"Sin concesiones..."
El álbum llega a menos de un año de la publicación de Wall of eyes por lo que se plantea como un trabajo de descartes, aunque cuenta con suficiente vida propia como para ser tomado bastante en serio, oscilando entre momentos hipnóticos que van con fuerza a los teclados en 'Foreign spies' (fabulosa con toda su onda introductoria), 'Colours fly' o 'Don't get me started' (esta con un notable trabajo instrumental e inmersivo), sacando la guitarra acústica en 'Instant psalm' o 'Bodies laughing', recurriendo a arreglos orquestales en 'Tip toe', acercándose (solo acercándose) al rock en las aceleraciones de 'Zero sum', 'Eyes & mouth' o 'No words' (una lástima lo limitado de voz que va Thom Yorke en todas estas pues no logra sacar todo el provecho a los temas), o entregándole protagonismo a la batería de Tom Skinner en 'The slip'.
El disco se plantea como un viaje inmersivo que por instantes (y guardando las proporciones) puede acercarse a la propuesta del mítico Kid A (2000), pero sin el tino melódico de aquella obra maestra y también con un punto de diversidad mayor. Es interesante por tanto lo que The smile continúan haciendo, mirando siempre hacia adelante y con la valentía/grandeza de quien responde únicamente a estándares propios. Para bien y para mal, no realizan concesiones frente a la nostalgia.
¿Canciones? 'Foreign spies' y 'Don't get me started' .
7/10
Muy bueno.
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