domingo, 30 de marzo de 2025

Kidd Voodoo: Satirología, Vol 3 (2025)

 "Dulce y agraz..."

Me dieron ganas de salir de la caja y escribir de un artista de esos que me muestran mis hijos. Particularmente a este Kidd Voodoo no lo había oído jamás pero llegó a mi su colaboración con Los Bunkers (las redes hacen lo suyo) y bueno, me animé con oír el disco. Que pareciese que algo hay acá. ¿Y con qué me he encontrado? Con un joven que responde a las fórmulas clásicas del género, dígase: canciones ultra cortas que se conforman con encontrar un coro, temáticas que oscilan entre el machito campeón en la cama y el gatito tierno/romántico, más algunas curiosas e interesantes colaboraciones que pareciesen sacarlo de su zona de confort y efectivamente elevan el nivel del disco. El resultado es un álbum de dulce y agraz, trece canciones que se debaten entre ser "uno más del montón" y las ganas de romper algún esquema. 

Este ir y venir que menciono es explícito en el comienzo del disco. Y es que si bien la cosa no abre mal con la atmosférica 'El final' en donde el chico va de buena forma a los agudos con un teclado armando el fondo, rápidamente el asunto girará hacia donde el manual dice que debe girar, es decir, a la inmediata 'Dándole, dándole', donde se mete en su rol de chico malo ("Y ella es tóxica / Por eso no' arreglamos / Yo sé que me entiende / Y quiere que la chiche en todo' los países...") haciendo ese típico mix entre un chileno que habla como caribeño ("Yo soy el más cabrón / Tú la más caliente del pary'..."). Ahora, lo dicho, que la falta de ideas musicales acá es muy evidente al punto de que pasando los dos minutos de canción sencillamente no saben que hacer con ella por lo que la cierran bruscamente y de manera incluso vergonzosa. Lo mismo sentiremos más adelante en las comunes y corrientes 'Na' con nadie', 'Un día', 'Corazones' o 'Mirándome'. Cual de todas más monótona, repetitiva y aburrida. En esa línea quizás 'Madrid' junto a Alvaro Diaz  se salva de la quema. Quizás....

El contraste, sin embargo, estará a la vuelta de la esquina pues entre todas estas sonará 'Debo aterrizar' junto a Los Bunkers, quienes le enseñan al Kidd el como se compone una canción contundente (no por nada la llevan casi a los cinco minutos de duración), sacándolo de su terreno y llevándolo al rock. Algo similar a lo que ocurre en 'Perdámonos...' o 'La verdad' (una muy bonita balada pop) junto a los Resonancia etérea (su ex banda para quien no lo sepa, cuando el vocalista era simplemente David León), encontrando notables pasajes cargados a la melancolía en ambas. Por cierto, si algo positivo he sacado de oír este disco ha sido conocer a Resonancia etérea. A ellos si seguiré atento. 

¿Con cual Kidd Voodoo entonces nos quedamos? ¿Con ese personaje cliché y simplón que el vocalista necesita vender o aquel artista curioso dispuesto a salir de lo obvio? En dicho sentido, es el mismo David León quien nos ayuda a tomar posición cuando decide cerrar el disco con un monólogo que habla de la necesidad de reencontrarse consigo mismo, mencionando que se tomará un tiempo para regresar y anticipándonos la que dice es su canción favorita entre los tres discos que ha lanzado. Ante semejantes palabras uno se imagina que cerrará el álbum con algo especial, algo distinto, algo significativo, algo personal, algo profundo...  pero suena una absolutamente genérica y trivial 'Satirología', con poesía nivel "Y si yo te agarro tu te vas partía..." o "Sígueme bailando / Tírame una foto pa' que te suba a la' rede' / Pónteme bellaca , póneme bellaco...". 

No más preguntas su señoría...

¿Canciones? 'Debo aterrizar' y 'Perdámonos...'

5/10
Nada muy especial...

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