"Vuelta a los lugares comunes..."
Consciente de que el tiempo pasa y no vuelve, el argentino Fito Páez insiste en mantenerse creativamente vivo, ya sea conectándose con su público en actuaciones de diverso tipo (últimamente con esto del Covid19 lo hemos visto muy activo transmitiendo desde su instagram) o lanzando nuevo material de manera continua. El caso es que a poco más de dos años de un irregular La ciudad liberada (2017) llega a nosotros este nuevo disco donde el argentino abre su presente sin tapujos y en poco más de treinta y cinco minutos da muestras del momento que continúa viviendo. Y si bien cada disco de Fito Páez transmite la idea de aún tener demasiado por decir y aquello inevitablemente ilusiona, no se puede negar a la vez que el vocalista se encuentra desde hace mucho en un callejón repleto de lugares comunes, constantes odas al amor y la rabia pero todas canalizadas de manera burda entre letras en exceso simples y evidentes, lo cual es dramático cuando tu foco está puesto con fuerza precisamente en el mensaje.
Hay que darle el que esta vez ha armado un conjunto más breve que en La ciudad liberada, sin embargo, donde el de 2017 triunfaba este fracasa estrepitosamente, es decir, en las canciones. De todas maneras, resultan gratas las ideas optimistas de algo como 'La conquista del espacio' (la canción), donde una orquesta acompaña y entrega fuerza a las líricas esperanzadoras de un Páez que aboga por "la conquista de decirnos la verdad", mientras que las aceleraciones que propone 'Las cosas que me hacen bien' ("Vamos por la cumbia, la misa, el perreo, el fernet con cocacola...") rescatan al tema de la mediocridad así como el experimento cumbia/rock con referencias a la violencia de género de 'Ey! you!' junto a Mala fama en parte funciona, sin embargo, lo demás suena en exceso de manual y básico a más no poder.
Lo de 'Gente en la calle' es repetitivo hasta el hartazgo ("Gente que está super sola y que necesita tu amor /Gente que vive en el dolor..."), el rock & roll simplón de 'Nadie es de nadie' no impacta, las líneas de 'Resucitar' dan pudor ("Yo te lastimé / Y vos me dejaste...", ¿En serio Fito?) así como lo reiterativo de 'La ciudad de las bestias' es derechamente aburrido. El cierre, as usual, será en tono sonriente con una oda al amor en 'Todo se olvida' ("En el amor solo se trata de estar cerca / La vida sin amor no significa nada..."), cerrando así un álbum que vuelve a retratar a un Fito menos ambicioso respecto a La ciudad liberada aunque igual de directo en su mensaje. La conquista del espacio no es un desastre pero si otro álbum olvidable que suma a su lista.
5 / 10
Nada muy especial...
Que mal blog, dedícate a otra cosa
ResponderEliminarDe hecho... me dedico a otra cosa =P
EliminarSaludos!
No le hagás caso al zapallo este. Muy buen post, un disco bastante crudo pero cantado con una sutileza y gentileza que te hacen pensar en el caradurismo de la sociedad. Muy de acuerdo en el hecho de que dejó las armonías de lado para centrarse en la parte melódica. A mi parecer, esto se debe a que si cargás con mucha armonía un tema, podés crear un conflicto entre melodia/armonía y se termina perdiendo un poco el mensaje.
ResponderEliminarBuen post!
Gracias Tomás.
EliminarPara mi en "La ciudad liberada" Fito se dejó todo. Era lógico que tras ese álbum viniese uno más liviano en términos de arreglos. Y así ha sido. Las canciones son más simples (con la excepción de un par de joyitas atípicas que trae el álbum) pero en términos líricos es muy potente...
En fin, saludos!!!