Un acto (irregular) de coraje .
Diez años, diez discos. Así de productivo estuvo el asunto para Fito Páez entre 2005 y 2015, aunque claro, cantidad no siempre es calidad (menos tras tantos años de carrera) por lo que nobleza obliga a reconocer el que haciendo el suma y resta no es demasiado lo que nos ha dejado esta etapa final del argentino. Y precisamente de esto bebe La ciudad liberada, el vigésimo álbum en la carrera de Fito Páez y con seguridad uno de los más interesantes que ha entregado en largo tiempo aunque inevitablemente arrastre los ripios que el argentino viene arrastrando desde hace al menos quince años.
La ciudad liberada es un riesgo por donde se mire. Un acto de valentía. Desde su desafiante portada, pasando por su diverso contenido y extensión. Son 18 canciones lo cual desde ya suena a descaro y habla de un tipo que, para bien y para mal, no cuenta con medios de contención frente a su obra, aunque en esta ocasión hay que darle ciertos méritos ya que, pese a uno que otro tropiezo (¡que los hay!), en general ha acertado regalándonos de paso varias de las canciones más brillantes y desatadas que ha compuesto en al menos veinte años.
Pero hablemos de las canciones, ya que ahí tenemos de todo, lo cual evidencia la intención por parte de Páez de no enmarcarse en un solo registro ni tono. Es así como conviven en la partida del álbum los alegatos feministas color fresa de 'Aleluya al sol' (la más débil y forzada de todo el disco) con los ambientes oníricos de 'Wo wo wo', el romanticismo de la absolutamente genial 'Tu vida mi vida' (con referencia en los teclados a la magnífica 'No soy un extraño' de Charly García) y una pasada más cruda en la política 'Islamabad' ("Lo más fuerte es resistir el máximo dolor..."), primera invitación a las guitarras y al rock que realiza el registro. De acá en adelante el disco continuará danzando sobre la diversidad, con mucho tino en la alegre y acústica 'Bohemia internacional', en la fantástica y explosiva 'La ciudad liberada' (la canción), en la fenomenalmente arreglada 'Soltá' (una canción menor en este disco pero que en sus detalles contiene magia) o la exquisitamente dinámica 'Nuevo mundo'. Cabe mencionar por cierto que el disco, además de destacar por su movilidad en términos estilísticos goza de un carácter importante, entregando contenido y actualidad durante varios pasajes.
Pero lo dicho, que no todo será perfecto en La ciudad liberada pues Fito acaba tropezando (como le suele ocurrir, digámoslo) consigo mismo y esto se evidencia con claridad en la Cara B del disco. Resulta bastante evidente el que ha querido componer un nuevo Circo beat (algo que ya había intentado en 2006 con El mundo cabe en una canción, digámoslo), es decir, ese álbum majestuoso, imponente y sobre arreglado. De ahí que coexistan cosas como 'Otra vez el sol', grandilocuente en materia de arreglos (aunque funciona) con el rock and roll simplón de 'El ataque de los gorilas', una balada sentida como 'La mujer torso y el hombre cola de ameba' y el folclor de 'El secreto de su corazón', simpática esta última aunque poco lograda más allá de la curiosidad. Entrando en la última curva del álbum llegará 'Navidad negra', probablemente la más oscura y desatada del disco (y que bebe bastante de 'Ciudad de pobres corazones', aunque claro, sin el desgarro de esta) que lamentablemente convivirá con dos que me parece (junto con 'Aleluya al sol') son los peores desastres (con todas sus letras) en el álbum, me refiero a las melosas 'Chica mágica' , 'Los cerezos blancos' y 'Plegaria', refrito descarado e innecesario (y ya van...) de 'Buena estrella', una vieja canción de Abre (1999).
El disco por tanto va y viene todo el tiempo, alternando buenas y malas en un diálogo extenso que evidentemente abarca más de lo que puede contener. De hecho, con todo lo dicho aún queda algo de disco: una danza sobre un dinámico piano como 'Se terminó' ("Perdieron todas las apuestas los cantores de protestas, al final el reggaeton mueve el mundo...") y el instrumental '5778' que llega para cerrar un álbum que veinte minutos antes de terminar ya había terminado, dejándonos la sensación de estar ante un trabajo de dulce y agraz.
¿Es lo más interesante de Fito en largo tiempo? Seguramente, ahí tienes medio disco que cumple de sobra y regala uno que otro momentazo. ¿Y está a la altura de sus más grandes obras? Ni por asomo. Sobra media hora de música, lo cual no es poco. Ahora, lo bueno de la era streaming es que podemos armarnos nuestras propias playlist y con doce de estas canciones armarte algo de alto nivel, sin embargo, lo que Fito Páez nos ha entregado para oír suena desequilibrado, de más a menos y con momentos realmente sonrojantes.
¿Canciones? 'Tu vida mi vida', 'La ciudad liberada' y 'Nuevo mundo'.
6,9 / 10
Cumple y algo más...
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