"La cara reflexiva de una misma moneda..."
En esta línea, el álbum es una suerte de verborrea que, como suele ser costumbre en la discografía de White, roza el notable con momentos inspirados y otros no tanto. Abrirá de manera soberbia con 'A tip from you to me', yendo al piano en esta, tal como también hará en 'Help me along' (absolutamente McCartney en la interpretación), en medio de un disco que reflexionará constantemente en soledad, ya sea declarando su amor en la distancia en 'All along the way' ("Dijiste: volveré antes de que tu café se enfríe / Así que hago lo imposible por seguirte en la oscuridad, cada día") o en total confusión en 'Love is selfish' ("Estoy en un tren pero no me quedaré en los rieles / Tengo un bote con su nombre, pero no se navegar...").
Mucho más experimental (y exquisita) sonará 'I've got to surrounded (with my love)' , que es además la más eléctrica en todo el conjunto, la cual dará paso a una segunda mitad algo más monótona y donde los lugares comunes tienden a sucederse, digamos, algo que le suele suceder en cada uno de sus álbumes. El trabajo cerrará el círculo de manera conceptual con una versión acústica de 'Taking my back', que fue la que abrió Fear of the dawn, marcándonos así que ambos álbumes representan dos caras de la misma moneda, una más eléctrica y desatada, otra acústica y reflexiva. Como sea, el experimento se agradece, con sus bemoles, Jack White continúa sonando personal, convincente e intransigente.
¿Canciones? 'A tip from you to me', 'Help me along' y 'I've got to surrounded (with my love)'
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