"De regreso a las grandes canciones..."
Gibbard sigue hablando de sus momentos y esto se expresa de inmediato en 'I don't know how I survive', que sabe encontrar esas características explosiones en los coros y en ese cierre repitiendo una y otra vez un notable "No se como sobreviví a esas noches...". Partida notable que complementa perfecto con una ágil 'Roman candles', que va al hueso en apenas dos minutos, intercalando sintetizadores con redobles y otro mensaje que apunta a la reconversión personal ("Pero estoy tratando de soltar todo aquello a lo que me trataba de aferrar...").
El resto del álbum oscilará por donde el compositor sabe transitar, esos medios tiempos pop sencillos en sus estrofas pero que transmiten fuerza y optimismo en los coros, como ocurre en 'Asphalt meadows' , 'Here to forever' o 'Pepper', aunque también habrá tiempo para momentos más melancólicos en 'Rand McNally' y oscuros en 'Fragments of a decade', exquisitas aceleraciones en 'I miss strangers', nuevamente reflexionando con la almohada en momentos de soledad ("En tiempos como estos extraño más a gente extraña que a mis amigos / Y olas de conversaciones chocan con los límites de mi mente..."), 'Wheat like waves' que es pura dulzura y freakeríos dignos de destacar, como la curiosa 'Foxglove through the clearcut', cinco minutos de Ben Gibbard recitando líneas y amenizando con un coro atmosférico de vez en cuando, jugando con la tensión entre guitarras que lentamente van aumentando en intensidad.
Sabemos que estamos ante un gran disco cuando la segunda línea algo te dice, cosa que ocurre en Asphalt meadows, un álbum de grandes canciones que trae de regreso tras mucho a un Ben Gibbard iluminado y creativo, como hace demasiado no lo oíamos. Por donde se mire, tener nuevamente un gran álbum de Death cab for cutie es una gran noticia.
¿Canciones? 'I don't know how I survive', 'Roman candles' y 'I miss strangers'.
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