sábado, 30 de noviembre de 2024

Gaerea: Coma (2024)

 "Desatado y emocional..."

La lógica del disco cada dos años no entrega mucho tiempo para reinvenciones, si no más bien la añadidura de uno que otro elemento que vaya torciendo lenta pero sostenidamente el camino de un determinado sonido. Esta es básicamente la fórmula que vienen siguiendo los portugueses Gaerea desde 2018 a la fecha. Con este ya son cuatro álbumes los que han publicado y en cada uno se pueden identificar pequeños guiños distintivos que han ido dándole corpulencia a la propuesta, siempre cercana al black aunque con dosis de modernidad suficiente como para escapar de dicha etiqueta y, ciertamente, molestar a los fans más ultrones del género. 

En Coma volvemos a oírlos tocando la tecla del sólido Mirage (2022), es decir, ese metal rabioso, desatado y fuertemente emocional. Sin embargo, para bien y para mal el sonido de Gaerea no escapa de los lugares comunes que este tipo de bandas suelen abordar, dígase, momentos de calma seguidos de un desate explosivo, con momentos de alta velocidad y desenfreno, marcados por un trabajo de producción que permite disfrutemos un exquisito sonido batería. Encontraremos acá entonces canciones que abrirán en calma entre tranquilas introducciones para luego elevar la intensidad y sostenerla bastante arriba (ahí tienes 'The poet's ballet''Suspended' o 'Shapeshifter'), intercaladas con otras que desde el primer momento aceleran ('Hope shatters', 'World ablaze' o 'Reborn'), las cuales resultan algo más directas en sus intenciones, sumado a algunas que propondrán un ida y vuelta en su estructura ('Coma' o 'Wilted flower'). El elemento común acá será ese toque dramático en las interpretaciones vocales de Guilherme Henriques, doble pedal constante y riffs de enorme peso, armando un global de cincuenta minutos que si bien funciona también se vuelve algo pesado debido a lo monocorde (y monótono, digámoslo) de la propuesta.

El cuarto disco de Gaerea está bien. Es claro en términos de intenciones, está ejecutado con precisión quirúrgica además de sonar tan desgarrado (y potente) como el género exige, sin embargo, a la cuarta o quinta canción el trámite da la sensación de haber mostrado todo lo que tenía por lo que en ningún caso justifica excederse tantos minutos. Por otro lado, las canciones funcionan pero ninguna transmite la sensación de ser esencial, dicho en simple: podrías haber sacado a cualquiera y el disco no resentía su ausencia. A veces menos es más. De todas maneras la banda no solo mantiene el buen nivel si no que transmite la idea de estar (muy) cerca de encontrar el punto preciso en la fórmula. Quizás la clave está en dejar un ratito el cerebro de lado y dejar que el asunto fluya con algo más de libertad, sobre todo si se quiere apuntar a un sonido que pretende conectar desde la emoción del sonido. El tiempo dirá...

¿Canciones?  'The poet's ballet'  y de ahí, cualquiera. 

7/10
Muy bueno.

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