Desde que conocí a Calle 13 me resultaron una agrupación atractiva. Recuerdo que era ¿2007? cuando "La cumbia de los aburridos" llegó a mis oídos, la divertida irreverencia de un álbum como Residente o visitante enganchó de inmediato conmigo y las buenas sensaciones se confirmaron con la edición del entretenido Los de atrás vienen conmigo (2008), un disco que utilizaba el reggaeton como excusa para meter contenido e incluso se daba maña para salirse del estilo en excelentes colaboraciones junto a los enormes Café Tacuba o el gran Rubén Bladés. Aquellas insinuaciones de crecimiento y madurez explotaron en 2010 con Entren los que quieran, un buen álbum con el que el dúo proveniente de Puerto Rico daba por terminada su relación con el fenómeno reggaeton y giraba su sonido hacia el rock y el rap, desarrollando al mismo tiempo un tono combativo con vocación social que hablaba de hacer "reventar el sistema desde adentro" (nada muy original, hay que decirlo). Entren los que quieran estuvo bien, sin embargo, el perfumillo a populismo por momentos se tornaba algo insoportable ("Calma pueblo que acá estoy yo / Lo que no dicen lo digo yo / Porque yo soy como tu y tu eres como yo") aunque el disco de todas maneras encontraba momentos fabulosos en "La vuelta al mundo", "La bala" y "Latinoamerica", probablemente las tres mejores canciones de la carrera de Calle 13.
Con permiso de quienes leen voy a copiar y pegar lo que escribí de aquel disco casi cuatro años atrás: "Me parece que Entren los que quieran debería marcar el fin de una etapa para Calle 13. Y es que se aprecia la clara evolución dentro del sonido de la banda, la cual terminó desembocando en este buen trabajo, sin embargo seguir repitiéndose en esto mismo creo que sería fatal para la agrupación, espero por tanto que se tomen un tiempo para pensar bien el siguiente paso".
Y bueno, cuatro años de silencio hablan de que efectivamente el dúo se tomó su tiempo para dar el siguiente paso, el problema es que no se si por razones comerciales o quizás mera falta de creatividad (o quizás un poco de ambas cosas), Multi Viral ha terminado siendo una clara continuación de lo realizado en Entren los que quieran por lo que la banda suena atrapada en un callejón sin salida bastante poco atractivo para los "no fans".
Cuando un disco no presenta evolución alguna debe sostenerse únicamente en la calidad de sus canciones y acá aquello es lo que precisamente escasea. Salvo la dulce colaboración junto a Silvio Rodríguez en "Ojos de color", el acelerado rap de "Adentro" y el cierre folclórico a cargo de "Así de grandes son las ideas", acá no hay nada que suene particularmente atractivo. El álbum no es divertido ni tampoco cuenta con un discurso interesante por lo que tema a tema se cae a pedazos como un producto vacío que parece haber sido editado solamente con fines comerciales. Nos encotramos acá con los mismos fraseos de discos anteriores, las mismas reiterativas ideas (el populismo en tono de víctima sigue en mode on), se mantienen los discursos combativos lanzados con ventilador ("El aguante") pero que suenan tan repetitivos como, insisto, vacíos.
Multi Viral es un disco básicamente poco creativo. El álbum de todas maneras me imagino que caerá bien entre a fanaticada adolescente que gustó de Entren los que quieran, sin embargo en lo personal lamento el evidente estancamiento de una banda que alguna vez brilló precisamente por haber sido capaces de romper, en base a la creatividad, sus propios límites.
2 / 5
Malo
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