"Lugares comunes inofensivos..."
Los elementos acá están y aparecen desde el primer minuto, también la diversidad. 'Shivers and voids' es, por ejemplo, un medio tiempo melódico bastante clásico de la banda mientras que en 'Unforgivable' acelerarán para entregar una versión algo más agresiva y oscura. En 'Neuronal face' los teclados adoptan mayor protagonismo (sobre todo en ese meloso coro, que me ha gustado bastante) para luego ir declaradamente a la balada en 'Not nothing', donde emergen por primera vez las voces limpias en estrofas. El disco va y viene entonces encontrando su mejor momento en la tríada marcada por la agresividad de 'The last imagination'+ 'Enforced perspective' (esta última con un exquisito trabajo de teclados) seguida de la reflexiva 'Our disconnect', probablemente la canción que mejor transmite un sentir melancólico en todo el disco mediante esa letra que aborda el terror existencial ("Buscamos lo inexplorado para tejer una historia no contada / Anhelando paz interior / ¿Y qué es lo que nos hace dudar? / ¿Cuál es nuestra necesidad de que las cosas acaben? / Dejándonos vacíos / Es un regalo y una maldición..."), con arreglos que nos recuerdan que esta no es cualquier banda.
El problema es que más allá de estos tres o cuatro momentos puntuales, rápidamente el álbum pareciese quedarse sin demasiada magia por lo que entrando al nudo la repetición comienza a hacer mella, buscando la velocidad en 'Drowned out voices' o derechamente aburriendo en una balada como 'One of us is gone' (cliché a más no poder). De igual forma la recta final no da con alguna tecla que emocione y redunda en ideas que alargan al disco innecesariamente hasta los cincuenta minutos, dejándonos un álbum de continuidad que se mueve en la línea de sus antecesores pero donde lamentablemente abundan lugares comunes inofensivos. Las cosas como son.
¿Canciones? 'Neuronal fire', 'Enforced perspective' y 'Our disconnect'.
Cumple y algo más...
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