Metal progresivo instrumental fusionado con elementos de jazz son las principales características de este interesante trío estadounidense que este 2014 reaparece con su tercer álbum, es decir, el de la confirmación pero también el de las exigencias. Y es que es imposible esperar lo mismo de un disco debut que de un tercer disco, el factor novedad acá ya no juega y se debería apreciar cierta evolución en una banda, por algo son pocos los que sobreviven de buena forma al desafío del tercer o cuarto álbum, algunos comienzan en esta etapa a desvanecerse lentamente repitiendo fórmulas una y otra vez mientras que otros mueren en el intento por renovarse.
Y bueno, el desafío de Animals as leaders me parece que no difiere demasiado de el de toda banda de metal progresivo, es decir: evitar los lugares comunes del género, intentar entregar un sonido que equilibre calidad con cantidad. Que el lucimiento personal y la ejecución instrumental no empañe a las canciones, asunto que me parece que ocurría a ratos con sus primeros álbumes.
En esta ocasión oímos a la banda entregando esfuerzos por no agotar al auditor, intentando equilibrar potentes dosis de metal progresivo y virtuosismo, como es el caso de la excelente partida de "Ka$cade" (¡como suena ese tema!) seguida de "Lippincott", con instrumentales mucho más cargados al jazz, ahí suenan la exquisita "Another year" o el bajo que guía todo el tiempo a "Physical education", ahora, también nos encontramos con temas que pretenden conjugar estas dos facetas en una misma canción, "Air chrysalis" o "Tooth and claw" son buenos ejemplos de lo que menciono. Mención aparte por cierto merece "Para Mexer", el mejor tema del disco, una maravilla acústica que conecta sonidos propios del flamenco con el progresivo, un verdadero placer al oído.
Creo que si el disco hubiese quedado ahí, en los ocho o nueve temas como máximo, estaríamos hablando de un trabajo notable pero lamentablemente existen momentos en que aparecen los excesos y masturbación. Canciones como "Crescent", "Mind spun" o "Nephele" alargan innecesariamente el álbum a más de 50 minutos de música siendo que el objetivo ya se había logrado. Ahora, de todas maneras me parece que en el suma y resta el saldo es positivo, The joy of motion es un álbum ejecutado de manera impecable, que hace gala de una técnica a momentos exquisita y que muestra a una banda interesada en darle diversidad a su sonido. No me parece que el objetivo se haya cerrado de manera perfecta pero si creo que el disco logra que mantengamos el interés sobre este interesante proyecto.
7 / 10
Muy bueno.
¡Gran crítica! Y pedazo de disco que se han marcado Tosin y los suyos. Para mi, su mejor disco hasta ahora.
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