"Domesticados..."
¿Y este Melodies of atonement por donde va? ¿Recula o profundiza? A juzgar por el resultado pareciese que Leprous han insinuado una especie de regreso, aún bastante lejos del metal pero incorporando cierto peso (en los coros al menos) en canciones como ‘Silently walking alone’, con esos tiempos cortados (marca de la casa a estas alturas) o ‘Like a sunset ship’, donde Einar Solberg suelta uno que otro gutural aportando un elemento distintivo y atractivo al tema. Ahora, verdad sea dicha, el regreso acaba siendo bastante tímido pues el resto del álbum reincide en esas estructuras por lo general monótonas que abren en calma, con Einar susurrando mientras la banda parece contemplarlo, para luego desatar algún tipo de explosión en puentes y coros. Ocurre en temas como ‘Atonement’ o ‘My spector’, donde cambian los riffs y acordes pero la intención parece ser la misma. Por lo mismo, cuando llegamos a ‘I hear the sirens’ el truco ya parece tan visto que el disco entra en un letargo del que salvo contados momentos no saldrá.
De todas formas en esa línea hay cosas que si funcionan y suenan interesantes, ahí tienes ese acercamiento al funk en las estrofas de 'Limbo' que impactarán con arreglos de mayor peso pero en general el trabajo pareciese jamás despegar (para muestra, un botón: los eternos seis minutos y medio de 'Faceless') con una banda que insiste sobre un camino valiente y digno (que lo más fácil sería darle a los fans lo que quieren oír) pero que no conmueve y menos impacta.
Quienes continúen acá en busca de la banda que tocó nuestros corazones años atrás tendrán que seguir esperando o derechamente renunciar a la esperanza, que estos noruegos continúan inmersos en un espiral del que parece no quieren/pueden salir.
¿Canciones? 'Silent walking alone', 'Like a sunken ship' y 'Limbo'.
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