"Poco sabor..."
A estas alturas no hablamos de ningún secreto: pese a que la banda ha logrado sobrevivir durante estas últimas dos décadas con dignidad, los mejores tiempos para Depeche mode han quedado muy atrás en el tiempo. Y no pasa nada, eh? Que es hasta normal. Los ingleses realizaron un innegable aporte a la historia de la música durante sus primeros diez a quince años años (aquello no se los quita nadie) y lo demás se ha limitado más que nada ha sostener el legado, en ocasiones generando ilusión entre el respetable (Playing the angel, 2005) y a veces fallando en los resultados (Exciter, 2001). En ese sentido, durante el Siglo XXI la irregularidad ha sido tónica para Depeche mode y Spirit no escapa de aquel concepto. Y es que si Delta Machine (2013) representó un alza respecto a lo que fue Sounds of the universe (2009), esta nueva entrega vuelve a representar cierto bajón dentro de su discografía...
No deja de ser curioso el como la música de Depeche mode ha ido perdiendo ánimo durante los últimos años, limitando las alzas a uno que otro single ('Wrong', por ejemplo) pero en general moviéndose sobre melodías oscuras y en exceso apagadas. En ocasiones esto ha funcionado, Delta machine contenía muchas canciones lentas que de todas maneras conectaban y si bien acá también las hay, en Spirit claramente se les ha ido la mano con los ambientes, al punto de que un single como 'Where´s the revolution', aparece como lo único (' junto a 'So much love') luminoso que este contiene.
El resto del álbum deambula entre melodías lánguidas donde incluso agradables insinuaciones (como las que se viven con 'The worst crime' o 'Poison heart') se pierden a causa de la falta de gancho o el abuso de estructuras repetitivas, siendo 'Cover me' la única grata excepción, la cual en su estructura siempre oscura logra internarse en un pantano de enorme intensidad emocional. Otras, sin embargo, que derechamente son intratables (toda la recta final, desde 'Poorman', es un tedio). Cuando la banda intenta subir un poco la intensidad ('Scum' o 'You move') no logra enganchar por lo mismo, la falta de inspiración o quiebres realmente interesantes siendo la estructura in crescendo de 'Going backwards' lo único realmente enorme que Spirit nos ha dejado como legado en su regreso.
Y no hay más, tocaba en 2017 disco de Depeche mode y el resultado sin estar del todo mal (uno que otro momento hay), ha sido discreto, demasiado pesado de seguir y, por sobre todo, falto de sabor. Tampoco pasa nada, que es el momento que están viviendo (la edad hace lo suyo) y siempre les tendremos en vivo para gozar de su energía y vitalidad.
¿Canciones? 'Going backwards', 'Where's the revolution', 'Cover me'.
5/10
Irregular...
Irregular...
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