"Reiteran su fórmula..."
Si te gusta el machaque incesante con esa garganta del buen Karl siempre al límite, sumado a la batería salvaje de Kollias, que decir, este décimo álbum de Nile seguro va a satisfacer tus necesidades, porque aquí los condimentos están: un trabajo en constante velocidad y una banda que se ha propuesto una vez más colocar toda su brutalidad al servicio de quien oye. Los "problemas" (que ya se los quisieran otros, claro...), sin embargo, aparecerán al hilar más fino. Primero en lo ya mencionado, la ausencia total de sorpresa en el sonido. Dicho en simple: toma cualquier disco previo de Nile y tienes esto mismo. Y lo segundo: la monotonía. Que cuando la banda acelera pareciese estar tocando siempre la misma canción entre redobles y blast beats incesantes, fraseos guturales y riffs marca de la casa, y cuando bajan un cambio no parecieran dar con la tecla.
La banda intenta meterle complejidad a esto, abriendo con más de seis minutos en 'Stelae of vultures' pero es inevitable a los cuatro ya sentir que simplemente dan vueltas entre piruetas que son solo efectismo. Y en adelante, lo de siempre, canciones veloces que intercalan chillidos con esos guturales profundos y tan característicos en Nile. Ahí, cada cual tendrá su favorita, yo me quedo con la demoledora 'Overloads of the black earth' y esos corales a medio tema que antecederán un parón seguido de esa recta final afiladísima, así como en 'Doctrine of last things' agradecemos el que la banda desacelere un tanto, que respire para centrarse en el filo del tema y no tanto en la velocidad. Por ahí también intenta ir 'True gods of the desert' aunque esta les ha quedado realmente eterna, lo mismo que 'The underworld awaits us all', para finalmente cerrar con el instrumental 'Lament for the destruction of time', que muestra un grado de experimentación hacia su cierre aunque deja la sensación de que no han sabido como acabarla.
Parece evidente el percibir que Karl Sanders siente la presión con cada álbum de Nile de estar a una determinada altura. Los discos extensos (más allá de lo necesario) que intercalan canciones ultra veloces y feroces con medios tiempos que apuestan por el peso vienen siendo recurrentes desde hace bastante. Ahí, el nivel es más que aceptable pero no genera consenso debido a la reiteración de ideas. No pasa nada de todas formas, que es normal que las bandas tengan una gran década inicial para luego comenzar simplemente a repetir el plato.
¿Canciones? 'Overloads of the black earth' y 'Doctrine of last things'.
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