lunes, 20 de julio de 2015

Tame Impala : Currents (2015)

Mejores intenciones que canciones...”


Era otro de los regresos más esperados del año. Y es que tras dos discos tremendamente reconocidos como lo fueron Innerspeaker (2010) y Lonerism (2012) había que ver cual sería el siguiente paso para los australianos de Tame Impala. Frente a esta disyuntiva, y para sorpresa de muchos, Kevin Parker (no olvidar que este es su proyecto, donde él compone y graba todos los instrumentos) ha optado por dar una clara muestra de autonomía marcando distancia absoluta con el sonido que lo llevó a conquistar la cima en tan poco tiempo. Y es que quienes esperaban una nueva dosis de rock y guitarras deberán buscar refugio en otro lugar pues Currents ha ido en otra dirección, una que habla muy bien de la libertad creativa del autor. Eso al menos hay que dárselo.

Pero hablemos de música y no tanto de intenciones. Ahí, la inclinación por la psicodelia, tan característica de la agrupación, sigue estando ahí, aunque esta vez se ha embalsamado (en exceso, digámoslo) por teclados y sintetizadores, generando ambientes mucho más maquinales, que le han restado ese grado de cercanía y humanidad que poseían los primeros discos de la banda. Ahí han perdido bastante, extraviando por instantes las melodías al ceder el protagonismo a los teclados, entregando así un puñado de canciones que en general no funcionan como hubiésemos querido, dejando la sensación de estar frente a un experimento bastante valiente pero de resultados que en general dejan frío. 

Hay puntos altos en Currents, parcelados pero los hay. La partida con 'Let it happen' por ejemplo, pese a que se extiende innecesariamente hasta casi los ocho minutos, encuentra una linea melódica contagiosa, bien arreglada y que como invitación al baile funciona a la perfección. Fuera de la mencionada me quedo también con el grato momento que entrega el bajo marcado de 'Yes, I'm changing', la exquisita pasividad de 'Eventually', la rítmica 'The moment' o las guitarras que marcan presencia de buena forma en 'The less I know the better'. Mención aparte para 'Disciples' o 'Reality in motion', dos que funcionan como un pequeño guiño que Parker ha realizado a los viejos fans (?), entregando con ellas las únicas dosis de rock propiamente tal que el álbum contiene y de paso un claro mensaje: armar otro Lonerism no le costaba nada, pero no ha querido. 

El disco, sin embargo, pese a que cuenta con buenos momentos carece de regularidad suficiente como para elevarse de una buena vez, tropezando en la balada 'Cause I'm a man' que insinúa una buena melodía pero acaba por ir hacia ningún lado y en otros momentos se volverá demasiado espeso, como en 'Past life', en los últimos diez minutos de disco o un par de instrumentales de un minuto que por ahí suenan y realmente no hay por donde agarrar, un absoluto monólogo.   
Estamos frente a un álbum rupturista, que duda cabe, un disco que seguramente dividirá aguas bruscamente entre el público, ya hay de hecho quienes lo encumbran dentro de lo mejor del año mientras que otros no ven en el más que basura pomposa y recargada. En ese sentido Kevin Parker ha logrado su cometido, que era mostrar independencia e incluso soberbia a la hora de tratar su música. El hombre hace lo que le da gana y aquello siempre será una buena señal, independiente de que en esta ocasión el disco contenga mejores intenciones que canciones.  

6,8 / 10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Tame Impala:
2012 // Tame Impala // Lonerism

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