"Paso atrás por donde se mire..."
Alguna vez mencioné en una reseña de Architects que uno de los problemas que veía en esta banda era el exceso de publicaciones, eso del disco por año (o máximo dos), salvo que seas Lennon + McCartney, no ayuda a la creatividad. El caso es que aquello vuelve a aplicar para lo nuevo de los ingleses pues ni un año ha pasado desde aquel For those that wish to exist y los tenemos de regreso, y como caía de cajón: con una continuación del antecesor... pero peor. Porque cabe recordar que el de 2021 estuvo más que bien, un disco donde la banda pareció abrazar el metal pop (si, digámoslo como lo que es) pero con un tino bastante acertado, cosa que esta vez no ocurre, The classic symptoms of a broken spirit no teme ocultar sus intenciones, la de entregarte un rock hiper producido, repleto de capas que edulcoran el sonido a más no poder, las cuales no logran por cierto ocultar la dramática falta de ideas. El disco por tanto sostiene el camino del anterior, ese metal melódico, procesado, sintético pero que suena bastante más vacío esta vez. ¿Las razones? Las obvias. En un año no se te va a ocurrir demasiado por lo que no queda otra que tomar las sobras que tenías y hermosearlas en base a producción.
Sam Carter ha perdido su registro metal, eso está claro, de ahí los susurros e intentonas limpias (agudas) que abundan en el disco, lo cual no resulta negativo per se, que es habitual en esto del metalcore el encontrarnos con vocalistas que se rompieron tras sus primeros álbumes, el problema acá se da porque las canciones no están a la altura, estas suenan repetitivas y obvias, con un exceso de azúcar evidente. Da lo mismo cual escojas acá, 'Deep fake', 'Tear gas', 'Spit the bone' o cualquiera de las que sigue, las canciones se suceden en una repetición de fórmulas constante, baterías sencillas, estrofas susurradas, coros explosivos y no mucho más.
En lo personal nunca enganché con la movida de discos como Lost forever / Lost together (2014), al punto que a causa de aquel ni siquiera le di la oportunidad a cosas como All our gods have abandoned us (2018) o Holy hell (2018), sin embargo, más allá de los gustos de cada cual, uno oye hoy esos álbumes e identifica elementos interesantes, una batería que propone, estructuras cambiantes, etc. Todo aquello la banda lo ha perdido y si bien en 2021 insinuaron un giro interesante, un año más tarde parecen haber vuelto solo por cumplir, sin ningún compromiso real con su música. Un paso atrás por donde se mire...
¿Canciones? Ninguna.
4/10
Malo.
para mi al contrario, un disco increíble, be very afraid es una de sus mejores canciones en su historia, este disco me hace pararme y querer agitar la cabeza a toda velocidad
ResponderEliminarBendita sea la divergencia.
EliminarQue te puedo decir, yo no pude conectar. Pero bien...
Gracias por comentar en la diferencia.
Saludos!