"Les sigue costando sobrevivir..."
El disco es muy breve, menos de treinta minutos para diez canciones que se mueven (todas) entre los dos a tres minutos. Dos cucharadas y a la papa. En ese camino, hay cosas divertidas en esa primera mitad, promoviendo el baile en 'Darkest lullaby', jugando con el coro pop en 'Call' o acelerando a fondo en 'How far will you go', el drama es que las canciones no parecen tener demasiado, un par de coros y sería, a otra cosa. De igual forma cuando abordan un pop algo más genérico, como sucede en 'Coming back to me good' extravían por completo su identidad y suenan como cualquier banda del montón. Sin ir muy lejos durante la segunda mitad se suceden canciones completamente olvidables como 'G.O.A.T' o 'Italian horror', destacando unicamente la oscuridad de una 'Hell of it' o ese cierre simpaticón y contagioso de 'Algotithms'.
En entrevistas Pizzorno ha puesto énfasis en que la banda desea evolucionar y no estancarse en un sonido. Bravo por eso pero verdad sea dicha, no dan con la tecla y les sigue costando bastante sobrevivir. Finalmente el asunto continúa limitándose a participar en festivales interpretando viejas glorias.
¿Canciones? 'Call' y 'Algotithms'.
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