"Extremo, caótico y desafiante como pocos..."
Basta darle play a 'Chump change' para captar por donde va esto, ocho minutos de absoluta tensión con dos secciones violentas interrumpidas por un parón de treinta segundos en donde los instrumentos apenas se asoman. A esta le seguirá la fantástica 'Metrovertigo', que es un vómito de caos e intensidad, entre alaridos y lamentos. Tenebrosa es decir poco. En adelante, esta tendencia a las canciones con segmentos violentos intercalados por un relato instrumental y "calmo", volverá a repetirse a lo largo del álbum, logrado de manera magistral en algo como 'Tower of glory, city of shame'.
Uno de los grandes momentos del disco llegará con la excelente 'Merkurius gilded', donde el desate se ve complementado por la frenética aparición del mismísimo (¿están sentados?) Kenny G (si, como leyeron), quien acompaña a su hijo Max Gorelick (este en guitarra), en una pieza que es una verdadera locura. 'Death on the highway' debe ser la que mayor presencia de un death clásico posee dentro del álbum (sobre todo en su recta inicial), en 'In the pleasure of their company' el jazz fusión será elemento característico mientras que ya en la recta final 'Bezumnaya' se la jugará por el desarrollo de atmósferas tétricas en base a relatos, armando de esta forma un cóctel absolutamente imprescindible para quienes valoran la creatividad en tiempos donde todo parece recurrir a fórmulas del pasado.
El único pero que podría achacarse a un trabajo como Spirit of ecstasy es que de cierta forma lo esperábamos tras lo que fue Alphaville (2020), eso por buscarle algo a un álbum extraordinario en el amplio sentido de la palabra, de la mano de uno de los proyectos más fascinantes que nos está dejando la década.
¿Canciones? 'Metrovertigo', 'Tower of glory, city of shame' y 'Merkurius gilded'.
Otras reseñas de Imperial Triumphant:
2020: Alphaville
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