jueves, 21 de noviembre de 2024

Devin Townsend : PowerNerd (2024)

 "Meramente correcto..."

A estas alturas del partido el principal conflicto de Devin Townsend es que compite contra si mismo. Uno sabe de lo que ha sido capaz por lo que un disco meramente correcto inevitablemente sabe a poco. Ahora, le conocemos. Sabemos de sus afanes productivos y el que lleva veintitantos años lanzando álbumes como quien respira, lo cual inevitablemente redunda en una carrera de altos y bajos, a veces le encontraremos particularmente inspirado, como en el pomposo, exagerado pero brillante Epicloud (2012) o recientemente en los ambiciosos y grandilocuentes  Trascendence (2016) o Empath (2019), mientras que en ocasiones le hallaremos en una búsqueda que no llega a puerto, como le ocurrió en el reciente Lightwork (2022). En ese camino un disco como PowerNerd se ajusta a lo que esperaríamos salir de la cabeza de Devin, el problema es que, insisto, cuando uno le da play al genio canadiense se espera inevitablemente algún impacto mayor. 

En esta ocasión nos encontramos con una ensalada de lugares comunes del artista, canciones efectivas que se cargan a las guitarras y al peso como 'PowerNerd' o 'Knuckledragger', otras más introspectivas que apuestan por atmósferas etéreas tipo ''Falling apart' o 'Gratitude', sin embargo, digámoslo: no hay impacto. En todas Devin pareciese conformarse con haber encontrado un puente/coro relativamente efectivo... y ya. De hecho, es recién entrando en la segunda mitad del álbum cuando algo como 'Ubelia' logra dar con una tecla emocional atractiva gracias a su tiempo pausado que impacta entre bonitas explosiones, lo mismo con 'Jainism' (sin dudas, la mejor del disco), el primer momento del conjunto en donde percibimos a ese genio capaz de componer melodías monumentales, ambiciosas y afiladas, acercándose al metal incluso sin necesidad de acelerar demasiado. 

Entrando en la recta final el disco se empapará de medios tiempos como 'Younger lover' o 'Glacier', que retoman la tendencia a estar "bien" pero solo eso, quizás lo relevante acá es el trabajo acústico que Devin sostiene bajo esas capas de hiper producción, sin embargo, nada nuevo bajo el sol. Nada que antes no haya realizado, y mejor. En el cierre 'Goodbye' se deja oír (otro medio tiempo corriente) mientras que el experimento country 'Ruby quaker' no se entiende que pinta acá, dejándonos otro álbum en donde Devin Townsend cumple pero se encuentra lejos de aquellos momentos gloriosos que en el pasado (incluso no tan lejano) nos ha entregado. 

¿Canciones? 'Ubelia' y 'Jainism'.

6 / 10
Bueno, cumple...


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