (Dance with me)' y la excelente 'Duele', que rompe de buena forma el tono bailable que el disco traía. Hasta acá, con las cuatro primeras, nada que decir, sin embargo desde acá el álbum no levantará. Con 'Amar así' se instala la fiesta y le seguirán una serie de temas de buenas intenciones pero trabajados de manera básica, sin elegancia, volviendo al trabajo muy monótono y poco atractivo. Intentan, por ejemplo, instalar temáticas interesantes en la feminista 'Flower power' o en la americanista 'Internacionales', y ambas están bien pero se complementan con cosas como 'Money money money' o 'Taganga', derechamente terribles...
¿Y para cerrar? Un refrito. El álbum finaliza con 'Vuelve', que es una versión acústica (e innecesariamente larga) de 'Siembra', lo cual llega para confirmar que se quedaron sin ideas durante el período de composición de Ayo y han puesto acá "lo que tenían" con el único objetivo de no permitir que se enfriase el plato tras el éxito de Amanecer. El disco en definitiva tiene sus momentos, dos o tres, pero en el global no se acerca jamás a la magia que en 2013 o 2015 esta banda nos hizo sentir.
6/10
Bueno, cumple.
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