miércoles, 29 de enero de 2025

28 Discos Para 2024

Y ya. Hora del recuento final para 2024 con todos los álbumes comentados acá en el blog y que consideré discos de excelencia (digamos, en el 8/10 y por sobre). La lista sería la siguiente:

28. Judas priest: Invincible shield (8)

"Lo cierto es que lo han vuelto a hacer y el nivel en general del trabajo no deja de ser altísimo para una banda con más de cuarenta años en el cuerpo. Son leyenda, lo saben y ostentan de aquello imponiendo credenciales. Sencillamente eternos"
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27. Vitriol: Suffer become (8)
"Guitarras y solos afiladísimos, vocales que diversifican registros, trabajo a alta velocidad, una batería endemoniada pero por sobre todo la capacidad para expresar caos en medio de ejecuciones técnicas impecables"
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26. Seth: La France des maudits (8)
"Un ejercicio de sobrevivencia y vitalidad, un álbum contundente de un black exquisito, el cual llega para confirmar el momentazo que la banda continúa viviendo, situándolos a día de hoy como una apuesta segura dentro del género. Que sigan así por muchos años más..."
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25. Wormed: Omegon (8)
"se la arreglan para someterte a un viaje tan caótico como intenso donde la batería es absoluta protagonista, acelerando/frenando constantemente y aportando una disonancia permanente en el sonido, a lo cual se sumarán las voces de Phgeleteon (a quien, como tiene que ser, no se le entiende una palabra en todo el disco) y salvajes guitarras..."
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24. Beth Gibbons: Lives outgrown (8)
"Regresa en mayúsculas mediante un álbum inmersivo que en tan solo diez canciones nos entrega lo que necesitábamos, un momento para detener nuestras vidas y sentarnos a contemplar el momento. Afortunados somos de tenerla aún en activo"
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23. High on fire: Cometh the storm (8)
"Ese slugde dispuesto a machacar incesantemente tu cerebro mediante una producción que saca partido al peso del sonido y ejecuciones donde la banda pareciese realmente dejarse la vida en cada canción"
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22. Residente: Las letras ya no importan (8)
"El puertorriqueño rapea tupido y parejo a lo largo del trabajo sobre el sonido que se le plante por delante, ayudándose para esto de una multiplicidad de artistas, todos provenientes de mundos diferentes, armando por tanto una paleta de colores bastante amplia y multicolor. "
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21. Godspeed you! Black emperor: 
No Title As Of 13 February 2024 28,340 Dead (8)
"Armando un conjunto que como era de esperar resulta pesado y denso, un trabajo que oscila entre la calma y la tensión sonora pero que cumple su objetivo: sacudirnos del letargo. Ya solo por eso, merecen un sólido aplauso. Y es que estos tipos son muy grandes..."
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20. Nick Cave & the bad seeds: Wild god (8)
"Continúa abrazando la pérdida como temática pero esta vez desde un lugar que se inclina hacia la luminosidad, donde fuera de las líricas enormes, el góspel y los momentos corales serán también protagonistas."
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19. St. Vincent: All born screaming (8,2)
"Apuntando a una arista más oscura que la habitual mediante un conjunto espeso pero diverso donde cada canción suena rica en texturas y atmósferas. "

18. Saidan: Visual kill - The blossoming of psychotic depravity (8,2)
"Un sonido tremendamente salvaje (que bebe bastante de clásicos del género) pero que regala pincelazos que les sacan de lo obvio, lo cual es meritorio. "
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17. Pallbearer: Mind burns alive (8,2)
"Escapar de ese peso característico de las guitarras para dar paso a construcciones bastante más calmas y que ciertamente carecen de explosiones marcadas (sin que esto se transforme necesariamente en un aspecto negativo)"
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16. Knocked loose: You won't go before you're supposed to (8,2)
"El disco de continuidad pero que escapa del "más de lo mismo", un conjunto que sostiene una identidad pero muestra crecimiento."
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15. Ulcerate: Cutting the throat of god (8,2)
"Apuesta segura que enroca contundencia con virtuosismo y atmósferas tan angustiantes como a momentos asfixiantes..."
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14. Dvne: Voidkind (8,2)

"El disco resultará entonces plenamente disfrutable por cualquiera que ande en busca de peso, técnica y emocionalidad a flor de piel"
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13. Concrete winds: Concrete winds (8,2)
"Un death + grind con elementos hardcore y una masa de sonido dispuesta a impactar tu cerebro sin contemplaciones. "
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12. Akhlys: House of the black geminus (8,2)
"Un sonido que tiende a la saturación aportando un toque "maquinal" a la propuesta, digamos, cierto toque industrial que les muestra intentando dotar al álbum de presente e identidad. Esto por supuesto en el contexto violento y oscuro característico de la banda."
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11. Vampire weekend: Only god was above us (8,5)
"Volvemos a oírles ingeniosos y chispeantes, diferentes y únicos pero por sobre todo libres, desatados y contundentes."
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10. Fontaines D.C : Romance (8,5)
"Su disco más pop a la fecha, digámoslo, aunque conservando siempre su esencia, generando en el global un equilibrio bastante bien logrado..."
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9. Iotunn: Kinship (8,5) 
"Un tremendo trabajo, repleto de momentos instrumentalmente contundentes y con una producción impecable que ha sabido sacar brillo a las ejecuciones"
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8. The cure: Songs of the lost world (8,5)
"Una vuelta que sabe a gloria desde todas las aristas analizables y que muestra efectivamente a una banda coherente de comienzo a fin, como no oíamos desde hace demasiado."
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7. Opeth: The last will testament (8,5)
"Una mirada amplia en un álbum conceptual que suena tan complejo y sesudo como siempre pero que les acerca a esa arista más oscura de su sonido."
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6. Chelsea Wolfe: She reaches out to she reaches out to she (8,8)
"Yendo hacia su arista más gótica y oscura pero dotándola de cuerpo y vitalidad, armando un conjunto que la muestra hambrienta por sacar a la luz sus aprendizajes. "

5. Beyoncé: Cowboy Carter (9)
"En modo enciclopedia. Una aventura country compuesta por nada más ni nada menos que veintisiete canciones y ochenta minutos de música con los que Beyoncé vuelve a dar muestras de su estatura como artista. "
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4. Ihsahn: Ihsahn (9)
"La etiqueta "metal" le queda enana, aquello lo sabemos y este nuevo disco vuelve a demostrarlo, con el agregado además de complementar su sonido con toda una obra sinfónica puesta al servicio de su música"
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3. Kvadrat: The horrible dissonance of oblivion (9)
"Un trabajo que hace carne sentimientos tan oscuros como la desolación y el desencanto provocado por la soledad y el olvido "
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2. Thy catafalque: 
XII: A gyönyöru álmok azután jönnek (9)
"Una paleta de colores a la altura del tremendo compositor que es Tamás Kátai. Algunos podrán criticarle los excesos, que a ratos pareciese ser tanto lo que la obra pretende expresarnos que no podemos aquilatarlo. El problema, sin embargo, es claramente nuestro..."

1. DISCO DEL AÑO:
Blood incantation: Absolute elsewhere (9)
"Confirman la intención de expandir su sonido, complementando su death técnico con sonidos claramente influenciados por aquellos próceres del progresivo psicodélico y atmosférico setentero."
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Como siempre se agradecen las visitas, lecturas y opiniones. 
2024 fue un disco lleno de gran música. Y que venga un aún mejor 2025...

domingo, 26 de enero de 2025

The Last Dinner Party: Prelude To Ecstasy (2024)

"Pop de banda sobrio pero contundente..."

Más vale tarde que nunca y acá estoy, prácticamente a un año de su lanzamiento (y cerrando las reseñas de 2024) con el debut de las inglesas The last dinner party, una banda que desde ya se anota como propuesta a tener en cuenta mediante un disco de pop ameno de aparentes bajas pretensiones pero que tanto en las notables influencias que ostenta como en el buen trabajo melódico que maneja esconde todo su potencial, y si bien durante sus cuarenta minutos de duración nunca pareciera explotar al máximo, si deja la clara sensación de que acá "algo importante hay". 

Nos encontramos así con doce temas bastante simples (dos a tres minutos todos) marcados por un pop de banda que apuesta por la delicadeza de sus melodías y se aleja de toda estridencia, acercándose a tanto a referentes clásicos como Kate Bush en algo como 'Burn alive' o los mismísimos ABBA en la contundente 'Sinner', así como a voces actuales tipo PJ Harvey en la histriónica 'Caesar on a TV screen', a Florence and the machine en 'The femenine urge' o St. Vincent en la guitarrera 'My lady of mercy'. Por otro lado, baladas como 'On your side' o 'Portrait of a dead girl' sacarán partido al exquisito registro de Abigail Morris, así como el medio tiempo 'Nothing matters' se anotará como un punto altísimo dentro del disco gracias a ese magnifico coro que sabe encontrar. 

Por tanto, el debut de The last dinner party posee esa sencillez que encanta, ese pop de banda sobrio pero contundente. El disco no da para volverse loco pero si resulta tremendamente disfrutable e insisto, pareciese anticipar algo que podría llegar a explotar más alto. El tiempo dirá... 

7,5 / 10
¡Muy bueno!

¿Canciones? 'Burn alive', 'On your side' y 'Nothing matters'. 


miércoles, 22 de enero de 2025

Thy Catafalque: XII - A Gyönyöru Álmok Azután Jönnek (2024)

 "Fascinante, vanguardista, luminoso..."

No son pocos los años de vida que posee este proyecto en solitario del húngaro Tamás Kátai, quien desde hace aproximadamente dos décadas viene desarrollando ideas vanguardistas sin jamás casarse con un género en particular. Lo suyo es la experimentación dentro de atmósferas que coquetean con el folk, el metal e incluso la psicodelia, esto siempre en el contexto de álbumes ambiciosos que intentan abarcar muchísimo. En dicho sentido, cada trabajo de Thy catafalque ha funcionado como un verdadero mundo en sí mismo y este XII: A gyönyöru álmok azután jönnek (cuya traducción sería "los hermosos sueños que están por venir") no llega para ser la excepción. Nuevamente estamos ante un disco extenso, cercano a la hora de duración y marcado por la diversidad de sus temas pero que esta vez apunta a una arista más luminosa del artista (la sola portada declara intenciones), esto a diferencia de lo que fue el anterior y reciente Alföld (2023).  

Dicho lo anterior, desde la partida a cargo de 'Piros kocsi, fekete éj' notamos que si bien el álbum va hacia las guitarras, el énfasis está puesto en las melodías dando espacio incluso a la voz de Martina Horváth durante la estructura. Ahora, por supuesto que Tamás continuará acercándose al metal solo que nunca de manera (tan) obvia, ahí tienes toda la pasada por 'Mindenevo' + 'Vasgyár' + 'Világnak világa' (casi veinte minutos que se instalan como un murallón en la primera parte del álbum) como muestra, temas que poseen pasajes duros y de peso y veloces, con guturales presentes pero que de todas formas entregarán espacio para momentos de calma y limpieza, armando un ir y venir que incorpora sintetizadores o violines incluso (como en la hermosa recta final de 'Vasgyár', el tema más brillante de todos a gusto de este auditor) armando un resultado complejo pero siempre interesante. 

En cierto modo este XII (limito el título por razones obvias) es un álbum dividido en pasajes, y así como en su primer tercio se acerca al metal en su nudo abrirá el espectro para visitar lugares más alternativos. 'Nyárfa, nyírfa', por ejemplo, funcionará casi como un interludio limpio que pretende que el giro hacia el folk nórdico que propone 'Lydiához' (nuevamente junto a Martina) no sea tan brusco, esta seguida de la extrañísima, psicodélica y experimental  'Vakond'. Todos estos temas más breves que anticipan el inicio de una recta final que no te suelta con los cambiantes ocho minutos de 'Ködkirály' (que suena muy etérea en su primera mitad para luego pasarse al doom + black), ese bicho raro que es 'Aláhullás' (donde enlaza teclados con alaridos extremos y coros limpios), una absolutamente melódica 'A gyönyöru álmok azután jönnek' y un cierre a cargo de 'Babylon', todo un homenaje que Tamás rinde a su tierra al ser un tema original de 1987, propiedad la banda húngara Omega

Fascinante. No cabe otro término para el viaje que este artistazo nos propone con su álbum número doce, una paleta de colores a la altura del tremendo compositor que es Tamás Kátai. Algunos podrán criticarle los excesos, que a ratos pareciese ser tanto lo que la obra de Thy catafalque pretende expresarnos que no podemos aquilatarlo. El problema es claramente nuestro, sin embargo, pues el genio tiene derecho a expresarse como le de la gana y con este claramente se ha anotado con uno de los más brillantes discos que nos habrá dejado 2024, si es que no el mejor de todos. 

¿Canciones? 'Vasgyár', 'Ködkirály' y 'Aláhullás'.

9/10
Brillante.

lunes, 20 de enero de 2025

Akhlys: House Of Black Geminus (2024)

 "Atronador, terrorífico y contundente..."

Si bien el debut de Akhlys se dio allá por 2009 mediante Supplication, aquel fue un curioso y experimental disco de tétrico ambient con el que no era fácil enganchar, menos si hablamos de una banda que apenas comenzaba y más bien funcionaba como un proyecto paralelo de su líder y mente creativa, Naas Alcameth (quien entonces se encontraba a cargo también de otra banda: Nightbringer). Los años, sin embargo, fueron convenciendo al multi instrumentista de transformar a Akhlys en su proyecto principal (en compañía desde 2018 de Eoghan en batería), entregándose de lleno al desarrollo de un black furioso combinado con pasajes terroríficos armados por teclados y oscuros relatos, lo cual se expresó tanto en el monstruoso The dreaming I (2015) como en Melinoë (2020). En ese sentido, este reciente House of black geminus llega tras cinco años de pausa para consolidar definitivamente al proyecto pero no solo eso sino que además potenciarlo al dotarlo de detalles relevantes en la producción, lo cual le diferencia claramente respecto a sus antecesores. De hecho, la banda de entrada ha modificado el estilo de esta nueva portada, abandonado el horror de esas abuelas grotescas utilizadas en el pasado (que en lo personal me encantaban, digámoslo) para dar paso a un estilo mucho más futurista y conceptual, idea que se corrobora cuando damos play al álbum, encontrándonos con un sonido que tiende a la saturación aportando un toque "maquinal" a la propuesta, digamos, cierto toque industrial que les muestra intentando dotar al álbum de presente e identidad. Esto por supuesto en el contexto violento y oscuro característico de la banda.

La partida mediante 'The mask of night-speaking' declara intenciones de inmediato: cuatro exquisitos minutos introductorios antecederán un desate bestial en donde la banda se la juega por desarrollar atmósferas de terror sobre una velocidad que va a tope. La batería es incesante, los teclados y relatos (todo a cargo de Naas Alcameth) funcionan por lo que el resultado suena atronador y contundente, tendencia se reiterará a lo largo del disco entre piezas siempre extensas (todas entre los siete y doce minutos), ya sea insistiendo con la intensidad en 'Maze of phobetor' o 'Sister silence, brother sleep', aportando alguna bajada de revoluciones en 'Through the abyssal door' e intercalando un pasaje completamente instrumental (a modo de respiro claramente) en 'Black geminus'. 

La propuesta de Akhlys va por la generación de un black moderno que no se anda con medias tintas, que pretende reventarte la cabeza y no se muestra dispuesto a concesionar credenciales. Una verdadera banda sonora para tu peor pesadilla. Como detalle, a los temas quizás les sobra minutaje con canciones que dan alguna vuelta de más, pero nadie puede quejarse acá por falta de bestialidad, que de eso sobra.

¿Canciones? 'The mask of night-speaking' y Through the abyssal door'.

8,2 / 10
¡Excelente!

jueves, 16 de enero de 2025

Nick Cave & The Bad Seeds : Wild God (2024)

 "Encamina hacia la luz..."

Tras un par de álbumes marcados por el luto y la oscuridad como fueron Skeleton tree (2016) y sobre todo Ghosteen (2019), seguro que Nick Cave necesitaba conectar con la espiritualidad desde atmósferas algo más optimistas y esperanzadoras, de ahí que este reciente Wild god resulte ser un trabajo tan profundo como cualquier otro del australiano y uno que ciertamente continúa abrazando la pérdida como temática pero esta vez desde un lugar que se inclina hacia la luminosidad, donde fuera de las líricas enormes, el góspel y los momentos corales serán también protagonistas. 

Yendo a la lista, el disco abre recitando una breve fábula en 'Song of the lake', hablando de un anciano que se debate entre sumergirse en un lago (por una mujer) y quedarse en la orilla, para luego desatar un trabajo que nos instala en una iglesia donde Nick es el predicador, abalanzándose fuertemente hacia la fe, ya sea en 'Frogs' funcionando como motor de esperanza ("¡Oh señor! / Los niños en los cielos saltan de alegría y abren los cielos / Así que quita esa arma de tu mano / Que todo estará bien, dicen las campanas...") o en 'Joy' siendo contención ante la tragedia ("Sentí como si alguien de mi familia hubiese muerto / Salté como un conejo y caí de rodillas / Grité por todos lados y dije: ten piedad de mi..."), en una evidente referencia hacia la muerte de sus hijos, la pérdida y necesidad de salir adelante con esta a cuestas ("Le hablé a mi dolor y grité: ¿Quién fue? / Sentado en mi cama está este chico ardiendo / Y dijo: todos hemos tenido ya demasiada tristeza / Es tiempo de la alegría..."), idea que volverá a aparecer en el relato de 'Final rescue attempt' ("La última vez que viniste fue para rescatarme / Después de eso nada volvió a doler / Ni siquiera el dolor común..."). 

Dentro de lo más destacado del álbum aparecerá la explosiva 'Wild god', que durante cinco minutos irá llevando a hervor su melodía inicialmente sobre unas cuerdas para acabar desatándose entre eufóricos coros, algo similar a lo que ocurrirá en 'Conversion', donde el góspel se toma por completo la canción pasando los tres minutos. De igual forma, otra que impacta es 'Cinnamon horses', que si bien centra su estructura en la repetición logra conmover en base a sus reflexiones ("Porque el amor no pide nada / Pero el amor nos cuesta todo..."), llegando así a una recta final que despide el disco en total calma, ya sea sobre el piano de 'Long dark night' o la tranquilidad de 'As the waters cover the sea', diez minutos finales algo débiles respecto al resto aunque nada que alcance a empañar un global soberbio. 

Wild god suena enorme. Es Nick Cave y sus malas semillas haciendo nuevamente de las suyas en un trabajo que habla del dolor y la pérdida pero encamina el relato hacia la esperanza. Musicalmente el disco es diverso, coquetea con la oscuridad (era que no...) aunque siempre pareciese encontrar la luz con ayuda de múltiples explosiones y coros realmente magníficos. Que decir, un grande que pese a todo el dolor que carga a cuestas se muestra indemne y creativamente pleno. 

¿Canciones? 'Wild god', 'Joy' y 'Cinnamon horses'.

8 / 10
Excelente.


Otras reseñas de Nick Cave & The Bad Seeds:
2019: Skeleton tree

martes, 14 de enero de 2025

Linkin Park : From Zero (2024)

 "Un nuevo punto de partida..."

Ante la posibilidad del regreso han hecho bien Linkin park al no intentar emular la presencia de Chester Bennington buscando una especie de clon que cantase parecido (aló, Stone temple pilots?) si no más bien yendo a algo diferente. Ahí han acertado. Ahora, las sorpresas ciertamente terminan ahí, en la voz de Emily Armstrong pues desde lo musical no es mucho lo que aporta este From zero, que como era de esperar pretende revolver la nostalgia de aquellos treintañeros que conocieron las guitarras a comienzos de siglo con álbumes como Hybrid theory (2000) o Meteora (2003), apelando un sonido simple, directo (canciones de dos a tres minutos todas) que juega con el tándem melódico/agresivo expresado por la voz de Emily, la cual se entrelaza en ocasiones con los rapeos de Mike Shinoda

Algo positivo eso del disco es que es breve, lo cual lo vuelve fácil de escuchar y permite disfrutar algunos momentos que parecen ir un tanto más allá de lo obvio. Encontraremos acá por supuesto pasajes bastante esperables como el single 'The emptiness machine', 'Heavy is the crown' o los coqueteos electrónicos de 'Overflow' (que debe ser la mejor en todo el disco, incluida esa recta final que merecía algo más de creatividad y trabajo), así como otros que aportan diversidad, los juegos melódicos de 'Over each other' o la visceralidad de cosas como 'Casualty' o 'IGYEIH', donde Emily lleva al límite su garganta. Por cierto, ¿Cuánto irá a durarle las cuerdas sin tener que recurrir al playback? Veremos. Ojalá las cuide, que su voz es un aporte a la banda. 

From zero seguramente planteará un punto de partida para esta nueva etapa de Linkin park, quienes logran sobrevivir ante el desafío mediante un disco que no da para sorpresas pero tampoco es el fiasco que podría haber sido. 

¿Canciones? 'Overflow' y 'IGYEIH'.

6,5 /10
Cumple y algo más...


Otras reseñas de Linkin Park:

sábado, 11 de enero de 2025

Opeth: The Last Will And Testament (2024)

 "Más que un simple regreso a la crudeza..."

Puede que el giro que Opeth realizó allá por 2011 mediante Heritage haya resultado complejo de aceptar por varios de sus seguidores, principalmente porque la banda tomó brusca distancia del death para abrazar una serie de influencias del progresivo setentero, sin embargo, algo que no se puede negar es que la banda (y particularmente Mikael Akerfeldt) necesitaba refrescar la inspiración. Y si bien el camino pareció justificarse mediante un álbum como Pale communion (2014), los posteriores Sorceress (2016) +  In cauda venenum (2019) sin ser malos discos, volvieron a dejar a la banda en un callejón sin salida en términos creativos. De ahí que cinco años más tarde regresen con una mirada más amplia en un álbum conceptual que suena tan complejo y sesudo como siempre pero que les acerca a esa arista más oscura de su sonido. 

The last will and testament es ante todo un trabajo que entrega tanta importancia a lo musical como a la historia que se relata, de ahí que las canciones no tengan títulos si no que estén simplemente enumeradas mediante una sigla, dando a entender que más que un ente individual todas son capítulos que forman parte de un todo. Yendo a la música, basta darle play a algo como '§1' para verificar que el sonido esta vez viene más crudo y agresivo con un Akerfeldt que, por cierto, retoma los guturales tras más de una década. Sin embargo, lo interesante acá es que los momentos más oscuros y afilados que entrega tanto esta primera canción como más adelante '§4' '§5' son eso, momentos, explosiones que aparecen de vez en cuando más que nada para aportar ciertas atmósferas a un relato que va y viene todo el tiempo. Lo mismo con los brillantes seis minutos de '§6', donde Opeth pareciesen desatar todo lo aprendido durante el último tiempo, acelerando a placer, jugando con los tiempos y unos arreglos fenomenales llenos de detalles que suman (esos teclados que van abajo acompañando, por ejemplo). 

Dicho lo anterior, quien a partir del primer tema del disco esperaba que el álbum funcionase como "el regreso definitivo de Opeth al death progresivo" vivirá una leve decepción pues el trabajo es muchísimo más que eso. 

De hecho, así como existen instantes agresivos, habrán otros que vuelven a conectar con la última década de la banda: '§2' es casi un relato musicalizado (con participación de Ian Anderson de Jethro tull), '§3' retoma los caminos intrincados sobre sonidos limpios, con un trabajo de arreglos exquisito por cierto, mientras que el cierre llegará en forma de balada mediante 'A story never told', en el momento más marcadamente emotivo del disco y que solo por ese arreglo de guitarra final (post 4:40) ya vale absolutamente la pena. Al disco le pesará eso si un tanto la extensión, la ya mencionada '§3' luce algo débil dentro del conjunto, así como '§7' meramente redunda y suena algo innecesaria, sobre todo considerando que el sonido ya había sido logrado a la perfección con las tres que le anteceden.

Se le pueden encontrar "peros" a lo más reciente de Opeth, seguro. Detalles eso si ante un álbum imponente, atrevido y desafiante. Uno de esos discos en donde el cliché de que "requiere tiempo" aplica. Un trabajo donde la banda ha sabido rescatar elementos del viaje emprendido durante la pasada década y equilibrarlos con pasajes precisos de agresividad. El resultado se enmarca como lo mejor que han grabado en largo tiempo. 

¿Canciones? Toda la pasada por '§4', '§5' y '§6'.

8,5 / 10
¡Excelente!

martes, 7 de enero de 2025

Iotunn: Kinship (2024)

"Ambicioso y expansivo..."

El que exista TANTA (y buena) música en la actualidad presenta un problema para las nuevas bandas: que se enfrentan a una vara alta de entrada. Tenemos tanto hoy que escuchar, sobre todo en el mundo del metal, que es nada sencillo el abrirle puertas a nuevos proyectos. Incluso hay muchos que ni siquiera lo intentan, abrazando la nostalgia con sus discos de bandas de veinte, treinta o cuarenta años atrás. Y de ahí no salen. 

Lo anterior a propósito del segundo álbum de los daneses Iotunn, quienes regresan a tres años del debut transmitiendo nuevamente esa sensación de querer abarcar el máximo posible mediante un trabajo ambicioso y expansivo, un álbum que mixtura un death melódico con elementos progresivos/sinfónicos y atmosferas marcadamente emocionales. Ahora, volviendo a mi idea inicial, la banda sabe que este plato ya ha sido preparado por múltiples pares durante estos años por lo que se esfuerzan en condimentar la receta a tope, llevando el disco casi hasta los setenta minutos de música, intentando avanzar por distintos frentes, estirando bastante los temas (algunos incluso más allá de lo prudente) y corriendo por tanto el riesgo de resultar empalagosos ante un auditor casual. El resultado, sin embargo, es un disco por el que vale la pena sumergirse.

Para muestra un botón: la partida a cargo de 'Kinship elegiac', un viaje de trece minutos en donde la banda se mueve a placer por diferentes atmósferas, con momentos de calma, aceleraciones que les acercan a un metal más duro y pasajes instrumentales, algunos cerebrales y otros emotivos. La sensación que deja la canción es que Iotunn han puesto realmente todo lo que son en esta, lo cual inevitablemente te lleva a pensar en qué podrían hacer durante los siguientes sesenta minutos para generar algún tipo de impacto, siendo esto precisamente lo que termina pesándole a un disco como Kinship, un álbum bien compuesto, que cuenta con momentos suficientes como para captar nuestro interés pero que al mismo tiempo cae en el sobre cargo y la redundancia. 'Mistland', por ejemplo, es otra canción extensa (nueve minutos) que funciona como una perfecta continuación de la línea que 'Kinship elegiac' trazó, aunque ya se hace algo larga. Por lo mismo se agradece el que 'Twilight' incorpore elementos de un death más oscuro y agresivo, ya que con esto se produce un atinado y necesario cambio de tono en un disco que venía siguiendo un camino excesivamente teatral. Por cierto, un aplauso para la labor vocal de Jón Aldará, tremendo moviéndose tanto arriba como en guturales. 

Las tres primeras canciones del disco ya han abarcado media hora de música, no es poco, sin embargo la banda redoblará la apuesta en el nudo mediante como 'I feel the night' o 'The coming age', otros quince minutos que están muy bien en términos de composición y que individualmente claro que funcionan pero se entorpecen entre sí al insistir en una misma tecla. A veces menos es más, sobre todo cuando el impacto ya lo has conseguido previamente. Viene bien por tanto la aparición de una balada plenamente acústica como 'Iridescent way', que ayuda a tomar aire previo a la descarga final marcada por una veloz y agresiva 'Earth to sky' seguida de los once guturales minutos de 'The anguished ethereal', un cierre impecable para el álbum.

Siendo un tremendo trabajo, repleto de momentos instrumentalmente contundentes y con una producción impecable que ha sabido sacar brillo a las ejecuciones, Kinship de Iotunn inevitablemente transmite la sensación de "no querer ser menos", con una banda que ha puesto absolutamente todo lo que tenían sobre la mesa. ¿Quién podría culparlos? Ante la incertidumbre de la recepción del público dicen que siempre es mejor que sobre a que falte. El resultado ha sido un álbum potente, de estructuras intrincadas y donde cada canción funciona como un mundo en sí misma. Como conjunto eso si, a momentos se vuelve pesado por lo que es de esperar que en una siguiente entrega calibren esto, mira que todo lo demás lo tienen. 

¿Canciones?  'Kinship elegiac', 'Earth to sky' y 'The anguished ethereal'.

8,5 / 10
¡Excelente!

sábado, 4 de enero de 2025

Beth Gibbons: Lives Outgrown (2024)

"La urgencia de vivir..." 

El mundo que hoy habitamos está al revés, lo sabemos. Más acelerado que nunca nos invita constantemente a sumergirnos en la vorágine del sinsentido, a tomar y olvidar, a desatarnos entre momentos de placer inmediato que publicamos en esa especie de diario de vida que el mercado ha llamado "redes sociales". El arte, sin embargo, muchas veces en la historia ha jugado ese rol a contra corriente encarnando la resistencia, esto a propósito del más reciente álbum de Beth Gibbons, el cual llega tras nada más ni nada menos que quince años de silencio, tiempo transcurrido desde la publicación del último álbum de Portishead, aquel inquietante Third (2008)La mujer se ha tomado su tiempo entonces, nada nuevo si consideramos que su banda madre también fue de pocas palabras (apenas tres discos en casi veinte años de carrera), por lo que fiel a dicha idea regresa con un trabajo que invita a detenernos, una reflexión acerca del paso del tiempo y los estragos que este puede realizar en nuestras vidas. Y no parece haber una voz mejor indicada para hablarnos de esto que la de Beth Gibbons, quien durante estos años se dedicó a vivir, lejos de las luces y cámaras, esperando a que llegase (si es que llegaba) el momento en que efectivamente tuviese algo que decir. Y bueno, acá finalmente le tenemos.

En concordancia con lo anterior, Lives outgrown es un trabajo marcado por sus bajas atmósferas y líneas introspectivas que reflexionan respecto a la urgencia de vivir, partiendo por esas oscuras cuerdas que marcan el inicio de 'Tell me who you are today' donde Beth prácticamente susurra un marcado lamento personal y en soledad ("Si pudiera cambiar lo que siento / Si pudiera hacer que mi cuerpo sanase..."). Desde entonces se sucederán canciones lúgubres pero amenas en términos melódicos, con coros reconocibles y atractivos en 'Floating on a moment' (recordándonos en esta que "todos vamos hacia la nada...") o la exquisita 'Lost changes', siendo acá explícita en el mensaje en torno a como el tiempo puede destruir incluso nuestros vínculos más preciados ("Y todo lo que quiero es que me ames de la forma en que lo hacías / Y todo lo que quiero es amarte de la forma en que lo hacía.."). 

En el nudo del álbum 'Rewind' se percibirá más arisca entre percusiones mientras que 'Reaching out' aportará una dinámica inquieta y acelerada respecto al resto para en la recta final retomar la cadencia entre 'Oceans' (donde aborda el tema de su menopausia), las cuerdas de 'For sale' o los aires orientales de 'Beyond the sun', todo siempre en un tono existencialista en donde la artista no ofrece respuestas si más bien realiza las (incómodas) preguntas.

Beth Gibbons regresa en mayúsculas mediante un álbum inmersivo que en tan solo diez canciones nos entrega lo que necesitábamos, un momento para detener nuestras vidas y sentarnos a contemplar el momento. Afortunados somos de tenerla aún en activo. 

¿Canciones? 'Floating on a moment', 'Lost changes' y 'Reaching out'.

8/10
Excelente.

miércoles, 1 de enero de 2025

Resumen Blog 2024

Aún me quedan discos que reseñar de 2024 y mi top del año llegará a fines de enero, sin embargo y como es costumbre acá, ha llegado la hora de revisar como anduvieron mis números durante el año...

¡Lo primero! El global: escribí muchísimo durante 2024. Si bien venía en una (leve) tendencia a la baja durante años pasados (108 y 106 entradas respectivamente) este año me pegué un subidón y realicé 120 publicaciones. Esto significa que 2024 ha sido el año (junto con 2021) en que más he escrito desde que creé el blog. Podríamos decir que publiqué una reseña cada tres días, lo cual me pone contento. Escribir para mi es un placer y además una terapia. Me relaja y el conectar con los álbumes, adentrarme en el arte tanto en términos de atmósferas, arreglos como de temáticas, me ayuda a crecer como persona (believe it or not). Agradezco desde ya a todos y todas quienes pasan por acá de vez en cuando. 

Ahora vamos al detalle. De las 120 entradas publicadas: 20 fueron reseñas de aniversario, 9 discos pendientes de 2023 y 88 fueron reseñas de álbumes de 2024, ocho más respecto a 2023. 

¿Cómo anduve en términos de género? Disminuí levemente mi tendencia. De los 117 discos reseñados (entre aniversarios, 2023 y 2024), 17 correspondieron a voces femeninas, es decir, un 14%. Algo menos respecto a 2023 (17%), 2022 (15%), 2021 (16%) y 2020 (17%). 

¿Y en términos de procedencia? Se mantiene la inevitable tendencia a escribir mayoritariamente de artistas estadounidenses (un 42%, algo menos respecto al 47% de 2023), mientras que mantuve mi tendencia con los ingleses (un 23%, versus el 22% de 2023). El duopolio, por tanto, concentró un 65% de mis reseñas. Fuera de estos, Noruega y Chile fue de donde más escribí (5 discos de cada país), mientras que comenté 4 discos provenientes de Argentina e Irlanda, 3 de Canadá y Alemania, 2 discos de Suecia, España, Grecia y Francia, mientras que un álbum proveniente de Nueva Zelanda, Escocia, Portugal, Italia, Islandia, Finlandia, Dinamarca y Puerto Rico. Estuvo diverso el asunto. 

Por supuesto que todos estos números son espontáneos, nada es intencionado. Yo escribo respecto a las bandas que por lo general me interesan y están en mi radar, lo cual voy complementando año a año, nutriéndome de aquello que voy leyendo por ahí en sitios amigos..

¡Que se venga otro año lleno de música maravillosa y experiencias enriquecedoras!