"Sin ganas..."
Nos entregan así un disco corto, sólo nueve canciones en media hora que desde un comienzo van en busca de un sonido elegante, sin embargo, desde la partida con 'Tiempo off' notamos que "algo falta". Las rimas son bastante básicas y deben estar entre lo peor que ha escrito Adrián Dárgelos en largo tiempo ("Me gustaría ser tu amante por un par de días... insecticida (?) / Me gustaría besar esa parte escondida... ingeniería (?) / Ser un lanzafuego en tu tropa... para emborracharme en tu sopa") y la música es repetitiva sin jamás generar alguna alza de intensidad. Esto se repetirá a lo largo de todo el álbum, aburriendo derechamente en cosas como 'Relaciones aparte', 'Cocos' o 'Mercado blue' (apagadísimas las tres) mientras que algo de dinamismo se puede encontrar en 'Maracuya', la simpática 'Miau' (aunque es dramática la repetición de líneas) o en las tímidas guitarras de 'Labios apilados', sin embargo, verdad sea dicha... en ninguna canción en todo el disco aparece la magia.
Es cierto que se aprecia una intención en el álbum, la intención de ir por un synthpop sobrio e intimista, un disco que continúa la senda trazada por Discutible y Trinchera llevando aún más a lo profundo el sonido. El problema es que la banda suena sin ganas, desanimada y poco creativa. Quizás esto debió ser otro EP, como hicieron con Suficiente (2020) porque como un conjunto de mayores aspiraciones fracasa completamente y vuelve a sumergir a los argentinos en la irregularidad. Una pena, que venían bien...
¿Canciones? 'Macacuyá', por buscar alguna.

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