"No encuentra identidad..."
Encontramos acá entonces un conjunto dinámico, bien armado, que efectivamente mejoran la experiencia respecto al antecesor pero que no deja de mostrar a una versión rosa de cualquier artista con más estilo. Una especie de Taylor Swift (que ya es bastante rosa) pero con aún menos carácter. Sus temas no están mal, la producción incluso suena contundente y efectivamente el asunto no parece ser tan extremadamente light como en sus inicios ('Call me maybe' y similares), pero sigue siendo light y ese es el problema. No encuentra identidad, no suena suficientemente sexy, ni potente, ni oscuro. Y si bien hay insinuaciones de crecimiento en cosas como 'Kollage' (la única con algo de drama suficiente como para arquear ceja), en la electrónica de 'Put it to the rest' o en ese cierre entre percusiones que entrega 'Weekend love', es muy poco como para sostener más de cuarenta minutos en donde gran parte de los temas suenan similares, correctos, dinámicos pero faltos de garra, de fuerza, de desgarro, y se nota lo está buscando (es cosa de mirar la portada del disco) pero no lo encuentra, sus canciones siguen siendo tan amigables como olvidables.
Hay algo peor a que lo que haces sea malo, y es que sea intrascendente. Y ahí sigue Carly...
¿Canciones? 'Kollage' y 'Put it to the rest'.
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