"Uno más..."
Me perdonarán las comparaciones, pero en la línea de lo que alguna vez fueron Nickelback y por estos años Volbeat, los Five finger death punch lucen impostados de comienzo a fin en este, su noveno álbum. Un disco armado con manual en mano, que intercala tres o cuatro temas de guitarras, como 'Welcome to the circus', 'Afterlife' o 'Roll dem bones', donde las estrofas serán roncas y los coros hiper melosos, para luego meterte una baladita, a veces en tonos cursis como en 'Times like these' y a veces jugando a que experimentan (haciendo el mix acústico / electrínico) en 'Thanks for asking'. El punto es que fallan allá y acá, entre estructuras predecibles que nunca pareciese que tienen algo real que mostrar. Si me apuran, destacaría la jugada cargada a la electrónica de 'Judgement day' como el único momento donde pareciese hay algo diferente escapa de lo evidente, sin embargo, es muy poco para un disco que nace y muere en su sencillez, lo cual no necesariamente debería ser negativo, siempre y cuando supieses encontrar belleza en dicha simpleza, lo cual acá no ocurre.
Afterlife es "otro disco más" por parte de una banda que comienza a morir en la intrascendencia, siendo generoso, pues seguro hay muchos que perdieron el interés hace bastante. No hay magia acá, solo efectismo (para muestra: los videos promocionales) y fórmulas que se conforman con el cumplir.
¿Canciones? 'Afterlife', 'Judgement day'.
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