No es menor el mérito de los norteamericanos de Immolation, quienes desde comienzos de los años noventa vienen sosteniendo con dignidad la bandera del death, pasando desde un sonido tan brutal como caótico a uno mucho más técnico aunque siempre potente. De 2013 databa Kingdom of conspiracy, su último trabajo, un buen disco pero quizás algo mecánico, sobretodo en la producción y batería, que a ratos largos parecía estar tocada por una máquina. Regresan por tanto cuatro años más tarde con Atonement, un álbum que conecta mucho más con Majesty of decay (2010), bajando a ratos las revoluciones y concentrándose más en las estructuras cambiantes que en la velocidad incesante.
No bajan el nivel claro está. Desde la partida a cargo de 'The distorting light' + 'When the jackals come' (que parecen ser una) notamos por donde van los tiros. Ejecuciones depuradas, guitarras que plantean muros impenetrables, una batería que sigue siendo protagonista pero esta vez dentro de canciones que se dan el tiempo para marcar cambios de tiempo. 'Fostering the divide' , 'Thrown to the fire' y, sobretodo, 'Rise the heretics', son evidentes ejemplos de lo que menciono, temas que van y vienen, dejando espacio incluso a marcadas pausas. La segunda mitad del disco funcionará en una linea similar, con una banda que pese a trabajar tiempos más lentos, no entrega tregua en cuanto a la potencia. Los temas en general son cortos (tres a cuatro minutos) y quizás por esa razón el disco se extiende demasiado en cantidad, digamos, para lograr llegar a los cuarenta en total. El problema es que ahí redunda demasiado hacia el cierre.
Con todo, Immolation da continuidad a un camino que practicamente no contiene ripios dentro de la música extrema. Con Atonement vuelven a regalar técnica y brutalidad con un nivel interpretativo realmente perfecto. Uno de los grandes álbumes de metal que oiremos en este 2017.
8 / 10
¡Excelente!
No hay comentarios:
Publicar un comentario