"Singular y contundente..."
Sin ir muy lejos, si bien el álbum abre con 'The start' y un sonido que oscila entre lo hipnótico y sexy, para luego entregarse a sutiles guitarras en 'Slow and turnaway', rápidamente será la batería (muy al natural en la producción) la cual adoptará protagonismo a lo largo del disco, marcando clara presencia en piezas delicadas como 'From what the never was' (muy Radiohead acá), en otras más rockeras como 'My pulse to ponder', redoblando a contra tiempo en 'Leisure war' o provocando explosiones en 'Acid crop', no sin antes lucir en la tensa pasada por 'Sekwar' + 'Big appetite' (la más contundente en todo el disco), dos joyitas que saben sacarle provecho al sello perturbador que tan bien Andrew sabe desarrollar, o entregándose a los teclados en cosas como 'Star search' o 'King of the crooks'.
Ese cliché del disco que "necesita tiempo" se aplica con The apple drop, un trabajo accesible considerando el que hablamos de Liars (que por definición es una banda arisca con el auditor) pero que de todas formas requiere estar con todos los sentidos puestos en él para ir encontrando su magia. Angus Andrew ha optado en esta ocasión por salir de su zona de confort para encontrar un álbum que en su singular línea funciona y lo trae de regreso como uno de los artistas a tener en cuenta en la actualidad.
¿Canciones? 'Big appetite', 'From what the never was', 'My pulse to ponder'.
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